|1| Estaré a tu lado 🐦‍🔥 Remus Lupin ✔

19. Dos palabras, cinco letras

Apenas se abrieron las puertas de la locomotora, Sirius Black saltó exclamando que por fin era libre. Los padres que estaban esperando a sus hijos, lo miraron confundidos y algunos riendo.

—Ya te quiero ver llorando como un pobre bebé cuando nos graduemos —rió la azabache, mientras entrelazaba la mano de Remus con la suya, para bajar.

Sirius rodó los ojos, y luego de despedirse de Peter, Remus y Lily, fue a hablar con Marlene, con quien tenía una especie de relación amorosa... más bien... relación sexual.

—¡Adiós! —gritó Peter, llamando la atención de los chicos.

Peter, quien siempre se iba primero, sacudía su mano mientras era arrastrado por su madre, quien, por alguna razón, siempre tenía el ceño fruncido y no saludaba a los amigos ni los padres de los amigos de su hijo.

—¡Te esperamos en casa! —gritó Sam, a lo que el pequeño chico levantó uno de sus dedos pulgares.

Cuando la chica se volteó para mirar a su novio, se percató que su pelirroja amiga estaba con su familia, y su hermano reía con la madre de Lily. Ésta última estaba tan sonrojada que no se distinguía su cabello de su cara. Sam rió de tan solo imaginar las estupideces que James debía estar diciéndole a la señora Evans. Sam le hizo señas a su hermano y este le devolvió una sonrisa socarrona, como quisiendo decir "Lo logré; estoy hablando con mi futura suegra".

Ella y Remus rieron con ganas, luego de ver cómo Lily echaba a James del lugar. Luego, compartieron miradas y siguieron riendo aun más. Remus besó la sien de Sam y luego la observó por un largo rato mientras ella le contaba todo lo que podrían hacer en las vacaciones, porque tenían mucho tiempo libre.

—Deja de mirarme —rió nerviosa la chica, una vez que terminó de hablar, escondiendo su cara en el hombro del hombre lobo

—Oh, vamos —la separó de él y acarició su mejilla— ¿Por qué te avergüenza que deleite mis ojos con tu belleza, Bennu de mi corazón?

—Eres demasiado cursi, Lupin —rió—. Vomitaré arcoiris —hizo ademán de querer vomitar.

—Cursi y todo, soy tu novio —la abrazó por la cintura y rozó sus narices tiernamente—. Y sé que te encanto, porque me lo has dicho.

—Touché —rió, poniéndose de puntitas para alcanzar sus labios, pero él no bajó su rostro—. Vamos, baja tu rostro, quiero besarte, idiota.

—Oh —rió—, no lo había notado.

Entre risas, Sam pasó sus brazos por el cuello de Remus, mientras él la sostenía por la cintura, para besarse con parsimonia. Y aunque querían profundizar más el beso no lo hicieron... porque estaban en un lugar público, y a la vista de todos.

—Remus... —escucharon a su lado, de pronto.

Separaron sus labios y vieron al padre del licántropo a su lado con una amplia sonrisa, que aumentó aun más cuando vio que la chica que hijo estaba besando era nada más, aquella que su hijo llamaba su mejor amiga. Sam soltó rápidamente al mencionado y un poco avergonzada saludó al padre de su novio.

—¡Lyall! Te dije que lo dejaras tranquilo —llegó la señora Lupin a su lado—. ¡Sam! —exclamó la señora, cuando volteó a ver a su hijo y vio a la morena al lado de él. La cara de sorpresa de Hope Lupin hizo mucha gracia a su hijo y, todavía más, a la chica, que sonreía con diversión hacia el matrimonio, quienes murmuraron algo entre sí—. Siempre supe que ustedes estarían juntos —sonrió la señora, haciendo que su hijo se sonrojara.

—Mamá... —susurró incómodo.

—Sí, sí. Lo siento, cariño —rió y luego se fue de allí con su esposo detrás de ella.