La gente suele decir que en la vida nada es seguro, a veces la vida misma te demuestra que es así. Es un viaje al que te subes con muchas expectativas, en el que ganas muchas experiencias, buenas o malas pero siempre queda algún tipo de aprendizaje...
Kharem al salir de su trabajo encontró a Adriana esperándola. La rubia se sorprendió al notar que la mujer de cabello negro estaba ahí, estupendamente vestida, su cabello esta vez lucia algo alborotado, pero aun así se veía preciosa y tenía esa cara de "yo no fui" que podía convencer a cualquiera que de verdad era inocente de lo que sea que le fuera acusada.
Kharem trató de disimular que no la había visto, pero era demasiado tarde. Ella se acercó y sonrió cálidamente hacia la rubia.
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—: Miguel me lo dijo. Interrumpió y notó como Kharem rodó sus ojos; seguramente haría pagar a Miguel por eso.
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—: ¿No dijiste que me darías espacio, que pasó con eso?
—: No, no... si no estoy buscando nada. Sólo déjame llevarte a tu casa.
"Otra vez, esa cara de yo no fui. Es que me quiere matar o ¿Qué?" Pensó Kharem.
—: Adriana...
—: Por favor... No hablaremos si no quieres.
La rubia aceptó y subió al auto de la mujer de cabello negro. Adriana cumplió lo que había propuesto, no hablaron en todo el camino. Claro, estaba que explotaba de ganas de decirle muchas cosas, pero sabía que la rubia aún estaba distante.
Adriana se detuvo en frente de la casa de Kharem y la rubia suspiró audiblemente, se movió en su asiento hasta quedar frente a la Argentina.
—: Tuve una discusión muy fuerte con Judy. Comentó.
—: ¿Por qué? ¿Qué pasó? Preguntó un tanto preocupada.
—: Dentro de todo creo que estamos bien. Explicó detenidamente. —: Pero aún no hemos hablado, no la he visto. Nosotras no somos ese tipo de hermanas ¿sabes? Soltó acomodándose correctamente en el asiento, esta vez con su mirada perdida. —: No peleamos mucho, ni cuando pequeñas, no así.
—: ¿Por que fue la pelea? Preguntó Adriana, mirándola fijamente.
—: Porque le cancelé a último momento, algo que había planeado para nosotras, para ir contigo. Explicó y a Adriana sintió la culpa golpear su pecho. —: Olvidé que tenía que avisarle. Dijo y se rió un poco, recodando que Adriana había hecho lo mismo, pero con ella. —: Pero supongo que lo pagué, después de todo tampoco estuve contigo. Comentó calmada y mirando al frente, sin ni siquiera hacer una acción hacia la Argentina. —: En realidad, no estoy del todo molesta contigo. Dijo sinceramente, aún sin mirarla. —: Estoy... Me siento realmente mal, por faltarle a Judy. Está en pleno proceso de grabación de su nuevo álbum y a veces está muy estresada. Dijo que canceló un día de su trabajo para estar conmigo y yo... La rubia se detuvo para no romper a llorar. Respiró profundo y soltó rápidamente el aire contenido en sus pulmones. —: Yo prácticamente la dejé plantada. No sé cómo me tratará al cruzar esa puerta. Explicó y sonaba bastante preocupada, casi con temor. —: Discutimos muy feo... Dijo y su respiración se agitó, obviamente las ganas de llorar estaban amenazándola en ese momento.
—: Yo creo que... Sí deberías estar molesta conmigo. Dijo Adriana, atrapando por fin la atención de Kharem. —: Porque no valió la pena tu discusión con Judy, si no estuve yo ahí. Comentó. —: Supongo que se le pasará, sólo no intentes forzar demasiado las cosas, si ves que ella aún está... La Argentina no supo terminar la frase, así que sólo hizo una mueca con su boca y un movimiento de un lado a otro con su cabeza.
—: Si... tal vez. Dijo la rubia. —: Debo irme, gracias por traerme. Expresó e inmediatamente bajó del auto sin despedirse de Adriana.
La Argentina sintió que no debía dejarla ir así, por lo tanto también bajó del auto y rápidamente alcanzó a la rubia, haciendo que se volviera hacia ella.
Segundos después tomó su rostro entre sus manos y juntó delicadamente sus labios. Kharem casi no respondió al beso, pues no lo esperaba.
—: Espero que todo vaya bien preciosa. Dijo sinceramente y soltó el rostro de la más joven. Descansó un momento su boca en lo alto de la frente de Kharem, antes de que esta buscara otro beso.
Fue un beso corto, suave, cálido. Los labios de Kharem se movían lentamente al contactar con los de la mujer de cabello negro. Adriana mordió delicadamente el labio inferior de Kharem, por lo que la rubia apretó su cintura, atrayéndola más hacia ella. La mujer de cabello negro volvió a colocar sus manos en el rostro de la estudiante y empezó a hacerse espacio entre beso y beso con su lengua, la cual Kharem recibió cómodamente.
Al separarse su respiración era pesada. Adriana sonrió al notar que las mejillas de Kharem se habían tornado con un color rosa, casi rojo. Dejo otros besos muy cortos en los labios de la deportista y esta vez ella fue quien sonrió.
—: Te quiero. Pronunció la Argentina, antes de depositar el último beso. —: Llámame, si pasa algo ¿eh?
Kharem asintió y empezó a caminar de nuevo, pero de pronto se detuvo y se volvió hacia Adriana. —: También te quiero. Dijo y de inmediato en el rostro de Adriana se dibujo una sonrisa.
Sintió cada palabra de la rubia, como si cada una de ellas le hubiera atravesado el pecho, sintió emoción, pues no todo estaba perdido. Y a pesar de todo, no era mentira lo que había dicho.
Ella la quería, tal vez no tanto como la rubia a ella, pero lo hacía.
Lo hacía. No como desde el primer momento en el que se lo dijo, pero no era una mentira, sentía algo por ella.
Puede que aun no estaba segura de que era específicamente lo que sentía, pero los sentimientos estaban ahí, recorriendo cada parte de su cuerpo. Podría ser amor, deseo, piel, ternura o esa tensión sexual que era más que evidente entre ellas dos y eso nada más tomando de ejemplo el beso que acababan de compartir.
Dentro de todo también se sentía preocupada, tanto por Kharem, como por ella. No sabía si en verdad las cosas con Judy estarían bien, como lo han estado hasta ahora.
Puede que esa discusión de igual forma la afectara a ella.
Tal vez Judy ya no dejaría que Kharem estuviera con ella y sólo de pensar en esto, casi se corta su respiración.
El hecho de no poder verla o de besarla como lo hizo hacia un momento la podría volver loca, no se podía ver sin tenerla cerca, sea de una forma amorosa como lo hizo con ese beso o de una manera más lujuriosa como lo habían llevado últimamente.
