Capitulo 8.

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Este vendría siendo el capitulo 43. 

El corazón de Kharem latía tan fuerte, que podía jurar que su hermana mayor podía escucharlo a través de la puerta.

El corazón de Kharem latía tan fuerte, que podía jurar que su hermana mayor podía escucharlo a través de la puerta

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—: ¿Kharem, estas despierta? Preguntó una adormilada Judy. —: Escuché ruidos. ¿Todo bien? Soltó otra pregunta moviendo de nuevo la manilla y segundos después tocando la puerta. Adriana le hizo señas para que la rubia respondiera. —: ¿Kharem? Preguntó y tocó más fuerte.

—: ¿Si? Respondió por fin la hermana menor.

—: ¿Está todo bien? Escuché ruidos. Explicó. —: ¿Por qué tienes la puerta con seguro?

—: Estoy haciendo ejercicio Judy. Todo está bien, disculpa si te desperté. Contestó un poco más calmada, sabiendo que eso distraería a su hermana. No la haría sospechar de algo mas, Kharem cada vez que estaba haciendo ejercicio en su habitación cerraba la puerta con seguro.

—: Pero, ¿todo bien? Preguntó y su voz sonó adormilada de nuevo.

—: Si. Solo me iré a duchar y luego dormiré. Explicó y sintió a Adriana empezar a besar su cuello, sabiendo que estaban fuera de peligro.

—: Esta bien. Trata de ser más silenciosa. Dijo sonando un poco más alejada de la puerta.

—: ¡Sí! Respondió casi en un gemido cuando sintió los besos de la mujer de cabello negro ahora en su espalda. —: Casi nos atrapan. Dijo cuando estuvo de frente a Adriana y esta simplemente estaba en lo suyo.

—: Entonces aprovechémonos de ese "casi". Dijo la argentina envolviéndola de nuevo en el deseo en el que estaban absolutamente involucradas hacía unos cuantos minutos.

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—: ¿Ya te vas? Preguntó Kharem hacia Adriana al ver que se colocaba rápidamente su ropa.

—: Si. Dijo aun de espaldas a la chica que se encontraba desnuda entre las sabanas y minutos después se volvió hacia ella. —: ¿Por qué me miras así? Preguntó extrañada, mientras seguía colocándose el resto de su ropa y Kharem sólo sacudió su cabeza. —: ¿No eras tú la que no quería problemas? Soltó otra pregunta.

—: Es que... Empezó Kharem acercándose a la profesora, colocando su rostro en el hombro de ella.

—: ¿Qué? Preguntó suavemente ladeando un poco su rostro, para tener una visión del rostro de la joven.

—: Me siento rara. ¿Tú no? Preguntó y Adriana frunció el ceño, como si no entendiera lo que ella decía.

Pero lo cierto era que ella también se sentía rara, algo estaba mal y muy dentro de ella sabía lo que era. La argentina rápidamente se acomodó para tener una mejor visión de la rubia.

—: ¿Rara? Empezó a sentir cierto miedo de que Kharem notara algo distinto en ella, que notara que sus caricias ya no eran solo para ella y que sus besos ya no eran los únicos que dejaban rojos sus labios.

—: Si. Respondió despacio. —: No sé cómo explicarlo, siento que no es lo mismo. Dijo sinceramente encogiéndose de hombros.

—: Bebé... La llamó y tomó su rostro delicadamente. La mataba ver a la joven estudiante de ese modo. —: Si esto te pareció raro, discúlpame.

—: No. No es solo esto. ¿No lo sientes? Preguntó y Adriana negó suavemente. Kharem soltó una risita. —: Es extraño, pero... Resopló y sacudió su cabeza. —: Olvídalo. Tal vez sí me pareció un poco raro, todo esto.

—: Tal vez deberíamos hacerlo más seguido, para que te acostumbres. Dijo riéndose un poco.

—: No lo creo. Judy casi nos atrapa. Dijo seriamente.

—: Bueh

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—: Bueh... Kharem no pasó nada. ¿Nos encontró? No. ¿La pasamos bien? Si. Ya deja de preocuparte. Comentó. Aparentemente, aquel tema no era realmente importante para ella.

—: Bueno discúlpame, por ser la que hace uso de la razón en esta relación. Sí me preocupo y tú también deberías hacerlo. ¿Crees que a ella le hubiera gustado encontrarte aquí, sin su permiso y desnudas? Adriana suspiró y rodó sus ojos, como si no tuviera ni la más mínima intensión de seguir escuchando a la rubia.

—: ¡Bueno, basta, basta! Pidió casi entre susurros. —: Tienes razón. Levantó sus manos a la altura de su pecho.

—: No me des la razón, solo porque no me quieres escuchar. Dijo Kharem con el ceño fruncido. Adriana bufó y a la rubia eso le molestó, parecía fastidiada de lo que ella le estaba hablando. Definitivamente algo había cambiado o estaba cambiando ante sus ojos —: ¡Ah, está bien! Soltó de repente.

—: Shhh. Trató de callar a Kharem. —: ¡Para, tú hermana! Le recordó entre dientes y aunque seguía igual de molesta Kharem guardó silencio.

La rubia se levantó y se puso nuevamente su pijama. —: Vamos. Dijo de manera cortante. Abrió la puerta y se deslizó silenciosamente y tras de ella Adriana hizo lo mismo.

Kharem abrió la puerta de la habitación de su hermana, para asegurarse de que en realidad dormía. Cuando notó el sueño profundo en el que se encontraba la cantante, hizo una seña hacia Adriana para que avanzara hasta la puerta principal.

Al abrir la puerta para que Adriana saliera, esta se detuvo un momento para volverse hacia Kharem para despedirse, pero en cambio Kharem solo cerró la puerta inmediatamente al ella salir.

A lo que Adriana interpretó como una niñería y apretó su mandíbula de la rabia y se dirigió igual a su auto. Kharem fue directamente a su habitación, tomó un baño rápido y se acomodó en su cama para dormir.

En cierta forma la estudiante estaba dolida hacia Adriana, su actitud había sido extraña. Nunca se había comportado así con ella, pero suponía que no siempre todo tenía que ser color de rosa.

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