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—Hoy vamos a hacerlo, como antes. Tienes aspecto preocupado, necesitas distraerte.

Andrew estaba sentado en el sofá, simplemente miraba la televisión sin verla. Marshall había cogido el teléfono del muchacho y lo manipulada. Él estaba tranquilo, no hacía ni enviaba nada fuera de lo que él consideraría oportuno. Había regresado de la comisaría con la mala noticia de que ahí no habían querido atenderlo y ahora estaba muy nervioso. Porque no había cumplido sus expectativas.

—Claro, necesito distraerme — dijo, apagando la televisión, y se puso en pie —. ¿Vamos?

Al cuarto rojo. Todo solía ocurrir allí. Aunque la verdad es que desde que todo se había torcido en su vida, las sesiones de sexo habían dejado de ser consentidas para pasar a ser de maltrato y esfuerzo.

—No, espera, ve tu solo, ponte algo muy bonito, elige por mi, y después vamos a jugar a que es nuestra primera vez, te grabaré para plasmar tu consentimiento — su sonrisa era notable, y sus intenciones también.

Incluso Andrew, despistado e iluso, podía ver que realmente él quería tan solo cubrirse las espaldas, tener algo que documentara que si tenía golpes era porque ambos querían, si tenía marcas, si ocurría algo... si lo que había pasado con Cameron les facilitaba venir y veían el desastre que era su cuerpo o los instrumentos de dudoso uso en casa... todo quedaría consentido si grababa un simple vídeo hablando de lo genial que era el bdms. Y el chico tuvo miedo de que eso sellara su final. De que ya no tuviera nunca un modo de escapar.

—Claro, será divertido. ¿Me darás... algo?

Marshall asintió y ambos se marcharon, cada uno a cumplir su propia labor.

*

—Puto depravado — en algún punto de la ciudad a Moss le llegó un mensaje, un clip de vídeo, desde la cuenta de Andrew. Aunque tras verlo estaba claro que no era él quien lo enviaba, menos aún al leer el texto que lo acompañaba, un simple "cada vez que lo veas imagínalo así, es lo que pasa después de vuestros encuentros."

El modelo deambulaba por su casa, dando tumbos de un lado a otro. Quería reventarle la cabeza a Marshall. Quería arrebatarle al chico. Quería verlo sufrir lo que él había sufrido, y todos los pasos adelante que daba conllevaban, al menos, res pasos hacía atrás.

Killiam le había dicho que ya tenían al infiltrado casi listo, que había jurado que iba a ayudarles si le proporcionaban seguridad, iban a tener algo contra él. Pero para Moss no era suficiente, no le valía con quitarle su libertad, quería arrebarle al chico de su vida. Porque daba igual cuan enfermiza fuera la relación, era una relación. Él creía poseerlo, creía que era suyo, y Moss estaba empecinado en robárselo.

"Disfrutaré de ese vídeo en cuanto llegue a casa.

Bonito material me das.

¿Y si grabas un poco más?"

Jugaba con fuego. Andrew le juraba que eran solo amigos, y él le dejaba muy claro, a su vez, que lo deseaba. No era verdad. Moss no se consideraba gay. Andrew era lindo, un muchacho encantador, pero de ahí a querer tenerlo en la cama había un mundo entero. Él seguía loco de dolor por su fallecida pareja.

*

—¿Eres idiota o que te pasa? ¿Para que demonios respondes a sus mensajes? — Killian estaba gritándole, y no poco. Moss, al otro lado del teléfono, intentaba ignorarlo —. Los he visto, los vídeos ¿realmente no sientes nada cuando ves al muchacho así? Maldita sea, y yo pensaba que lo estaba utilizando demasiado, eres peor que yo.

—No se te ocurra decir eso, tu eres quien lo instrumentaliza para capturar a Letier.

—No, tu lo estás usando de venganza personal, eso es peor ¿acaso Andrew sabe que sigues locamente enamorado de una muerta?

El teléfono empezó a comunicar y Jamie volvió al portátil. Con ese puto vídeo, cualquier opción de denuncia por parte de Andrew quedaba inutilizada. Él está grabando su consentimiento a muchos tipos de prácticas sexuales que dejan marcas, heridas graves e incluso podría llegar a la muerte, ha dicho que la asfixia sexual le pone, maldita sea. Espero que no lleguen a eso, pero Moss le ha jodido, ha tentado a Marshall y él ha mandado varios vídeos del chico en momentos que, se nota, él no notaba. Mientras lo tenía atado, de culo, con los ojos cubiertos. Mientras le obligaba a no levantar la cabeza del suelo, admitiendo querer que se la metiera. A Kill eso lo estaba enfermando. No soportaba que usara esas prácticas como algo tan negativo. No soportaba ver como depravaba algo que podría llegar a ser perfecto.

Sabía que era probable que aún siguieran con eso, así que hizo lo único que podía hacer, mandó a Cameron de vuelta. Que los interrumpiera. 


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¡Hola!

Soy Karen, la chica tras la historia. Sé que la dejé abandonada hace mucho tiempo, pero realmente necesitaba darle un fin, y con cada capítulo dibujo un poquito más la forma que tendrá el final. Espero terminarlo en poco tiempo, o el pobre Andrew irá muy jodido jajajajaja

En fin, este capítulo fue muy cortito, pero es que se avecina ya la acción y es necesario ir aclarando de que lado está cada uno, como lo viven, como lo sienten. Moss y Uriel son una contradicción en sí mismos.

El próximo capítulo quizás esté contado en primera persona, para transmitir más a fondo lo que tengo en mente, yo y Moss, tengo muchas ganas de mostrar ya el final!

Un saludo y espero que tras tantísimo tiempo aún le tengan ganas a esta lectura! 


Forgiveness  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora