"¡Keun Suk-ah! ¡No!... ¡No te vayas por favor!... ¡Keun Suk-ah!!!"
Me levanté sobresaltada, quedándome completamente quieta por unos segundos, queriendo entender lo que pasaba. Miré a mi alrededor, era mi cuarto, mis cosas; mi vestido blanco en la cama de Yuri, echo tiras por haber jalado tanto de él. Las lágrimas aparecieron otra vez, era imposible contenerlas, yo no tenía ningún poder sobre ellas ni sobre mi corazón.
¿Por qué duele tanto? ¿Por qué?... ¿Por qué tiene que doler tanto?
Estrujé mi blusa queriendo traspasar la tela que llevaba encima, quería arrancarme el corazón y tirarlo lejos, muy lejos, dónde nadie más pudiera encontrarlo y lastimarlo.
Me levanté de la cama con dificultad viendo lo hermoso que era el vestido, me preguntaba si lo habría escogido él mismo imaginando cómo se vería en mí.
Lo cogí sonriendo, como si se tratara de la cosa más valiosa en este mundo. Me había imaginado tantas veces entrando a una iglesia con él, Keun Suk me esperaría en el altar, de impecable traje negro y con una hermosa sonrisa, de esas que me derretían, trasladándome a un mundo lleno de amor y fantasía.
Lo apreté contra mi pecho y lloré más fuerte, gritando desesperada, dejando salir todo el dolor que había en mi corazón, en mi alma. Caí al pie de la cama añorando sus besos, sus caricias, su aroma. Extrañando todo de él, hasta que mi cerebro dejó de funcionar, mi mente se puso en blanco y ya no pude sentir nada.
De pronto, en medio del silencio, escuché golpes en la puerta. Eran débiles, me levanté de inmediato y corrí escaleras abajo, creyendo que era él, que venía por mí. No me importaba lo que había pasado, solo quería verlo, tocarlo, estar entre sus brazos, escuchar que me amaba, aunque todo fuera mentira; a estas alturas ya no me importaba. Lo único que quería era estar con él.
Cuando abrí la puerta di un paso atrás, decepcionada, era Hyun Joong, no Keun.
-¡Yoona ssi! ¿Estás bien?- limpié mis lágrimas delante de él- ¿Por qué estás así? Yuri ssi ¿Dónde está ella?
No pude contestar, sin pensarlo dos veces me abalancé hacia él, necesitaba un abrazo urgente o me volvería loca de la desesperación.
En pocos minutos le conté todo. Lo de nuestra boda a escondidas, las fotos, nuestra pelea; todo. No podía dejar de llorar, ni él de consolarme, me preparó un té para calmar los nervios y me preguntó qué pensaba hacer.
No lo sabía, no lo había pensado... ¿Morir tal vez?
Era una idea que había rondado mucho por mi cabeza, pero de solo pensar que no lo volvería a ver, me aterraba. Era verdad que ya no estaríamos juntos, tal vez se casaría con Ji Yeon y se irían del país; pero al menos podría saber de él.
Pero si yo moría, se acabaría todo y no... no quería eso, no podía.
Entonces Hyun Joong me propuso algo que en un principio me sonó descabellado.
-¿Por qué no te vas por un tiempo?... Estar lejos te hará bien. Te permitirá pensar mejor en todo lo que ha pasado.
-¿Irme? ¿A dónde? No quiero ir a casa de mis padres. Sería el primer lugar donde me buscarían.
-Puedo ofrecerte mi casa... Es decir la casa de mis padres. Ellos tienen una en Chuncheon que usan en vacaciones, ahora no están ahí así que puedes quedarte el tiempo que quieras.
La idea de irme por un tiempo me parecía la más acertada. Necesitaba pensar y quedándome aquí, no lo lograría, tal vez cuando regresara, vería las cosas completamente distintas.
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Eres mi destino
Fanfiction¿Realmente existe el destino?... O es acaso algo que queremos creer cuando encontramos a la persona correcta y sentimos la necesidad de luchar por conservarla a costa de todo. Tan importante es el amor de esa persona perfecta para nosotros, que nos...