Capítulo 27 - Maratón 1/?

48.3K 2.5K 55
                                    

Hacia ya dos horas que había bajado del avión. Me encontraba en un taxi yendo a mi antigua casa. Recorría la calles de Florida que tanto conocía y había recorrido. Cuando llegué a destino, baje del taxi y recogí mis maletas, le pagué al taxista y agradecí.
Las flores del jardín se encontraban marchitas. Las canaletas tapada en hojas secas del otoño y con la pintura un tanto descascarada.
Cuando abrí la puerta un inmensa cantidad de polvo me sacudió. Diablos, si que estaba sucia esta casa. Había telarañas en los rincones y los muebles de la casa tapados con mantas blancas que ahora eran de un color beige por el tiempo.
El día en que murieron mis padres no pude seguir viviendo aquí. Los recuerdos me atormentaban por lo tanto, con el dinero que me dejaron mis padres, compré una pequeña pero muy acogedora casa a 3 manzanas de aquí. Que luego vendí para comprar el departamento.
Comencé a desempolvar cada uno de los rincones y muebles de la casa. Limpiaba, fregada, enceraba, lavaba y sacaba telarañas. Cuando se hicieron las 5 de la tarde, tomé una gran bocanada de aire.

Ya es hora -

Tomé el primer autobús que pasó, de todas formas no estaba tan lejos. Bajé y compré un precioso ramo de crisantemos, las flores favoritas de mi madre. Camine por la senda con cientos de tumbas a cada lado pero me detuve en una en particular.


Margaret Collins
(1966-2013)
Amada madre y esposa


Ya no podía con esto, los extrañaba los quería aquí conmigo. Las lágrimas salían como si de una canilla se tratara.
A su lado se encontraba mi padre. Había pedido que ambos estén en tumbas cercanas. Dejé los crisantemos en ambas tumbas y grité. ¿Por que la vida siempre se lleva a las mejores personas? Es una pregunta retórica.

Cansada de tanto llorar me levanté, sacudi mi pantalón y cogí el autobús a casa. Miraba a las personas ir y venir. Apurados como si la vida se acabase en un instante y no quisieran perderla. Descendi del camión y camine las pocas calles del paradero al hogar de mis padres. Ma faltaban sólo algunos metros para llegar cuando advertí la presencia de un hombre sentado en el porche de la casa.
Maxwell Beilmann, ¿Me había encontrado?

Con toda la fuerza de voluntad que había encontrado decidí encarar la situación.
Al verme acercándo me a él, se levantó dispuesto a hablar po supuesto esto no sucedió ya que mi mano se impactó fuertemente en su mejilla. Reaccione a lo que había hecho, llevé mis manos tapando mi boca.
- Me lo merecía supongo - dijo dando un paso hacía adelante. Cuando nuestros cuerpos estuvieron demasiado juntos extendió sus brazos rodeandome en un fuerte abrazo, apoyo su cabeza en mi cabello aspirando el aroma que este desprendía. Sólo logré rodearlo también y dejar que las lágrimas cayeran una sobre otras Maldición lo había extrañado aun después de todo yo, Alice Collins  había echado de menos a Maxwell.
Entramos en silencio a la casa, vi como buscaba algo en sus bolsillos. De uno de estos sacó la fotografía que habían dejado sobre mi escritorio.
- Sólo quiero que me escuches - dijo suspirando- la foto es real. Esa es Samntha y el hombre soy yo. No lo voy a negar. Pero aparte de ser real, es vieja. No podría decirte la fecha exacta pero te aseguró que es de antes de que nosotros comenzamos a salir.
- ¡Y cómo puedo creerte! ¿Tienes una prueba? -dijo bañada en lágrimas.
- Claro que la tengo - dijo mientras tomaba el dobladillo de su blusa y se la quitaba. Santa madre de Dios...
Aparte de su figura lo que más me asombró fue el tatoo que adornaba su hombro derecho. Era un especie de coso tribal.
Nunca me han gustado los tatuajes pero en él se ve absolutamente sexy.

 Nunca me han gustado los tatuajes pero en él se ve absolutamente sexy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Este tatuaje me lo hice un día antes del viaje a Roma. Venía pensándolo mucho tiempo hasta que decidí hacermelo. Como verás en la fotografía no se ve esto dado que fue tomada antes de que sucediera lo nuestro. Por favor Ali, créeme. ..
Me miraba suplicante esperando una respuesta.
- Me siento tan idiota en este momento, nunca dejé que me dieses alguna explicación. Sólo escapé Como si eso fuese a servir de algo. Lo lamento mucho Max. - dijo pegandome a su cuerpo.
- Esta bien Alice. Te entiendo. Ya es historia lo emportante es que estas aquí conmigo o bueno yo contigo - dijo riendo lo que provocó que riera con él.
- No me dejes nunca Alice - susurró  a mi oído.
Lo besé con tanta necesidad que temía que pudiese romperme los labios.
- Jamás. .. - dije entre besos.

LA MERECIDA MARATÓN QUE SE MERECEN  AÚN NO SE DE CUANTOS CAPITULOS VAN A SER PERO ESCRIBIRÉ CADA VEZ QUE PUEDA 😊
BESOSSSSS

"MI JEFE" {CORRIGIENDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora