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Si no hubiera sido por el chico del correo que apareció en ese momento, podría haber ido y preguntado a Pablo cuál era su maldito problema, incluso si terminaba siendo degollada y arrojada al río Detroit.  

—¿Tengo un paquete para una tal Micaela Libertad Viciconte?  

—Esa soy yo —dije. Y me di cuenta de cómo me había llamado—.¿Micaela Libertad? —gruñí, sabiendo de quién era el paquete sin siquiera tener que verlo—. Idiotas.  

—¿Libertad? ¿Ese es tu segundo nombre? —preguntó el chico mientras firmaba por la caja.  

—No. A mis amigos les gusta burlarse de mí porque nací un cuatro de julio.

—Oh. Bueno, ¡feliz cumpleaños!  

—Gracias. —¿Era triste que el chico del correo me hubiese deseado feliz cumpleaños cuando ni mi hermana lo había hecho?

Esperé hasta que el camión se marchase para ver lo que mis amigos idiotas me habían conseguido en el campamento. Casi me asustaba mirar. Si se trataba de un grupo de sudorosos suspensorios iban a morir.  

Me sorprendió tanto la tela blanca y roja en mis manos, que la caja cayó olvidada al piso. No era la campera de las alas rojas lo que me sorprendió, era el autógrafo personalizado del diez veces presente en el salón de la fama de la NHL, Steve Yzerman, en ella lo que hizo temblar mis rodillas.  

  "Para Mica, ¡felices diecisiete! Con amor, Steve Yzerman".  

Leí la inscripción una y otra vez sin poder creerlo mientras me hundía en la vereda. Todavía me sentía tan sorprendida que aterricé en la caja y la aplasté. Cuando la saqué de debajo, vi una nota en el fondo.  

Mica,

¡Nunca creerás quién fue nuestro entrenador invitado hoy! Le dijimos sobre cómo no pudiste venir porque te faltaba un escroto y que nos ibas a matar por conocerlo ya que es tu ídolo, y el tipo nos dio esto. ¡Él es lo más! ¡Más te vale que nos consigas un gran auto, ya que nos lo debes completamente!

¡Feliz cumpleaños!

Bruno, Pity y Congo

PD: Yo fui el que le contó sobre ti. ¡Pienso que eso merece el privilegio de sentarme en el asiento delantero de por vida! –Bruno

No podía creerlo. ¿A quién le importa si me llamaron Micaela Libertad? Los. Mejores. Amigos. Del. Mundo. Ya no estaba enojada. De hecho, sentía que iba a llorar. No lo hice, por supuesto, pero el resto de mi día pasó volando.  

Ya no me importaba ni conseguir mi auto, ni tener que cenar y verlos fuegos artificiales con mi familia. Ni siquiera importaba que Paula me hubiera regalado un maldito vestido, o el hecho de que nos hubiera abandonado apenas llagamos al parque dejándome sola con mis padres. Al final, mi cumpleaños, como que apestó, pero no fue el peor que tuve.  

Las cosas mejoraron al día siguiente también, porque papá se levantó temprano y fuimos a buscarme un auto. Llevó horas, pero me ayudó a conseguir un gran trato y cuando todo estuvo dicho y hecho, era la orgullosa dueña de un Jeep Wrangler. Negro azabache, puertas y capota removibles... los mosqueteros estarían muy apretados pero no me importaba. Estaba enamorada.  

Incluso Paula se desmayó un poco cuando me detuve en el camino de entrada esa tarde. —Ooh, ¡brillante! —canturreó—. ¡Pongámonos lindas y salgamos por ahí, Mica! Podríamos recoger a Bian y Flor. ¡Sería tan divertido!  

—¡De ninguna forma! —dijo papá rápidamente—. Es sábado. No van a ningún lado.  

No estoy segura de por qué la orden llenó a Paula de pánico. Yo, por una vez, lo había esperado, siendo el sábado por la noche la hora feliz de los asesinos en serie y eso. Y además, ¿salir con sus amigas? ¿En qué universo pensó que eso pasaría?  

Paula se lanzó a un gran berrinche. Me miró en busca de ayuda, pero simplemente me encogí de hombros. —Son las preliminares de la UFC.  

—¿Las qué? —preguntó.  

Se lo expliqué como si fuera lenta. —¿Las preliminares de la Ultimate Fighting Challenge?

—¡Ugh! —se burló con obvio disgusto—. No tienes remedio.  

Papá y yo nos echamos a reír cuando entró pisoteando en la casa.  

Mi hermana se encerró en su cuarto con el teléfono inalámbrico por una hora y media, pero eventualmente se unió a nosotros en la sala, suspirando a cada rato mientras se pintaba las uñas. —Pensé que iban a ver una pelea —dijo, frunciéndole el ceño a una repetición del Sports Centeren la tele.

—No empieza hasta dentro de una hora —dije.  

—¿Y sólo se van a sentar ahí y mirar charlas deportivas hasta que empiece?

—Sip —dijimos papá y yo al unísono.  

Paula suspiró y pasó a los dedos del pie. Cuando se quedó sin uñas, dijo—: Micaela, dame tus pies.

—No lo creo.  

—Está bien. Tus uñas entonces.  

—¿Qué uñas? —pregunté. Las mías se encontraban mordidas hasta la cutícula.

—Bien. Déjame peinarte.  

—¿Por qué?  

—Porque estoy encerrada como una prisionera una noche de sábado y desesperadamente aburrida, y sólo quiero ver como quedaría.

Mi hermana había estado tratando de darme un cambio de imagen prácticamente toda la vida. Nunca pensé que vería el día en el que cedería, pero algo de la mañana anterior, cuando había querido ir de compras conmigo, se me había quedado pegado. No lo sé. Era casi como, bueno, como si le gustara. Como si quisiera ser mi hermana y no sólo mi malvada hermana. Fue lindo de su parte querer hacer mi cumpleaños un poco mejor.  

Sabiendo cuán duro debía serle estar encerrada básicamente por ningún motivo, sentí como que le debía algo a cambio. En vez de "piérdete,perdedora", la miré y dije—: Lo que sea. —Después de todo, tuvo razón sobre la ropa, y no era como si alguien fuera a verme esta noche. No podía doler dejarla hacerlo por una vez, ¿cierto?  

En realidad, dolió bastante. Tan pronto como acepté, Paula chilló y me arrastró a su habitación. Hubo mucha cantidad de restregar y tirar y pinchar y empujar involucrados, y luego sacó unas pinzas y fue a por mis cejas. Nunca imaginé que esa cosa de "la belleza duele" fuese literal.  




***

Un par de cosillas:

Primero, hay una encuesta en mi perfil para una novela re bomba que tengo planeada.

Segundo mañana hay capítulo doble si alguien puede contestar a estas preguntas.

* ¿Cómo se llama el chico que quiso encarar a mica en la fiesta?

*¿Como se llama el juego aburrido de Mica?

* Deci 3 chicos de los que se haya puesto celoso Paio

Le dedico el capítulo al primero que lo adivine y si no, bueno otro día será el maratón.

CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora