Capítulo 13

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Sábado, 10 de la mañana, me encontraba aún en cama. No había podido dormir en toda la noche debido a la emoción que aún sentía en mi corazón. Era tan hermoso estar enamorada, pero sobre todo ser completamente correspondida.

Keun Suk era el hombre más espectacular que había conocido, era amable y amoroso conmigo, sensible y a la vez tan varonil. Me hacía sentir tan segura a su lado, estaba segura de querer casarme y pasar la vida entera con él. Lo habíamos decidido la noche anterior, nos casaríamos en dos días y no le avisaríamos a nadie. Iríamos al Registro Civil y lo mantendríamos en secreto hasta que pudiéramos celebrar la boda.

Con la amenaza de los padres de Ji Yeon queriendo que Keun Suk se casara con ella, temíamos que pudieran persuadirlo de alguna forma y no estábamos dispuestos a correr ese riesgo. En cambio estando casados legalmente, no podrían hacer nada y nos mantendríamos firmes y con la cabeza en alto ante cualquiera que quisiera separarnos.

-¡Unnie!, ¡Vamos! Tienes que levantarte ya. Hay muchas cosas que hacer hoy- repetía una y otra vez Yuri tratando de quitarme de encima las sábanas.

-Un poco más unnie.

¡Arasseo! Tú ganas, después no digas que no te lo advertí.

Abrí un ojo para ver si realmente se estaba yendo, la vi dirigirse a la puerta llevando una caja blanca que parecía contener ropa. Saqué la cabeza de debajo de la sábana para ver mejor.

-¿Qué es lo que llevas ahí?

-¿Qué? ¿Esto?- miró la caja restándole importancia.

-Tu vestido de novia... Llegó hace una hora...

Me levanté de un salto, si en ese momento me ponían a competir con una pulga, seguro habría ganado.

-¡¿Mi vestido dices?! Pero ¿Cómo?... ¡¿Por qué no me avisaste antes?!- dije quitándole el paquete de las manos y poniéndolo en la cama para ver su contenido.

-¡Aigooo! ¡Estuve media hora parada delante de ti sosteniendo esta caja! Y Tú ni siquiera te dignabas a mirar- levantó los brazos hacia mí mostrándome sus antebrazos- ¡Mira, mis brazos están morados por cargar tanto peso!

-¡Yah! ¡Unnie! No hagas tanto alboroto que no es para tanto...

-¡Aish! ¡Jjin jja! Espero que te cases pronto a ver si te cambia el genio que te cargas últimamente.

-¡Ohhh! ¡Es hermoso!...- lo saqué con cuidado prestando atención a cada detalle de mi vestido.

Lo puse delante de mí y me viré al espejo de cuerpo entero que teníamos en el dormitorio. No podía creer lo hermoso que era. Era blanco y largo, con un escote moderado en v sin mangas; tenía hermosas piedras alrededor del cuello y un cinturón dorado que hacía juego con una gargantilla que se hallaba también en el paquete. La tela era tan suave como la seda, tenía una delicada caída desde la cintura que hacía resaltar aún más mi figura.

Quería llorar en ese momento de tanta felicidad, miré a mi unnie y pude ver que se había adelantado a mis lágrimas, la abracé emocionada y lloramos un buen rato de pura felicidad.

-¡Oh! ¡Hay una nota!- la encontré en la caja de zapatos que estaba a un lado.

"Deseo que a partir de ahora, estos zapatos sean capaces de llevarte siempre a mi lado. Te amo, Jang Keun Suk"

Me llevé la mano a la boca, evitando así que un grito de emoción saliera de mi boca, no podía creer que tanta felicidad pudiera existir en un solo día. De pronto sentí mi celular vibrar, era un mensaje de mi amor.

