—No es por aquí.
La voz de Andrew parecía increíblemente angustiada ante la perspectiva de llegar tarde al apartamento que compartía con su pareja. El mirar por la ventana y ver las afueras de la ciudad lo estaba incomodando. Incluso en coche se tardaban más de veinte muchos en llegar desde ahí hasta su hogar.
—Tienes buen ojo — dijo Killian en un tono más que irónico. No paró de conducir ni giró para volver a la ciudad, más bien al contrario. Condujo hasta llegar a una pequeña finca con verja automática. La abrió, entró y la cerró. No facilitó la apertura de los pestillos del auto aún, si no que al frenar se encendió un cigarrillo y se quedó completamente quieto disfrutando de la nicotina.
Aquello empezó a inquietar más aún a Andrew.
—¿Qué es lo que quieres? ¿Esto es por no hacer lo que me pidieron? — estaba asustándose. Pero se suponía que era policía, no podía hacerle nada, no podía ser peor de lo que le esperaría en casa si llegaba tarde, y ya lo hacía.
—Quiero que hagas exactamente lo que te digo, y cuando te lo digo. A no ser que quieras que toda tu vida se vaya a la mierda — la voz de Kill era muy tranquila, no miraba al joven de expresión asustada, si no al otro lado del parabrisas. Había dejado de llover, pero seguía empapado —. Quiero que me ayudes a coger a Marshall, y si te da miedo perderlo porque es un sádico dominante y no puedes vivir sin eso, puedo asegurarte que sabré encontrarte un sustituto.
La sonrisa en el rostro de Killian rompía la paz que había mantenido hasta ese momento y eso congeló al muchacho. Prefería no pensar en otro como Marshall en su vida, pero a la vez no lo quería fuera de ella. Ya fuera por la droga, porque lo mantenía o porque lo amaba, no estaba seguro de cuál de esas opciones era más real ni cual tenía más peso en él, pero fuera como fuera, perderlo no era una opción ahora mismo para él.
—No puedo traicionarlo. Me matará o mandará a alguien a mat...
—Puedes hacerlo. Ya traicionaste a otros, y estás viéndote con otro chico. Andrew. No te hagas el inocente, lo sé todo de tu pasado, sé de Michaelis y su muerte. Se de ese modelo tan joven y apuesto con el que te encuentras a escondidas. Y sé que realmente si darías información útil si te hago ciertas cosas — dejó el cigarrillo en el cenicero del coche y se giró hacía él, prácticamente se sentó encima suyo. Y el muchacho no respondió adecuadamente, desvió la mirada y trató de apartarlo, estaba nervioso y esas palabras lo habían sacado mucho de su momento cómodo y amistoso con el agente de la DEA.
—No puedo... no soy valiente, ni tan siquiera... Killian, por favor...
Se había echado lo más atrás que podía en el asiento, y las piernas del otro apretaban las suyas. Veía los ojos del chico y notaba como el miedo aparecía a lo largo de todo su cuerpo, la rigidez de sus músculos era el primer signo, el temblor de sus labios lo siguió. Temía al daño físico tanto como a lo que pudiera decir o hacer si se lo inflingía.
—Tu novio mató a Michaelis — susurró contra su oído Killian, comenzó a hacerle un chupetón en el cuello, uno que quedara realmente marcado. Con ambas manos sostenía las muñecas del muchacho para que su resistencia fuera en vano. Aquello era una amenaza, sabía lo que pasaría con Marshall, sabía que lo estaba mandando a la boca del lobo con la marca y el olor de otro alfa encima, era casi una sentencia de muerte. Pero quería confiar en que, con miedo y dolor, obtendría justo lo que él quería. Podría haberle dañado directamente, pero así era mucho más divertido —. Consigue que salga de su terreno, dinos donde dará su próximo golpe, saca información de su ubicación, y te protegeremos. De lo contrario, haré que piense que eso lo hizo Moss, que lo mate por atreverse a tocar a su cachorro... porque te llama así ¿Verdad? Eres su perrito lindo.
Andrew pasó saliva, intentó buscar un modo de defenderse, pero cerró los ojos y terminó asintiendo.
—Lo haré. Todo lo que quieras. Pero por favor... dime que no has hecho eso, dime que aún no se ve — pidió suplicante, entre jadeos. Sentirlo encima, en cualquier otra situación, habría resultado atractivo, pero en ese momento, a pesar de que su cuerpo respondía muy positivamente a la sensación de presión, miedo y posible placer sexual, él no estaba para nada encendido —. Si llego tarde y con un chupetón, Marshall me va a matar.
—Tranquilo niño. Vamos a volver a la comisaría y mi compañero te llevará a casa. Procura llorar lo suficientemente fuerte cuando le cuentes que pensabas que iban a volverte a encerrar...
Killian pasó a contarle todo el plan, y por supuesto, miró triunfal la marca que había dejado en su cuello. No le dijo que seguía ahí, sabía que el traficante no lo mataría, pero estaba seguro de que eso sería suficiente como para hacerle estallar y tener pruebas suficientes en el cuerpo del joven de que era un abusador. Si lo convencía para testificar en su contra, se lo podría llevar por unos días a prisión preventiva por malos tratos. O por intento de homicidio si terminaba tan mal como imaginaba que lo dejaría. Eso sería perfecto.
ESTÁS LEYENDO
Forgiveness [FINALIZADA]
Mystery / ThrillerSi pudieras pedir algo que te fuera concedido con total seguridad ¿pedirías el perdón por tus malos actos pasados? Andrew ha caído en un agujero de desesperación y tortura personal del que no sabe salir y el motivo por el cual lo empujó allí nadie m...