15.

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Killian estaba buscando alguna escusa para ir a ver a Andrew al piso donde vivía con Marshall. Pero no había nada, nada que lo hiciera poder ir allí, forzar la puerta y entrar. Nada que pudiera siquiera darle una excusa para ir y preguntar amigablemente por él.

Estaba muy frustrado, porque todo aquello, de algún modo, había iniciado con él, por su estúpido plan de hacerlo enfadar. ¿Y si al final el narcotraficante había decidido que si era mejor matarlo?

Se sintió idiota por temer esa opción, al fin y al cabo era él mismo quien la había llegado a barajar como posible ruta alternativa para llegar hasta el hombre al que perseguía desde siempre.

A la mañana siguiente de la frustrada cita con Moss, Killian escogió a uno de los becarios, como opción más cómoda y menos peligrosa para el plan que estaban llevando a cabo, y le quitó toda señal de ser un trabajador de la DEA, le dio una carpeta negra con el logo de su compañía de seguro y se aseguró (nunca mejor dicho) de que pareciera el tipo más aburrido del mundo. Ya era hora de que Andrew estuviera despierto, de que, con suerte, Marshall no estuviera. Y era hora de que supieran si había pasado algo que le impidiera ir a la cita o no. Entre los miles de papeles de la carpeta metió una nota escrita a toda prisa.

—Ahora mismo tienes la misión más importante de todas, tenemos a un activo dormido en esa casa y necesitamos saber si está vivo o no. Llama a la puerta mil veces, di que tienen un gravísimo problema con su instalación eléctrica. Lo que haga falta, pero que alguien te abra. Y solamente si es este chico le pasas la carpeta con la nota en la primera página. Si es este otro — iba mostrándole fotos, primero de Andrew, después de Marshall —, a este le dices que necesitas que firme los papeles de la carpeta, y le sacas esta, que son para una revisión de un técnico y lo cita a una hora concreta. Ya me las apañaré para ver a quien mandar. Esto nos asegura que o bien veas al chico, o bien consigamos que alguien entre con su autorización y pueda comprobar su vida ¿lo has entendido todo?

El discurso fue largo, pero fue deteniéndose cada poco tiempo y mirando las reacciones del chico, tenía poco más de dieciocho años, pero parecía seguro de si mismo y estaba entusiasmado por ir de incógnito por primera vez en su vida, así que todo resultó bien. Killian no se quedó tranquilo, pero al menos tenía un plan y esperaba que fuera más efectivo que el de Moss, porque si aún no le había llamado significaba que no había funcionado en lo absoluto.

****

Muchos barrios más allá, Moss intentaba contactar con él por todas sus redes sociales, llamadas y demás modos normales. Pero no surtió efecto, y decidió hacer una locura que nunca antes había pensado que estaría dispuesto a hacer por nadie. Se armó de valor para ir directamente al barrio donde él vivía. Debía temer a los matones de Marshall, pero lo suyo con él estaba intentando fingir ser una historia de amor real y el narco lo sabía, no tenía que fingir que no era así o que se había rendido. Tan solo buscaba privacidad para poder hablarle sin que hubiera oídos a pocos metros de distancia.

Sus pasos, algo nerviosos por lo que pudiera pasar, dieron al menos tres vueltas alrededor del bloque de apartamento del muchacho sin lograr llamar la atención de nadie, así que cuando un chico entró fue directo al portal y llamó repetidamente la telefonillo. La llamada tardó en ser respondida cosa de un segundo, quizás ese chico también había llamado al piso de Andrew.

—¿Drew? — la voz de Moss estuvo llena de preocupación — ¿eres tu?

Debía ser él, no imaginaba a ese idiota respondiendo a llamadas.

—Si — dijo desde el otro lado. Sin demasiados ánimos. Había sabido reconocer la voz de Moss, pero no tenía sentido mostrarme altivo, orgulloso o feliz. Estaba devastado —. No puedo atenderte ahora, viene alguien al piso.

El chico simplemente le colgó y Moss quedó fuera, sin acceso ni forma de responder. Volvió a llamar, pero en esta ocasión no hubo repuesta alguna. Quería hacer algo, pero lo único que hizo fue alejarse de allí antes de que llegara alguien más.

"Está vivo."

Su mensaje, directo para Killian, fue escueto, pero le dijo justamente lo que ambos querían saber desde hacía días.

***

—Buenos días — al otro lado de la puerta había un chico algo más joven que el propio Andrew, iba muy sonriente, al menos hasta que vio al chico, lo escrutó por un rato. Drew desvió la mirada, incómodo. Ahí hacía suficiente calor como para ir medio desnudo, pero él iba muy cubierto. Al saber que alguien subiría tapó casi todo su cuerpo, aunque no podía ocultar su rostro, no del todo —. E...¿está la persona a cargo de la casa? Soy de la compañía de luz, como ya le dije.

—No está, y yo no puedo atenderle, se lo he explicado ya.

—No, no... está bien — el chico sonrió y sacó la primera carpeta, la que iba para Andrew. Killian había insistido en que no tenía modo de saber si había cámaras y él no podía abandonar su papel de comercial pero tenía que hacer llegar el mensaje a Andrew de manera discreta, de modo que la abrió y se la puso delante. Ningún ángulo posible mostraría ese texto a no ser que tuviera una cámara justo encima —. Solo quería informarle de que...

Empezó a hablar, sin parar, sobre temas de luz, seguridad y contratos. Andrew, mientras tanto, estaba paralizado, con la carpeta en la mano. Esta le temblaba. Había muchos papeles, pero el único que llamaba la atención tenía un claro mensaje escrito a mano.

"Soy Kill.

Olvida todo lo que esta persona diga.

Necesito que salgas de ahí cuanto antes. Cuando puedas.

Me alegro de que estés bien."

—... ¿Lo ha entendido?

El chico asintió, con trabajo. No había oído nada, pero entendía que en realidad solo era una trampa de la policía.

—En ese caso tome mi tarjeta, cuando el encargado del hogar esté en casa dígale que nos llame. Y por favor, no olvide lo que le he dicho, es muy importante, su seguridad es primordial para nosotros.

El joven policía sonreía, pero había algo en su expresión que hacía notar que estaba preocupado y a la vez inquieto. Andrew podía notarlo.

—Gracias, así lo haré — se despidió rápidamente y corrió al móvil. No podía dejar que Marshall supiera que había hablado con alguien solamente por las cámaras, se enfadaría, sería peor. Mil veces peor. Lo llamó y le informó de la parte "oficial". Él dijo que hablaría con su contacto en la compañía de la luz y Andrew se puso tan nervioso que se inventó una excusa para colgar. Al parecer necesitaba salir de allí cuanto antes. 

Forgiveness  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora