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Maratón 2/5

*

—Oh ellas. En realidad son tres chicas ahora. Y dicen que sin duda es un asesino en serie.

—¿Qué?  

—Ha estado en las noticias de hoy.

Cuando prendí la televisión, mi hermana frunció el ceño. —Espera. ¿Estás diciendo que piensas que el cerebro de Paio funciona como una chica de quince años? —preguntó.  

—No, estoy diciendo que él piensa como un asesino en serie.  

Contuve mi respiración cuando cambié el canal para ver C5N y vi que el nuevo asesino en serie de Detroit había salido en las noticias nacionales. Olivia Harvey de dieciséis años de edad, de South Lyon fue encontrada en el parque esta mañana, golpeada y apuñada 41 veces.  

—Por lo menos, no luce tan parecida a ti. —La voz de Paula me sorprendió tan mal que salté—. ¿Has visto la última? Esa chica parecía que podría ser tu gemela.

—Gracias, Pauli. Porque eso me hace sentir mucho mejor. —Silencié el televisor, pero no podía apartar los ojos de la pantalla—. ¿Así que dictaminaron a todos los asesinos en serie?  

—Tuvieron que hacerlo. El asesino dejó Polaroids como con el cuerpo delas primeras dos chicas.

Paula no notó que el aliento se me escapó. Siguió hablando.  

—Mamá estuvo viendo las noticias esta mañana y dice que tienen algunos perfiles expertos. Él dijo que el asesino reclamaba sus víctimas.  

—¡Dijo que pasaría! —susurré—. Pau, ¡él lo sabía!  

—¿De qué estás hablando? —preguntó, finalmente tomando atención.

—¡Pablo! ¡Él sabía! Ayer me dijo que otra chica iba a morir, y no sólo eventualmente. Dijo que iba a morir anoche. ¡Incluso me lo prometió!

  —Bueno, eso no es una cosa muy importante. Quiero decir, las dos murieron los dos sábados pasados. Es por eso que lo apodaron el Acuchillador de los Sábados por la Noche.  

—También me dijo que el asesino dejaría un mensaje, así podrían conectar los asesinatos.  

—Huh. Bueno esa es una especie de golpe de suerte.  

—No es suerte.  

—¿Cómo podría no ser suerte?  

Mi mente daba vueltas con un millón de diferentes pensamientos. La sensación de malestar que tenía en mi estómago el día anterior volvió. Tanto así que tuve que dejar mi helado. —No lo sé, pero él lo sabía. Te juro que lo sabía.  

Mi hermana me miró como si yo fuera la que estaba loca y luego se rió. —¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?  

—¿Qué exactamente digo?  

—Micaela, estás acusando a el vecino de matar a tres chicas, o ¡de ser un asesino en serie!

Paula comenzó a reírse de nuevo, e intenté reírme con ella, pero no pude. Cuando vi que vio mi cara, se controló. —No puedes hablar en serio—dijo—. ¿Un asesino en serie? De verdad crees que Pablo, el chico sexy de diecisiete años cruzando la calle, quién te trae rosas, en realidad ¿podría matar a alguien?  

Tuve que pensar en ello, ¿Lo pensaba? ¿De verdad creía que podría hacerlo? Me encontré asintiendo con la cabeza.  

Paula rodó sus ojos. —Bueno, tengo que decir que te asustó un poco ayer, pero ahora eres tú la que está loca. Así que él es un poco adelantado, lo que, seré sincera, me encantaría si él viniera a mí así pero eso no lo hace un psicópata.

Ella me llamaba loca, pero mientras más pensaba en ello, se me hacía más fácil de creer. —Piensa sobre ello —dije—. Los asesinatos comenzaron después de que él se mudó a Michigan. Y dices que a él realmente le gusto ¿no? ¡Y las chicas muertas lucen igual que yo! Además,el asesino está obsesionado con apuñalar a sus víctimas y no hay duda de que sabe cómo manejar un cuchillo.  

—Si vos lo decis.  

—¡Sé lo que vi! Y ayer habló sobre conocer los puntos vulnerables del cuerpo humano en orden para poder apuñalarlos la mayor de veces posibles antes de que mueran. Su tía dijo que él sabe primeros auxilios y esas cosas. Y sabes lo fuerte que es.

—Sacar buenas notas en biología y saber defensa personal no es un crimen.  

—¡Me atacó en la calle el otro día!  

—¿Te atacó?  

—¡Sí! ¡Me atacó! Sólo para asustarme. Sólo para mostrarme que puede. Es inteligente. Como, muy inteligente. Sabe cosas de mí que no debería, entra a mi habitación, él....

—¿Entró a tu habitación?  

—Más de una vez. Mira lo que le hizo a mi video juego.  

Encendí Skateboard Pro 2000, pero no tuvo el efecto deseado. Mi hermana leyó la lista de puntaciones y chilló—: Oh mi Dios, Mica, ¡eso es tan dulce!¿No moriste cuando viste eso?  

—Pero, ¿cómo lo hizo? ¿Y cuándo? No es como si lo invitara. Además, no llegó a su casa anoche. Lo sé, porque me pasé toda la noche esperándolo.  

Eso hizo que hiciera una pausa. —¿Acechas mucho, Mica? —dijo con una sonrisa.

—¡Lo digo en serio!  

—Puedo verlo. — Finalmente perdió la paciencia conmigo—.Eres un bicho raro. Recuérdame que nunca tendré una conversación de chicas contigo otra vez.  

—Nadie te lo pidió en primer lugar.

Ella comenzó a salir y se detuvo en la puerta para mirarme. —Paio es dulce, divertido, y completamente maravilloso. Y por alguna razón, le gustas. ¡Eres una idiota! No te dejaré arruinar esto porque eres una maldita mojigata.

—Muérdeme. —Fue mi brillante respuesta.

—Como sea. Voy a hablar con él —se quejó.

—¡Espero que deje tu cuerpo mutilado en el parque! —dije después de ella.

Finalmente salí de mi habitación, pero sólo anduve dentro de la casa. No había manera de salir a la calle y arriesgarme a ver a Paio. Por alguna razón, fue un alivio que mi papá volviera a casa esta noche. Pasamos la tarde viendo cualquier canal de televisión que no tuviera noticias, y hablamos sobre los tipos de autos que podrían gustarme. Él tampoco me preguntó por el vecino, pero a diferencia de mi madre, no parecía importarle mucho, y era agradable. 

Cuando me fui a la cama, encontré una nota en mi almohada junto con una flor sacada del florero de mi tocador. En una fuerte escritura decía:  

Lo que queda detrás de nosotros, y lo que queda delante, es poca cosa comparada con lo que queda dentro de nosotros.

—Ralph Waldo Emerson.  

CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora