12. La verdadera familia

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"La verdadera familia"

En cada viaje devuelta a Londres, el tren era bastante silencioso... excepto por último compartimiento del último vagón, que era donde los Merodeadores se habían instalado desde el primero de septiembre de 1971. Si no fuera porque Lily Evans los acompañaba nada en ese lugar sería distinto, porque seguían riendo e intentando teñir el cabello de alguno de los que estuvier allí. Cuando llegaron a su destino, el barullo de padres que esperaba a sus hijos era tan grande que para los chicos se hizo imposible ver a sus progenitores. Para la sorpresa del mismo grupo de adolescentes, la primera persona que vieron ahí esperando fue a Walburga Black, quien le hacía señas a Regulus, el menor de los Black, y a Sirius. Este último se fue refunfuñando. Por otro lado, Remus, luego de unos minutos encontró a su madre y la fue a abrazar, quien lo recibió de la misma forma. Y Peter se encontraba avergonzado por las demostraciones de cariño de su madre, quien le besaba toda la cara y lo abrazaba cada cierto tiempo.

—Mamá, tengo 16. Es suficiente —reclamaba.

Por su parte, los mellizos Potter buscaban a su pequeña madre entre la multitud, pero no la encontraron fácilmente, hasta que Samantha sintió que tocaban su hombro. La muchacha se giró y vio a una menuda mujer que llevaba el pelo tan desordenado como ella, su madre le sonreía con dulzura, y de la misma forma la abrazó.

—¡James, aquí está! —le gritó a su hermano.

—Hola, cariño —su madre hizo lo mismo que la de Peter, con la diferencia de que James reía como un niño pequeño.

Cuando pudieron alejarse lo suficiente de los padres que gritaban el nombre de sus hijos, la señora Potter recién pudo ver que su hija tenía el brazo y vendado.

—¡¿Qué le sucedió a tu brazo?!

—¡Me dijiste que le habías enviado una carta, Charlus! —golpeó a su hermano.

—Quizás se me olvidó hacerlo —rió inocentemente, y su vista desviaba hacia la pelirroja que saludaba a sus padres—. ¡Evans! —y sin más se fue.

—Mamá, tranquila —su madre la observó severamente—. Caí por las escaleras de la Sala Común y me quebré el radio. Sólo eso.

—¡¿Sólo eso, Charlotte?! —dijo, aún desesperada.

—Estará bien unos días después de navidad —le guiñó un ojo, a lo que su madre emblanqueció sus ojos.

No pasaron muchos minutos después de saludar a sus padres, cuando los cinco merodeadores, como si lo hubieran planeado, se miraron entre sí y fueron a una esquina de la estación para poder hablar tranquilos y despedirse.

—¡Ya voy! —gritó Sam cuando llegó al lado de sus amigos—. Me despediré de Will.

Y así los cuatro chicos vieron como el enmarañado cabello de Sam desaparecía en medio de la multitud. Solo supieron que ella ya había encontrado al tejón cuando vieron que éste le hacía señas a James de que su hermana estaba ahí.

—Me agrada ese tipo —dijo James—. Siempre se preocupa por Sam.

—No estaría mal que salieron, ¿no? —dijo Sirius.

James lo observó fulminantemente y el pelinegro solo rió, y lo hizo aun más cuando vio la expresión de Remus al escuchar eso.

—¿No crees que se ven bien juntos, Lunático? —bromeó Sirius.

—No —dijo secamente—. Él es muy alto para Sam.

—Pero es una buena persona.

—No, se ven pésimo cuando están juntos. Punto final.

|1| Estaré a tu lado 🐦‍🔥 Remus Lupin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora