Sweet Love #Leonetta

Capitulo 29

Estábamos de vuelta en casa de Violetta, habíamos vuelto antes de lo previsto ya que la salida al cine con los chicos se había cancelado por que Francesca, Federico y Maxi habían comido algo descompuesto ayer y no aguantaban dar ni un paso.

Así que solo volvimos a su casa y nos dedicamos a sentarnos y charlar en él patio trasero él clima era excelente ya que no había ni frío ni calor. Él almuerzo había sido un éxito a pesar de la vergüenza que Vilu albergaba por lo que me había dicho... aun no podría creer él que me dijera "estrella porno" y para mayores que mi mamá lo escuchara. Pero en fin todo lo que me dijo me hizo quererla un poco mas.

-León, Leooon!- Violetta se encontraba de pie frente a mi.
-Uhmmm si- le respondí mientras regresaba de mi nube de pensamientos.
-Sea lo que sea que estés pensando, olvidalo y ponme atención- me dijo mientras me sacudía.
-Imposible que deje de pensar en ti- le sonrei coqueto ya que se sonrojo y esquivo mi mirada.
-Eres un tonto por que tendrías que pensar en mi, si estoy contigo- dijo, yo me coloque de pie en un salto.
-Pensaba en lo que me dijiste antes del almuerzo; "cómo es que puedes ser todo tipo de hombre en uno; él rebelde, él macho, él romántico, él caballero, él respetuoso, él perverso... Puedes ser como una estrella porno pero también eres aquel príncipe azul. Lo eres todo. Y me fascinas, me tienes vuelta loca..."- le repetí la parte que mas recordaba esa que no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Me recoste en él respaldar del sillón y la atraje hacia mi. Coloco sus manos en mi pecho mientras se hacia camino para quedar entre mis piernas. Coloque mis manos algo más abajo de su cintura y mi cara en su cuello. Una de sus manos subió hasta mi cuello y se instalo en mi nuca. Su perfume suave a frutas inundaba mis fosas nazales -aun no puedo creer que me llamaras así. Crees que pueda ser estrella porno? Deberia intentarlo?- le dije aun con mi cara en su cuello. Se separó de mi unos centímetros y me miro seria.
-Olvidate de esa estúpida idea. Eres solo MIO. Eres MI estrella porno, MI chico rebelde- miraba mis labios y los suyos los mojaba con su lengua -MI... príncipe azul- con cada palabra se acercaba mas -Eres lo mejor de toda mi vida- me sonrio ampliamente y me beso cortamente -Y no pienso compartirte con ab-so-lu-ta-men-te nadie- me beso de nuevo pero despacio, sin prisas. Correspondi a su beso pero con más nesecidad. Su cercanía me estaba acelerando y su roce solo me hacia desear mas de ella. La abrace con mas fuerza de la cintura para repegarla mas a mi,  su mano derecha jalaba levemente las puntas de mi cabello y su otra mano paseaba de mi cuello a mi pecho. Sin resistirlo mas la tome del trasero y la levante, ella enredo sus piernas en mi cintura y me abrazaba mas fuerte. Mi excitación se estaba haciendo visible y bastante insoportable estaba en una ensoñación tan profunda por sus besos y algunas mordidas en mi cuello. Ella se detuvo y me miro, sus mejillas estaban rojas era notorio él calor que su cuerpo emanaba. Se acerco a mi oido.

-Aunque muero por que me hagas tuya. No quiero ser atrapada en algo que rompa las leyes de la decencia- me susurro suave y me dio un beso en la mejilla. La baje pero la sostuve fuerte de la cintura podía sentir él temblor de sus piernas. Le bese la frente y la volvi a abrazar.
-Chicos... uhhm, y-yo les traía unos helados de postre- dijo Ana una señora aproximadamente de unos 50 años. Me separe de Vilu y me dirigí hacia ella y tome la bandeja. Le agradecí con una sonrisa y ella sin mas se retiro.
-Eso me vendrá genial con este calor que traigo encima- se acerco y tomó la taza y se volvió a sentar. Deje la bandeja en una mesa y me acerque a ella, me incline hasta a su oído.
-Yo tengo una mejor forma de quitarte ese calor- se quedo paralizada unos momentos y logre ver como sus mejillas se tornaban mas rojas. Sonrei bobamente por el hecho de ver como podia con algo tan simple ponerla tan nerviosa. Deposite un pequeño beso en su cuello y me fui a tomar la taza de helado. Me sente a su lado en silencio y nos dedicamos a comer él helado.

Tipo ocho de la noche ya me estaba despidiendo de ella, su mamá muy amable e indirectamente me echó de su casa, Violetta moría de la vergüenza y suplicaba por que me dejara quedar a comer. Yo solo me dedique a reír por que aunque quisiera quedarme; también tenia una familia con la cual cenar así que convenciendo a Vilu de que se estuviera tranquila que debía irme ya porque mamá me esperaba,  me fui rumbo a mi casa.