La gente suele decir que en la vida nada es seguro, a veces la vida misma te demuestra que es así. Es un viaje al que te subes con muchas expectativas, en el que ganas muchas experiencias, buenas o malas pero siempre queda algún tipo de aprendizaje...
Kharem llevaba 5 minutos mirando su teléfono tratando de averiguar quien sería la persona que le había escrito por WhatsApp un sábado a las 10:45 pm.
Hola, disculpa. No tengo tu número registrado 🤷♀️
😅🤭
Arrugó su nariz y frunció el ceño. No le gustaban este tipo de bromas. No iba a responder. No estaba para chistes de mal gusto.
Pasando 2 minutos después su teléfono volvió a sonar y ella pensó seriamente en sí leer el mensaje o irse a dormir de una vez.
La curiosidad le pudo mucho más y tomó el celular y abrió el mensaje.
¿Ya te has olvidado de mí pequeña? 😪💔
Su corazón dio un vuelco y recordó que el viernes había registrado su número en el teléfono de la morena que la hacía babear según su amigo Miguel.
¿Zoe? 🤔
Texteó con la esperanza de que la respuesta fuese positiva.
¡Ah! Que alivio😜 Si me recuerdas, no estabas tan bebida anoche🤭
Kharem sonrió de inmediato y casi dio brinquitos de emoción cuando ya no quedaban dudas de que era la europea.
Inmediatamente la registro para espiar su foto de perfil.
¿Cómo podría? 🤔
Envió el mensaje y se armó de valor para enviar el otro y ser clara. De todas maneras jugaba con ventaja, Zoe no estaba ahí para ver como ponía cara de boba.
Es decir olvidarme de ti🙈
Mientras esperaba la respuesta, abrió la foto de perfil de Zoe. Era una foto bastante original, ella sostenía en su boca una flor de cayena roja. Casi no se podía ver su rostro, pero uno de sus ojos perfectamente maquillado era el protagonista, robándole el rol principal a la flor.
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Llegó la notificación de un nuevo mensaje y apresurada fue a leerlo.
Ojitos💜 Yo sí que no podría olvidarte 🙈 La pasé muy bien anoche. Disfruté mucho.