16. Lo juro solemnemente

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Las grises nubes que estaban en el cielo, junto con el helado y fuerte viento que soplaba estaban acorde a la ocasión a la que los merodeadores y Lily Evans se dirigían ahora. Fue temprano, por la mañana, cuando Sam volvió a recibir el aviso del funeral de Will. Por lo tanto, apenas terminaron de desayunar, en silencio, se dirigieron a los terrenos del castillo.

—¿Cómo te sientes? —le preguntó su hermano, antes de salir del castillo.

—No sé, James... solo quiero que me abraces, ¿sí? —rió nerviosa y sin ganas.

Su hermano asintió y la abrazó por los hombros durante todo el camino que restaba para llegar al lugar donde habían acordado con Dumbledore. Allí estaban la persona que dirigiría el funeral, Dumbledore, Sprout, McGonagall y un chico no muy alto, con su rostro cubierto; que estaban alrededor de la caja café, donde descansaba Will. De un momento a otro, James detuvo a su hermana y acarició su mejilla para luego decirle que él estaría siempre a su lado; entrelazó su mano con la de ella, y de esa forma se acercaron al ataúd que estaba en medio del grupo de personas. Luego de las típicas palabras de consuelo para el grupo que estaba ahí despidiendo al fallecido, dieron paso a los discursos personales, los cuales no fueron muchos; Dumbledore, como director, fue quien más habló destacando lo buen estudiante que fue Will y la gran ayuda que siempre estaba dispuesto a dar a sus compañeros; a él lo siguió Sprout, diciendo lo mismo y lo mucho que lo extrañaría. Sam y el novio de Will no dijeron nada, y todos entendían la razón, por lo que no insistieron.

Una vez terminadas las formalidades, el juez permitió ir a ver por última vez el cuerpo del chico. Sam fue la primera en acercarse, seguida de sus amigos, a quienes les pidió ir sola para poder compartir algunas palabras con Will. Y aunque no había dejado de llorar desde el inicio de la ceremonia, James asintió y la dejó ir sola. Sin embargo, cada paso que daba le hacía sentir más abrumada, más triste... más rota. Y fue aun peor cuando sus ojos fueron impactados un cuerpo inerte, sin color y sin su característica sonrisa. Su corazón dio un vuelco e inconscientemente tomó la cadena que él le había obsequiado en navidad. Acarició su mejilla y dejó que sus lágrimas inundaran, aún más, las suyas. Lo observó unos minutos, sin decir nada.

—Cómo quisiera que esto no fuera verdad y te levantaras de ahí diciendo que era una broma —rió ante su propio comentario y besó una de sus mejillas para dejar que el Slytherin se despidiera de él también—. Esto no es un adiós, Rascacielos —le sonrió como si fuera a devolverle la sonrisa—. Es un hasta siempre.

Sam se alejó de allí tambaleándose, a lo que sus amigos fueron a ayudarla. James la detuvo, limpió sus lágrimas y la abrazó.

—Todo estará bien, lo prometo —besó su sien, mientras los otro tres merodeadores acariciaban su espalda en forma de consuelo.

Lily lloraba suavemente, sin querer molestar a nadie, pero fue inevitable; después de todo, Will y ella habían compartido el último mes de clases como amigos. Y fue por eso que Sirius se dirigió a la pelirroja y la abrazó, tratando de calmarla. Para la sorpresa de todos, el pelinegro recibió una respuesta recíproca de ella. Y entre todos los suaves llantos que resonaban en el lugar, se escuchó uno desgarrador, que permitió por fin ver el rostro del novio de Will. Los chicos de Gryffindor contuvieron el aire al ver que Regulus Black, el hermano menor de Sirius, era quien lloraba como un bebé porque su Will se había ido. Sirius soltó a Lily con poca delicadeza y se dirigió hacia su hermano, quien lo alejó sin duda alguna, pero él insistió hasta tener a Regulus en sus brazos. El chiquillo Black gritó y maldijo a todo el mundo por haberse llevado a Will, mientras Sirius acariciaba su cabello y le decía lo mucho que lo sentía.

|1| Estaré a tu lado 🐦‍🔥 Remus Lupin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora