Parte 47: Al final se quedará conmigo

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─¡No por favor! ¡No quiero entrar ahí! ─dije alterada.

─¡Que entres te digo! ─espetó aquel hombre que por sus lentes de sol no podía distinguir bien su cara.

Los dos hombres que me perseguían, me tomaron con firmeza para hacerme entrar, pero me puse rígida y me opuse a entrar, ellos hacían fuerza para moverme aunque sea un poco, pero mi voluntad de permanecer viva era más fuerte.

─Así que la niña se opone a entrar ─se acercó un poco a mí el hombre que al parecer es quién dirige a estos idiotas.

Me quito el jugo que llevaba en mi mano, me miró desafiante y le dio un largo sorbo.

De seguro ya se lo acabo todo.

Volvió a entregar la caja del jugo... pero vacía, eso me hizo enojar, solté la caja y esta cayó al suelo, lo miré con puro odio.

─Gracias por el jugo, tenía mucha sed, eres muy amable ─dijo en forma de burla.

─De nada ─dije sarcástica.

Él rió un poco.

─Bueno, ya me divertí un rato, entren esa niña al auto, y no sean maricas ella es solo una niña no puede tener más fuerza que ustedes ─murmuró serio.

aquel hombre volvió acercarse al auto, mientras otra vez volví a forcejear para no entrar a ese vehículo, ahora si estaba horrorizada, iba a entrar a ese jodido auto solo Dios, sabrá lo que me harán.

─¡Ayúdenme! ¡Auxilio! ─grité con todas mis fuerzas.

─¡Cállate maldición! ─habló uno de los sujetos que luchaba conmigo.

De pronto dos disparos resuenan en la calle, haciendo que mi corazón se paralice, dos objetos caen a mis costados, ahí me doy cuenta que lo que cayó fueron los dos hombres que me sostenían, chillé con terror, sangre salían de sus cuerpos.

¡Están muertos! ¡Están muertos!

─¿¡Qué está pasando!? ─grité.

Disparos al aire se escuchaba por doquier, solo escuché como el auto donde yo era obligada a entrar hizo rechinar las llantas, me agaché en el piso haciéndome un ovillo, no quería ser impactada por una bala perdida, era presa del pánico, el miedo consumía cada parte de mi cuerpo, mire a todos lados y mire como unos hombres disparaban al auto negro que se marchó despavorido, no sabia con exactitud lo que pasaba, pero creo que tenía una idea de lo que estaba ocurriendo.

Alguien me sostuvo por la cintura volví a gritar de la impresión, me levantaron del piso, me quede mirando los cuerpos de los sujetos que cayeron a mis costados, fui alejada de aquellos cuerpos, un escalofrío me recorre por la muerte de esos tipos, nunca pensé que algo así lo estaría viviendo.

─Señorita Lady Di ─alguien me llamó.

Mire al frente, un joven me sostenía, tenía unos orbes negros preciosos, me hizo recordar a Theo, sus cabellos castaños y una mirada penetrante, pero ahora su expresión tenia un vértigo de pánico.

─¿Quién es usted? ─pregunté.

─Tranquila señorita, ya todo estará bien ─solo contestó.

Los disparos habían cedido y ahora podía ver todo con claridad, habían como alrededor cinco hombres contando al joven que estaba a mi lado.

─¿Quienes son ustedes? ─volví a preguntar.

─Trabajamos con Kendall, su esposo nos mandó a cuidarla mientras él no esta ─contestó aquel joven.

Otro y van dos.

Aléjate De Mí (En Correcciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora