Capítulo 9

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Faltaban dos días para el estreno de la obra y justamente ese día sería el ensayo general, con vestuario, coreografías y todo lo demás. No me sentía de ánimo para salir a escena pero mi situación no podía ser excusa para tirar por la borda todo el esfuerzo de mis compañeros.

Antes de empezar hablé con Donghae y le propuse que falseáramos el beso final porque no podría hacerlo más. No se opuso, al contrario, se portó muy colaborador. Eso me tranquilizó un poco, un problema menos para mí, pensé.

Poco antes de empezar llegó Keun Suk; solo, serio, muy enojado. ¿Ahora qué había pasado? No me gustó nada la expresión de su rostro. Busqué su mirada pero nunca me miró, me sentí rara.

Empezamos con la obra y todo iba muy bien hasta que llegó la escena del beso, estaba segura que Donghae haría lo que habíamos acordado pero en lugar de eso, me tomó por los hombros y con una sonrisa desafiante de medio lado, miró a Keun Suk que lo miraba con rabia.

Volteé a mirar yo también y fue cuando me tomó por sorpresa, besándome a la fuerza.

Me solté de inmediato y lo abofeteé.

-¡¿Pero qué te pasa?!- le grité furiosa

Él solo sonreía descaradamente. Keun Suk tiró los papeles que tenía en la mano y subió de prisa, de pronto vi cómo su puño iba directo a la cara de Donghae y me interpuse en su camino tratando de detenerlo.

-¡¡No!! ¡¡Espera!!

-¡¡Te dijo que no lo hicieras, idiota!! ¡¿Qué te pasa?!

Todo se convirtió en un despelote, tuvieron que intervenir otros chicos para sujetar a Keun Suk ya que Donghae se regocijaba contestándole pedantemente.

-¡Por favor, cálmate!- cogí su mentón e hice que me mirara mientras le suplicaba bajito para que sólo él pudiera escuchar.

Como por arte de magia, destensó su cuerpo y cogió mi mano con fuerza entrelazando nuestros dedos secretamente.

Bajó del escenario, volviendo a su lugar mientras daba las indicaciones finales luego de todo el alboroto. Cuando casi todos se habían ido, seguí a Donghae al camerino, tenía que reclamarle por lo que había hecho.

-¿Por qué lo hiciste?- le dije a solas- Si habíamos quedado en algo, ¿por qué no respetaste mi decisión?

-¡Porque no quiero! ¡No puedo aceptar que te guste ese idiota!

-¿Cómo lo sabes?- no sabía que más decir, a estas alturas creo que ya hasta el Presidente de la República de Corea lo sabía.

-¡Eso no importa! ¡Lo que importa aquí es que no estoy dispuesto a perderte!- me cogió de ambos brazos acercándome a él, aun así me resistí.

-¡Entre tú y yo no hay nada! ¡No tienes derecho a decirme quién puede o no gustarme!

-¡Sí lo tengo!, ¡Yo te amo! ¡Él no!

-¡Si me ama o no, es mi problema, no tuyo!

Finalmente me solté.

Lo único que pasó por mi mente después de eso, fue salir corriendo. Fue un error ir detrás de él, no pensé en las consecuencias. Volvió a sujetarme y esta vez intentó besarme nuevamente, forcejeé con todas mis fuerzas pero su fuerza era mayor que la mía y estaba perdiendo la batalla.

-¡¡SUÉLTALA!!

Lo siguiente que vi fue a Donghae tirado en el piso y a Keun Suk abalanzándose sobre él para seguir golpeándolo. Me quedé como estatua al ver cómo lo golpeaba en el piso, estaba prácticamente sentado encima de él mientras volteaba su cara a uno y otro lado a punta de puñetes.

-¡¡¡YA BASTA!!! ¡¡KEUN SUK!! ¡¡DETENTE POR FAVOR!!

Empecé a jalarlo del brazo para que no siguiera con los golpes, la cara de Donghae era un completo desastre. Cuando por fin pararon los golpes pude ver que tenía mucha sangre, sangraba por todos lados, por la sien, la nariz, la boca.

Lo sujeté del brazo y los separé antes que lo matara.

-¡SI te vuelves a acercar a ella! ¡¡Te mato!!

Sentenció Keun mientras lo señalaba con el dedo.

Lo saqué de ahí antes que alguien más llegara.

Llegamos a un parque cercano y nos sentamos en una de sus bancas. Su respiración se había calmado después de haber caminado un poco tomados de la mano.

-¡Lo siento!- dijo mirándome notablemente avergonzado- No quería que vieras esa parte de mí.

Negué con la cabeza mientras le sonreía con timidez. Tomó de mi mano nuevamente y acarició mis dedos con ternura, yo hice lo mismo mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.

Suspiré profundo, me sentía tan cansada de todo esto, tenía ganas de que desapareciera el mundo entero para así poder estar juntos.

-¿Qué es lo que estamos haciendo?- pregunté sin levantar el rostro.

- Yo tampoco lo sé, pero no quiero dejarte- dijo mirándome con unos ojos llenos de sinceridad.

-Pero... no está bien. Tú estás comprometido- levanté mi cabeza y lo miré a los ojos- Yo no puedo... No podemos.

-Es mi culpa... Si no hubiera actuado tan impulsivamente, esto no estaría pasando.

-Tal vez no estamos destinados...

-¡No! ¡No digas eso! Porque...- cogió mis manos y las besó- Desde el primer momento que te vi, supe que serías para mí... ¡Tú eres mi destino!... La persona que he esperado toda mi vida...

Levantó una mano y arregló un mechón de mi cabello colocándolo detrás de mi oreja. Me sentí elevada a las nubes en un segundo, el corazón quería salir de mi pecho de tanta felicidad.

Aun así no podía entender cómo un hombre como él, con todas las cualidades que poseía, además de su belleza externa, podía fijarse en mí; teniendo a su alrededor a tantas mujeres más hermosas y capaces que yo.

-No voy a dejar que nada ni nadie nos separe- dijo finalmente, trayendo de vuelta a mi mente la cruda realidad.

-Eso suena muy bonito...- ¡aish!, ¿por qué mi conciencia tenía que hablar en ese momento y arruinarlo todo?- Pero la realidad es otra.

-No pienses en eso, por favor.

-¡Cómo puedo no pensar, si te vas a casar!

Me levanté dándole la espalda.

-¡No lo haré! ¡Cancelaré todo!- se levantó y tomó de mi cintura.

Nos abrazamos tiernamente prodigándonos calor. Poco después me llevó a casa.

-Nos vemos mañana- me dio un dulce beso en la frente.

Yo asentí con una sonrisa amplia, a pesar de todo no podía ocultar la alegría que embargaba mi corazón al saber que mi amor era plenamente correspondido.

Se dio la vuelta y lo vi partir mientras se despedía de mí con la mano en alto y una hermosa sonrisa dibujada en su rostro.

Eres mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora