Este vendría siendo el capitulo 44.
La mañana siguiente era domingo. Kharem se levantó, se metió al baño, lavó sus dientes y se dio una ducha rápida. Salió hasta la cocina, miró por la ventana y se encontró a su hermana mayor desayunando en la mesa que había en el patio justo detrás de la piscina. Judy levantó su mano y la llamó para que la acompañara también.
—: Buen día. Saludó Kharem
—: Buen día, sleeping bitchy. Bromeó Judy y sólo consiguió que su hermana rodara sus ojos. —: Anoche... Empezó la cantante mientras tomaba un poco de fruta con su tenedor y Kharem casi que quiso salir corriendo, tal vez anoche no había convencido del todo a su hermana. —: Hacías ejercicio ¿no? Preguntó mirándola directamente a los ojos.
—: Si. Dijo rápidamente. Judy asintió lentamente.
—: No puedes excederte con ciertas cosas Kharem. Es bueno que te mantengas en forma, porque eres jugadora, pero todos los extremos son malos.
—: Ya lo sé. Comentó sonando mas aliviada, aunque algo en el tono de voz de Judy le decía que a pesar de su excusa, la cantante se había dado cuenta de lo que pasó. —: Pero a veces me ayuda a dormir. No sé, me ayuda con el estrés. Dijo e inmediatamente pensó en el doble sentido de esas palabras con respecto a lo que había pasado anoche.
—: Bueno, solo es un consejo. Dijo y su teléfono empezó a sonar. —: Sorry, pero tengo que irme... Tengo que hacer muchas cosas hoy.
—: ¿Hoy domingo? Preguntó extrañada mientras miraba a Judy ponerse de pie.
—: Mmmhmmm. Hoy domingo. Dijo y sonó un poco fastidiada. —: Nos vemos, corazón mío.
—: Esta bien. Dijo y sintió como su hermana depositó un beso en lo alto de su frente.
*Sonó el timbre*
—: ¿Esperas a alguien? Preguntó en un grito la hermana mayor de Kharem.
—: ¡No, debe ser para ti!
Minutos después Kharem oyó la puerta cerrarse y luego apareció una mujer alta, de cabello negro atravesando el patio hacia ella.
—: Hola. Saludó Adriana en un hilo de voz. —: Judy me dejó pasar.
—: Hey. Devolvió el saludó, sin ninguna expresión en su rostro.
—: ¿Me puedo sentar? Preguntó cuidadosamente y Kharem asintió haciendo un gesto para que tomara asiento delante de ella. —: ¿Cómo estás?
—: Bien. ¿Tú?
—: Te estuve llamando y no me contestaste ni una vez.
Kharem levantó sus cejas. —: No he revisado mi celular. Tal vez se descargó. Mintió.
Adriana resopló. —: No me trates así.
—: ¿Cómo?
—: Así. Come on... Baby?
—: No me gustó tu actitud hacia a mí anoche. Sabes que nos hubiéramos metido en problemas si Judy nos hubiera encontrado...
—: Ya lo sé. Interrumpió. —: Tienes razón.
—: No digo que estuvo mal lo que pasó. Explicó la rubia. —: Quiero decir... el sexo contigo siempre es bueno. Adriana se rió un poco ante la naturalidad del comentario de Kharem. —: Pero no podemos arriesgar todo.
—: No creo que tu hermana me hubiera denunciado. Ya lo habría hecho ¿no?
Kharem bufó. —: No es eso, aunque en parte sí. Lo digo porque no nos podemos aprovechar de la confianza que nos ofrece mi hermana, solo por un arrebato.
—: Right. Discúlpame. Es que no lo pude evitar, tenía muchas ganas de estar contigo. Dijo y estiró su mano a través de la mesa para entrelazar sus dedos con Kharem.
—: Yo también, pero no hagamos las cosas difíciles por favor. Comentó, mientras jugaba con los dedos de Adriana.
—: Esta bien. No quiero que tengas problemas con tu hermana.
—: Tú tampoco los quieres créeme. Rió secamente la rubia.
—: Y con respecto a tu sensación... Me dijiste que te sentías rara. ¿Recuerdas?
Kharem se soltó del agarre y suspiró. Adriana clavó su mirada en sus manos al separarse, volvió a sentirse insegura de lo que Kharem podría sentir. Tal vez no había sido buena idea haber sacado el tema.
—: Si... No sé cómo explicarlo. Solo lo siento, siento que... Se detuvo unos minutos, como si organizara sus ideas. —: No me miras igual. Explicó muy segura. —: Hasta tu forma de besarme es distinta. Continuó. —: No lo sé Adriana. Dijo en un suspiro.
—: ¿Por qué es eso? Preguntó y sus ojos se llenaron de lágrimas. Más que todo era el sentimiento de culpa que martillaba su corazón al notar la confusión y tristeza de la rubia.
—: No lo sé. Tu dímelo... ¿Ya no es lo mismo para ti? Porque me lo puedes decir. Dijo sin atreverse a mirarla.
—: No, no bebé. No pienses eso, tu eres mi amor ¿sabías eso? Preguntó ella tomando el rostro de Kharem entre sus manos. —: Discúlpame si es lo que te hago sentir.
—: Es que... Empezó y tomó las manos de Adriana para zafarse de su agarre.
—: Confía en mí, mi amor... confía en lo que siento por ti. Por favor. Pidió y las lágrimas empezaron a caer. —: Discúlpame.
—: Esta bien. Tranquilizó, acercándose a Adriana. —: Olvidemos esto ¿sí? Pidió depositando besos suaves en los labios de la mujer de cabello negro entre cada palabra.
—: Discúlpame. Dijo abrazándola fuerte. —: Te necesito. Confesó.
—: Yo estoy aquí mi amor, estoy aquí. Aseguró la rubia.
Sí. Definitivamente se negaba a dejarla ir. Ese era el momento adecuado para dejar todo claro, para dejar de jugar con ella, para dejar de confundirse y terminar de decidir, pero como ella misma le había confesado, la necesitaba.
Era una sensación extraña, no era como que no podía luchar contra ella, si no que decidió no hacerlo. De alguna manera u otra se sentía bien teniéndola cerca, lo que habían vivido no había sucedido así como así, no pasaba por debajo de la mesa o ¿sí?
Adriana no lo sabía bien, solo estaba segura de que en efecto sentía algo por Kharem y la necesitaba a su lado, pero no estaba del todo convencida que fuera amor o algo más, algo como un simple deseo de su piel, de sus besos, de sus caricias y arrumacos... o simplemente de sexo.
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Wilde'C :*
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Rompecabezas (Puzzle life) Continuación...
Teen FictionLa gente suele decir que en la vida nada es seguro, a veces la vida misma te demuestra que es así. Es un viaje al que te subes con muchas expectativas, en el que ganas muchas experiencias, buenas o malas pero siempre queda algún tipo de aprendizaje...