La gente suele decir que en la vida nada es seguro, a veces la vida misma te demuestra que es así. Es un viaje al que te subes con muchas expectativas, en el que ganas muchas experiencias, buenas o malas pero siempre queda algún tipo de aprendizaje...
Kharem se encontraba en una fiesta. Era una locura total.
Gente andando de aquí para allá, con tragos en mano y la música estaba a todo volumen. ¿Había ganado Miguel las elecciones estudiantiles? O acaso ¿su equipo ya había ganado los juegos de la temporada?
"¿Tan rápido había pasado el tiempo?" Se preguntó a sí misma, mientras seguía caminando entre la gente. "¿Tan rápido, que ya era su fiesta de graduación?" Se volvió a cuestionar.
De repente sintió que su mano estaba entrelazada con la de alguien más. Sus ojos recorrieron por el brazo que la llevaba entre la multitud y de repente ella volteó y la miró comentándole algo, pero por la música tan fuerte no pudo escuchar a que se refería.
Kharem hizo una mueca al no entender y Adriana sonrió ante su expresión.
—: ¿Quieres que nos sentemos allá? La música no se escucha tan fuerte. Preguntó la mujer de cabello negro y Kharem asintió rápidamente.
—: ¿Qué hacemos aquí? Preguntó la rubia sin entender.
—: ¿Tengo que explicártelo otra vez? Preguntó molesta. —: Te estoy sacando de la rutina, de la que tanto te quejas. Explicó tajante y entraron a una zona donde en efecto la música no las aturdía, habían unos muebles alternados en color negro y blanco.
Adriana parecía estar buscando entre la gente y cuando por fin encontró lo que estaba buscando se acercó sin pensar soltándose del agarre de Kharem.
La joven la vio saludar de beso a cada persona y sintió incomodidad, nunca la había visto tan amigable con otras personas. ¿De dónde los conocía? Se preguntó, hasta donde ella sabía Adriana no era de tener muchos amigos, le había hablado de unos dos o tres un par de veces pero nada más.
La rubia se acercó al cabo de unos minutos y se sentó junto a Adriana, ella volteó a verla y le sonrió y volvió a centrar su atención en los demás. Kharem sabía que no era obligatorio que dijera que eran novias o algo así, pero por lo menos podría presentarla ante sus "amigos".
Todos hablaban en inglés, discutían sobre temas que a Kharem no le interesaban o no entendía, pero eso no importaba tampoco era como alguno de ellos le estaba pidiendo alguna opinión. La miraban de reojo, era como si supieran que era la acompañante de Adriana, pero que no querían entablar alguna conversación con ella en absoluto.
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—: ¿Qué te pasa? Preguntó acercándose al oído de Kharem.
—: ¿Por qué me trajiste aquí? Preguntó sin rodeos.
—: ¿No te gusta? Estamos compartiendo con amigos. Dijo.
—: ¿Amigos? Ni siquiera sé quiénes son. No te has dignado ni a presentármelos.
