Capítulo 1

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¿Es tan simple pasar desapercibida entre la gente?

Yo no puedo. Todos voltean a verme, aunque a veces quisiera ser invisible.

Dicen que soy muy bonita, pero yo no lo creo.

Creo que soy normal, como todos. Con dos ojos, marrones claros; una nariz, pequeña y perfilada; piel blanca casi pálida, cabello castaño claro, liso y largo que cae por debajo de mis hombros; cuerpo delgado y muy a mi pesar, delicado; a la vista de los demás porque tengo mucha fuerza en mis brazos y piernas.

Me divierte mucho pasear por el campus y observar a los chicos que se quedan boquiabiertos al verme pasar. Ha sido así, desde hace mucho, desde que decidí no ser usada por nadie más, desde que un mal tipo me usó de la manera más baja.

Todos hacen cosas por mí, me dan obsequios y quieren ser mis amigos; en pocas palabras, soy la chica más popular de la uni.

¿Mi nombre? Im Yoon Ah, pero para todos soy Yoona.

Es el primer día del último ciclo de mi carrera en la Universidad de Hanyang en Corea del Sur. Estudio actuación, es mi pasión, acompañada del canto, es lo único que quiero hacer en la vida. Espero con ansias el día en que me encuentre en un escenario con el hombre de mis sueños y podamos interpretar esa escena que haga que se detenga mi corazón.

Cuando eso suceda, sabré que él es el correcto.

-¡Hey! ¡Yoona!- es una voz dulce la que escucho detrás de mí.

Es mi mejor amiga y casi hermana Yuri.

Siempre llega tarde. Aunque vivimos juntas y estudiamos lo mismo, nunca logro que me siga el paso, es un poco perezosa. Lo que más le gusta es andar de fiesta los fines de semana, algo que no me gusta mucho porque en lugar de relajarme, me estresa aún más.

-¡Por fin llegas!- dije sonriendo al verla muy agitada por venir atropellando a la gente.

-¡Aish! ¡¿Por qué no me levantaste?!

-¡Sí lo hice!, pero como siempre, me ignoraste.

-Bueno, bueno, ya estoy aquí. ¡¿Vamos?!

Caminamos hasta el salón de clases y había un alboroto enorme en la entrada del mismo.

-¿Qué sucede?- nos miramos mutuamente.

-¡Escogerán el elenco para la próxima obra de teatro!...

-¿En serio? ¿Tan pronto?- dijo Yuri, más desconcertada que alegre.

-Las inscripciones serán hasta mañana.

No pude concentrarme en toda la clase de solo pensar en qué obra se trataría. No lo informaban, sólo decían que sería una obra escrita por un ex estudiante que regresaba de Europa.

Al parecer era famoso entre los profesores y otros estudiantes que habían estado más tiempo que yo. Hablaban muy bien de él, decían que era muy talentoso como actor, guionista, director y para rematar cantaba como los mismos dioses.

Hasta el momento me preguntaba qué tipo de hombre sería. ¿Era tan especial como decían? O ¿Sólo estaban exagerando?, además ¿Sería igual de guapo que talentoso? Tal vez no, una persona no puede tener tantas virtudes ¿O sí?

¡Un momento! Me retracto, yo las tengo.

Acudimos en manada al auditorio para inscribirnos. La audición sería dentro de una semana y el mismo autor de la obra sería el encargado de escoger a los actores.

Había mucho trabajo por hacer...

Cinco días de arduo trabajo y ya quería rendirme, estaba muy cansada. Los maestros no tenían piedad de nadie y menos de los que nos habíamos inscrito para audicionar. Los ensayos también eran muy fuertes y nos tomaba hasta muy tarde.

Yuri, como todos los fines de semana, había insistido para que saliéramos. Esta vez le dije que sí. Necesitaba un descanso de tanto ensayo, o me volvería loca.

Llegamos a un night club, pero no había buena música, decidimos finalmente ir a un karaoke. Había poca gente, así que escogimos un buen lugar. En total éramos seis entre hombres y mujeres; y como siempre, no tardaron en emparejarme.

Heechul, era un chico muy guapo y carismático. Me agradaba como amigo pero nada más, no era mi tipo, además por ahora no quería enredarme con nadie. Mi corazón aún dolía por una relación pasada y no estaba preparada para iniciar nada romántico con nadie.

Al menos no, hasta que llegara el hombre perfecto.

Poco a poco el lugar se fue animando más y más. Mis compañeros de mesa se adueñaban del micrófono cada quince minutos y como no lo hacían nada mal, la gente no se molestaba. Al contrario, cada vez pedían más canciones para nosotros.

El "nosotros" era un decir porque después de casi dos horas, yo era la única que no cantaba ni el himno. Después de tanta insistencia, me animé a cantar algo. Me acerqué al escenario con un poco de miedo, me sentí un poco presionada porque mis amigos habían hecho algunos comentarios sobre lo bien que cantaba y eso me daba temor y nervios de saber que podía fallar en algún momento.

"Meet him among them", era una canción muy hermosa y me traía muchos recuerdos. Tenía la sensación de que si la cantaba, mi cuerpo y mi mente se sentirían más aliviados. Mientras entonaba cada una de sus letras, mi mente divagaba hacia el pasado, mi voz temblaba de emoción y mis lágrimas hicieron su aparición sin esfuerzo.

Cuando terminé la canción escuché unas primeras palmas que chocaban entre sí con emoción como queriendo hacer eco en mis oídos. Aquél sonido hizo que volviera a la realidad mientras abría mis ojos. Muchos otros aplausos siguieron al primero y me sentí transportada a un gran escenario de Broadway, lleno de luces y gente por doquier.

Solo atiné a sonreir y limpiar las lágrimas que habían salido sin darme cuenta.

Después de media hora decidimos volver. Ya nos preparábamos para partir cuando justo en el momento que dejaba mi lugar, una melodía hizo que me detuviera. Mi corazón se aceleró de inmediato y aunque traté de moverme, me era imposible. Mis piernas estaban clavadas en el suelo y sólo pude girar y ver un rostro conocido que al lado de una chica empezaba a entonar la letra de una canción, "Amor Mío" (Lee Hyori).

Yuri volteó hacia mí y me jaló del brazo con fuerza, haciendo que reaccionara al instante. Me moví de inmediato antes de que notaran mi presencia.

Fue tanta mi torpeza por salir de ahí, que terminé tropezando con un chico que llevaba en sus manos unas bebidas, haciendo que se derramaran en su camiseta.

-¡¡Aish!! ¡¿Es que no ves por dónde caminas?!- estaba muy enojado.

-¡Mianhae!- traté de disculparme nerviosamente agachando la cabeza para evitar que viera mi expresión.

-¡¿A dónde vas?!- me jaló del brazo haciendo que volteara a verlo- ¡Tienes que hacerte responsable!

Yo no podía articular palabra, solo quería irme. Lo miré fijamente a los ojos suplicándole con la mirada que me dejara ir, me miró también fijamente y entonces empezó a ponerse nervioso, casi al instante me soltó. Entonces salí de ahí prometiendo no volver jamás; era horrible todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Quería morir ahí mismo.

Empecé a maldecir la hora en que me dejé convencer para salir a "divertirme", finalmente mi diversión terminó siendo un infierno.

Eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora