La gente suele decir que en la vida nada es seguro, a veces la vida misma te demuestra que es así. Es un viaje al que te subes con muchas expectativas, en el que ganas muchas experiencias, buenas o malas pero siempre queda algún tipo de aprendizaje...
Kharem se encontraba a sólo minutos de salir de su clase de historia, cuando alguien llamó a la puerta del salón.
La rubia estaba concentrada resolviendo sus actividades en su cuaderno, pero al reconocer la voz que saludó al entrar apartó su mirada, para apreciar si en realidad era quien ella pensaba.
Ahí estaba ella, muy bien vestida; con una falda de color negro, que le quedaba ajustada a su cuerpo curvilíneo. Llevaba una camisa blanca por dentro de la prenda antes mencionada, había dejado sin abrochar tres botones, por lo que se podían apreciar un poco sus pechos reafirmados por un sujetador del mismo color que su camisa. Su cabello perfectamente arreglado, usaba un lápiz labial suave para no parecer sobrecargada, al combinarse con sus ojos ya maquillados de un color un tanto oscuro.
Cuando estaba por terminar su conversación con el profesor Rupert, Adriana disimuladamente descansó su mirada en Kharem y sin hacer ningún gesto la más joven le correspondió mirándola también, hasta que sonó la campana y la mujer de cabello negro salió del lugar, dejando a Kharem sin saber donde se había metido.
Historia era su última clase, así que fue directo a su casillero y dejó el libro que acababa de usar para tomar el de biología, el cual usaría para estudiar más tarde. Caminaba hacia la salida, cuando una voz femenina atrapó su atención.
—: ¿Ya te vas?
Kharem volteó y se encontró con la mujer de cabello negro. —: Si. Ya terminé mis clases. Dijo y solo se limitó a responder la pregunta, sin mostrar nerviosismo o emoción. Sin sacar mas conversación, solo dio su respuesta y ya.
Adriana sabia que la tranquilidad de la respuesta de Kharem era lo que reflejaba su enojo. La rubia empezó a caminar dejando a la mujer de cabello negro con la palabra en la boca, así que la Argentina comenzó a caminar de tras de ella, hasta alcanzarle el paso.
—: ¿Regresaras para entrenar más tarde? Preguntó Adriana.
—: No, no tengo entrenamiento hoy. Respondió con la misma actitud.
Adriana frunció el ceño sin entender, hasta que recordó que el entrenador Scott pidió el día para resolver un problema personal.
—: ¿Me dejaras llevarte a tu casa?
—: No. Sentenció con calma. —: Nos pueden ver, hay mucha gente afuera... Además iré a trabajar.
—: ¿Puedo buscarte al salir de tu trabajo?
—: No lo creo, generalmente voy con Miguel a comer algo.
—: ¿Me estas apartando de ti?
—: Yo no estoy haciendo tal cosa Adriana, sólo tengo cosas que hacer.
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—: Bueno, pero...
—: Y no pienso cancelar nada, para que me plantes otra vez. Dijo muy calmada, como si estuviera cansada de hablar.
—: Bebé... es verdad debí avisarte, pero el tiempo se me fue. No lo hice intencional.
—: Ya me tengo que ir.
Adriana tomó su brazo y la volvió hacia ella. —: Te lo voy a compensar ¿ok? Ya hasta pensé a donde llevarte. He oído de un lugar muy bueno, para ir a comer y está un poco alejado de esta zona, es un sitio muy discreto. Podemos ir cuando quieras bebé, de verdad. Explicó casi rogando por la atención de Kharem
—: Luego hablamos ¿está bien? No quiero... Se detuvo la rubia.
—: No me quieres cerca de ti hoy ¿no?
—: No, la verdad no. Confesó.
—: Cuando quieras hablar, solo llámame ¿sí? Saldré corriendo para estar contigo.
Kharem soltó una risita de incredulidad ante ese comentario. —: Ya veremos si es así. Dijo con cierta frialdad, y se retiró del lugar. Minutos después recibió un mensaje.
De: NenaMia<3
"Bebé, tal vez estas cansada de escucharlo... pero en serio lo siento. Déjame compensar lo que hice. Si necesitas pensar lo entiendo, pero no me hagas a un lado"
Kharem lo leyó, pero en ningún momento se le pasó la idea de responder por su cabeza, así que solo guardo su celular en su bolsillo nuevamente, hasta que vibro otra vez.
De: NenaMia<3
"Por cierto, que hermosa que estabas en tu clase de historia. Toda concentrada y tu cabello casi tapando tu cara, mientras escribías. Juro que quise ir directo hasta ahí y darte muchos besos bebé. Te quiero."
Con este último Kharem estuvo tentada, pero tampoco hizo nada, salvo sonreír delante de la pantalla como una tonta. No quería, de ninguna manera romper la imagen de dura que se había construido ante la profesora, ese día.
Adriana conocía sus puntos débiles. Y uno de sus puntos débiles era ella. Sabía que decir para derretir su corazón, hasta tal punto que se sintiera enamorada, para hacerla reír, hasta lograr que le doliera el estomago. Así como también sabía que palabras usar para envolverla y lograr que la joven hiciera lo que ella quisiera.
Los años de diferencia que tenían entre sí le daban esa ventaja, pues sabía también que la rubia era prácticamente inexperta en este tipo de cosas. Tomando su juventud como punto de referencia, sabía que tenía que ser creativa esta vez, por eso le mostró la oferta del lugar donde quiere llevarla a cenar rápidamente, sabe que a pesar de que esta vez tal vez tenga que insistir un poco mas, Kharem aceptará tan solo por el hecho de salir de la rutina o por simple curiosidad.
Y en realidad no había sido su intención dejarla plantada, no del todo. Había estado en casa de Naim, antes de recordar su trabajo atrasado y olvidando así por completo su cita con la joven deportista.
Aún se negaba a decidirse por alguno. Lo había estado manejando bien, a pesar de todo. Aunque sin duda manejaba mejor la relación con el Chef chileno, que con la joven venezolana, que muchas veces se le ha salido de las manos ciertas situaciones, pero había sabido recuperarla inteligentemente.
A pesar de que muchas veces estando sola, ponía todo en una balanza y dicha balanza ahora se inclinaba más por Naim, no se veía sin Kharem. No se podía imagina sin tener derecho a besarla y tocarla cuando estuviera de ganas. Pero en el fondo sabía que tarde o temprano tendría que elegir, solo que rogaba porque no fuera tan pronto, pues ella le encontraba cierta diversión al escenario en el que se encontraba.
