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5. Borrachera por despecho

El viernes por la tarde, por fin, serían las pruebas para el equipo de Gryffindor, el cual debía renovar todo el equipo, ya que los ex componentes del equipo se habían graduado el año anterior, quedando solo los gemelos Potter. Debido a eso, James pidió ayuda a Sam para realizar aquello, así que luego de que las clases terminaran los cinco merodeadores se fueron al campo de quidditch.

—No es necesario que hagas la prueba, ¿sabes? —le dijo su hermano en los camarines—. Eres a la única que conservaré en el equipo.

—Soy la única que queda del equipo del año anterior —rió.

—Era para hacerte sentir bien —rió él, ahora.

Una vez que ambos tuvieron sus uniformes puestos, salieron al campo y volaron alrededor, practicando algunas de las jugadas del chico, y volvieron a tierra una vez que los aspirantes empezaron a llegar. Oh, santo Dios. Será una larga tarde; pensaron ambos. James y Sam se mantuvieron juntos, mientras él explicaba cómo serían evaluados para ser parte del equipo. El capitán había llegado al consenso de que sería mejor hacer como una evaluación de cada uno de los aspirantes y luego, dependiendo de la cantidad de puntos, estarían dentro o fuera del equipo. Así que como primera prueba, todos tuvieron que volar alrededor del campo para ver su habilidad con la escoba. Sam era la encargada de evaluar, y por la expresión que tenía su rostro, James podía decir que esto sería difícil.

—¡Suficiente! —gritó James.

Una vez todos abajo, James hizo que se formaran según el lugar que querían ocupar en el equipo. La mayoría de ellos querían ser cazadores, pero lamentablemente solo quedaba una vacante para esa posición.

—¿Por qué ella no hace la prueba? —dijo Irina White, una chica rubia de cuarto año.

James levantó la mirada y vio que la chica rubia apuntaba a Sam, quien la miró y sonrió.

—Soy parte del equipo desde segundo año —dijo, mientras dejaba de anotar—. James y yo somos los únicos que quedamos del equipo anterior.

—¿Y? Si quiere mantener el puesto debe hacer la prueba, ¿no? Eso sería justo para todos.

—No... —protestó James.

—Tranquilo —lo interrumpió Sam—. Tiene razón ¡Manos a la obra! Hagamos un partido de prueba, ¿no? —dijo animada, mientras su hermano sonreía.

James le sonrió de vuelta, mientras iba por las pelotas que estaban en un baúl. Sam amarró su pelo en una cola de caballo y se colocó sus lentes deportivos.

—No seas tan dura con ellos —le susurró su hermano.

Sam rió, y dijo que no le prometía nada.

—¡Vamos, Sam! —escuchó desde la gradas.

Una vez todos formados en el aire, James lanzó la quaffle y rápidamente Sam la atrapó, ninguno de los cinco chicos que estaban intentando entrar al equipo para cazadores, vio la quaffle, sólo sintieron la brisa que provocó Sam al pasar velozmente por su lado. Ante eso, dos de ellos quisieron encerrarla, pero la chica giró, quedando cabeza abajo en su escoba, haciendo que chocaran y cayeran. La azabache siguió avanzando, a la vez que esquivaba las bludgers. Y al llegar al aro para hacer un tanto, uno de los chicos que practicaba para guardián estuvo a punto de atraparla, pero no lo logró, Potter ya había acertado en el aro.

—¡Sí, esa es nuestra chica! —gritó Sirius, haciendo movimientos ridículos con sus caderas, desde las galerías.

Samantha bajó con autosuficiencia de su escoba, una vez que estuvo en tierra. Todos estaban boquiabiertos, mientras que otros sólo rodaban los ojos, con envidia, por la espectacular actuación de la chica Potter.