El miedo que sentí al ver a Skylee en la sala de mi casa fue palpable, los nervios salieron a flote, no podía disimular lo realmente asustada que estaba.
—¿Tú aquí? —fue lo primero que me vino a la mente.
—Vaya que educación de recibir a las visitas. —se expresó algo seria.
Mire el pasillo para saber si mi mamá se encontraba cerca.
—No entiendo el porqué estás aquí. Ya dejé a tu esposo en paz, tranquila aprendí la lección, no me vuelvo acercar a él. —dije para que esté tranquila, además mas nunca volveré a molestar a Kendall.
Ella me miró y enarcó una ceja.
—Tranquila vaquera, no estoy aquí por eso.
La mire confundida.
—Entonces ¿que haces aquí? —pregunté.
Ella se puso seria y se acercó más a mí.
—Vine a darte las gracias. —susurró.
La mire con determinación y sorpresa, ¿gracias?, ¿por qué?. Si lo único que le cause a ella y a su hijo fue daño.
—No te entiendo.
Bajo la cabeza ocultando las lagrimas que silenciosamente bajaban por sus mejillas, ella esta más que triste, estaba devastada y creo saber porque.
─Skylee. ─susurré para llamar su atención.
Subió su cabeza y rápidamente seco sus lagrimas.
─Si no hubiera sido por ti, nunca me hubiera dado cuenta de lo ciega que estaba. ─su voz estaba quebrada.
─¿Ciega?, ¿de quién? ─pregunté.
─De Kendall.
La miré seria cuando pronunció ese nombre, ya escuchar ese nombre, no causaba nada lindo en mi. Al contrario, me repugnaba de sobremanera.
─Ah... ya veo.
Ella me miró extraña.
─Al parecer ya Kendall, no causa nada en ti. ─afirmó.
Suspiré.
─No, ya no, cuando supe que estaba casado y que ya tenía familia me propuse a olvidarle. ─concluí.
─No lo puedo creer.
─¿Por qué? ─ pregunté.
─Cuando te vi la primera vez, te veías tan enamorada de él... muy enamorada, es más diría que tenías algún tipo de obsesión con él. ─habló Skylee.
─Sabes... escuché una vez una frase, que decía que hasta el corazón más enamorado, se cansa de esperar. ─puse mis manos alrededor de mi cintura─ y yo esperé demasiado, y aguanté múltiples insultos. Pero ya no, todo el amor se fue a la mierda.
─Si lo dices ─exclamó.
─ Entonces, ¿viniste aquí a insultarme, o a golpearme? ─pregunté cansada de la conversación.
Ella me miro seria.
─Ya te dije a darte las gracias, por abrirme los ojos. ─miro a su hijo, y yo también lo hice─ Me alegro de que me haya abiertos los ojos.
─¿Kendall te dijo lo que hicimos?, ¿cierto? ─pregunté con nerviosa
─Sí. ─me miró tajante.
Avergonzada baje la cabeza, no quería seguir mirándola a los ojos, no cuando sabe que me acosté con su esposo, y también el papá de su hijo.
─Tranquila, me contó que no sabias de nosotros. ─habló con voz suave.
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Aléjate De Mí (En Correcciones)
Teen FictionMoría por estar en tu vida... Ahora muero por salir de ella.