Paula hizo la entrada con Pablo en el remolque. Y quiero decir literalmente a cuestas. No dije ni una palabra durante todo el camino, no importa cuánto él trató de involucrarme en una conversación, por lo que, a la mitad del camino se dio por vencido y empezó a ser demasiado atento con mi hermana de nuevo. Ella se lo trago, más tarde cuando salieron del coche, se aferró a él con tanta rapidez que podrías creer que era un bolso de diseñador.
Las presentaciones comenzaron con la mejor amiga de mi hermana,y la anfitriona de la fiesta, Florencia. En cuestión de segundos una multitud de chicas interesadas desfilaban. Di un paso atrás, deseosa de escapar, pero entonces unas de las otras amigas de Paula, Bianca, me agarró del brazo.
—¿Y quién es esta? —le preguntó a Pau. Me miró preguntando—¿Eres nueva también? —Luego se giró hacia Pablo antes de que yo pudiera responder—. ¿Es esta tu hermana?
La mayoría de los amigos de ella son exactamente material de los que hacen bullying, pero ese comentario era cruel, incluso para Bianca. No sólo era una de las mejores amigas de mi hermana, sino que se sentó detrás de mí en economía del hogar durante todo el año pasado.
—Bian, esa es Mica.
Me miró sorprendida. Antes de que pudiera decir nada, algo como que no sé que decir, dijo—: ¿Quién es Mica?
—¡Mi hermana! —espetó Paula, frustrada.
Un chico me sonrió de una manera que me sorprendió
—Puedo ver porque la ha mantenido encerrada.
No quedé impresionada con ese comentario, sólo aturdida. Fue un alivio cuando este tipo Julián, quien juega fútbol en algunas ocasiones, pasó adelante y dijo—: ¿Viciconte?
Incluso se encontraba de pie junto a Gonzalo y me miraba como si me hubiera crecido un tercer ojo.
—¿Qué pasa, Juli? —le dije, tratando de asentir casualmente.
—Yo ¿eso qué? —Julián me miró de arriba abajo con una lentitud exagerada y luego dijo—: Maldita chica.
Le di un golpe pero ellos se reían entre ellos y luego Gonza resopló.
—Todo este tiempo Viciconte y nunca supe que eras una chica.
—Es divertido —le dije, pensativa—. Siempre supe que lo eras.
Cuando Gonzalo dio un paso hacia mí, Julián lo detuvo y me dijo—¿Estás en fútbol Frisbee?
Asentí con la cabeza. —Claro, desde hace tiempo. Le debo a Occhiato una fractura en la nariz.
Gravano se agarró así mismo con rudeza y me moví de un tirón,también, pero esta vez no se reía.
Me giré y todo el grupo de los populares amigos de Paula me miraban. Cuando los desafié con una mirada, los ojos de Pablo ardían con diversión malvada. Hacía todo lo posible para no reír.
—Déjame saber cuándo es hora de irse —me quejé con mi hermana y luego me marché a buscar una soda. Agarré un Dr. Lemonn y un sándwich de miga, luego encontré un lugar para sentarme desde donde podía vigilar a mi hermana sin ser molestada.
Pablo se pegó como una lapa a Paula por un rato, tocándola a su manera o burlándose de ella innecesariamente, pero me di cuenta cuando se aburrió de ella. Aparentemente, no tenía ninguna intención de hacerle daño o tomar ventaja. Sólo jugaba conmigo. Sabía que yo sólo había venido por él al igual que sabía que vigilaba todos sus movimientos.
Me había estado manipulando desde el momento en que ella nos encontró en la calle, totalmente actuaba como una idiota. Cuando esto se hizo evidente, me enojé conmigo misma por haberle permitido llegar a mí. Me negué a seguirle la corriente un segundo más.
Con la esperanza de que ignorándolo por completo o lo hiciera enojar, fui a entrar en el juego de fútbol frisbee que seguía en marcha. Cuando me acerqué, me recibieron con unos pocos silbidos, todos provenientes de los chicos con los que había jugado en contra de los mosqueteros.
—Puedo estar en un traje de baño —gruñí—. Pero los haré polvo sino cierran su boca ahora mismo.
—Necesitamos uno más acá —dijo alguien. Era el tipo que me había alimentado con una línea de pick-up antes. No podía creer que me miraba como si realmente estuviera interesado en mí. Un hombre, aparte de mi vecino psicópata, nadie nunca había mostrado ningún interés en mí. En especial, no alguien parecido a él.
El tipo tenía el pelo corto castaño arenoso y ojos grises. Era un poco muy musculoso para mi gusto, pero aun así, era bastante caliente. Yo no sabía si agradecerle a Paula por hacerme aparecer semidesnuda o molestarme. Hice todo lo que estuvo a mi alcance para no ruborizarme cuando fui a posicionarme a su lado, pero fui capaz de perderme en el juego con bastante rapidez.
Era sólo un juego divertido, amistoso de fútbol todos jugaban a excepción de Nicolas Occhiato, que al parecer pensaba que era la A.F.A. Y también pensé que era un maniquí. Trató de golpearme varias veces y falló, pero la tercera vez no lo vi venir y me empujó hacia un grupo de chicas que observaban al margen.
En la colisión, mi boca choco con una dura sandalia de plástico y alrededor de cuatro vasos de Coca-Cola Light. Después de recuperar mi orientación, sentí mis labios sangrando. Sangraba donde la sandalia me había golpeado.
—¡Oh eso es todo! —le grité.
***
Maratón 1/5, perdón por no subir durante la semana la maratón, es que estudié más de lo que tenía planeado, estaba media cagada con un oral de ingles que tenía jajaja. Ah y mañana actualizo el resto de las novelas,
ESTÁS LEYENDO
Casualidad
FanfictionEl verano de los dulces dieciséis de Micaela es un verano de primero. Primer coche. Primer beso. Primer novio. ¿Primer acosador de asesino en serie?