"¿Te gustó mi regalo?... No me dejes esperando por favor... Te amo"

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Lunes, 8:00 a.m., ya me encontraba lista para salir. Me había levantado muy temprano para estar lista a tiempo, no quería hacerlo esperar ni un segundo, temía que se arrepintiera y ya no quisiera casarse conmigo. Unas absurdas ideas cruzaban por mi cabeza todo el tiempo, me imaginaba en el Registro Civil esperando horas y horas por él hasta que llegaba a noche y tenían que sacarme a la fuerza por falta de novio.

También se me cruzaba por la mente que al llegar con mi testigo, él me dijera que se había equivocado de dirección y que el vestido era para Ji Yeon y no para mí; o peor aún, que el novio era Donghae.

Me veía matando a todo el mundo.

Me sentía aún más nerviosa después de que pasaban las 8.30 y Keun Suk no aparecía por ningún lado, ya no pensaba en que me había dejado por otra sino que podía haberle pasado algo malo. Yuri trató de una y mil formas de tranquilizarme diciendo que todo pasaría, saldríamos del registro tomados de la mano y viviríamos una vida feliz, igual que en los cuentos de hadas.

De pronto como por arte de magia, sonó el timbre, sentí cómo los nervios me traicionaban poniéndome a temblar como una hoja, cogí mi ramo y corrí hacia las escaleras. Suerte que Yuri estaba a mi lado llevando la cola del vestido, que aunque no era demasiado largo, sí podía causar que rodara por las escaleras.

Cuando abrí la puerta quise tirarme encima de Keun para abrazarlo y besarlo porque lo había extrañado muchísimo, además de que estaba al borde la locura por no saber de él.

Pero me detuve en seco al ver una cara que no me era conocida.

Un tipo de aspecto poco confiable me saludó entregándome un sobre sellado. Nos miramos las caras con sorpresa, quise replicar que se habían equivocado de dirección pero el tipo no me dio tiempo de nada. Se dio vuelta y se fue tal cual llegó.

-¿Qué es lo que habrá en este sobre?- dije con curiosidad mirándolo por todos lados.

-Si no lo abres no podremos saberlo.

-¿Cierto? Tal vez sean los pasajes para el viaje de luna de miel.

Sonreí pensando en que era una sorpresa más de Keun, había prometido que más de una sorpresa habría este día.

Y sí que me sorprendí.

Dentro del sobre había unas fotos espantosas. No podía creer lo que veían mis ojos, se me cayeron todas de la impresión. Yo caí junto con ellas.

-¡Esto debe ser un error! ¡No creo lo que estoy viendo!... Esperemos que te dé una explicación. ¡Él te ama!

-¡¿Me ama?! ¡¿Esto es amor?!- tomé un grupo de ellas y las rompí en mil pedazos.

Rompí en llanto, mi respiración se aceleró de inmediato haciendo que mi cara se volviera completamente roja. Yuri me abrazó tratando de consolarme pero ella misma no podía detener sus lágrimas al ver mi dolor.

Media hora después escuchamos que alguien más tocaba la puerta, ambas habíamos subido al cuarto. Me levanté tratando de bajar pero Yuri me convenció que esperara, cuando abrió se encontró con Keun y Kurt, que estaban muy elegantes y aparentemente muy seguros que aún habría boda.

-¡Hola Yuri-ah! Perdón por la tardanza pero es que...

Yuri estaba tan molesta que no esperó más y le plasmó la mano en la cara, tan fuerte que se la volteó de un solo golpe. Ambos chicos estaban tan sorprendidos por el recibimiento que se miraron uno al otro tratando de entender la situación.

-¿Pero qué...?- quiso replicar.

-¡¿Cómo te atreves a venir después de lo que hiciste?!- Yuri no pudo evitar gritar poniéndome en alerta.

Apenas escuché su voz, bajé para enfrentarlo.

-¿Qué haces aquí?- dije con voz ronca y seca desde lo alto de las escaleras.

Keun vio que tenía puesto mi vestido, aquel que me había regalado, pero ya no lucía pulcro, su aspecto era muy deprimente; mi maquillaje se había arruinado y tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

Ahora Keun Suk y Kurt entendían menos que antes.

Eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora