Parte 38: El comienzo de mis tormentos 2

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Un asco enorme me inundó cuando, susurró mi nombre al llegar a su clímax. No aguante más salí corriendo de ahí, abrí la puerta haciendo el mayor ruido posible, y con el mismo ruido la cerré, baje las escaleras a toda prisa, tenía un gran deseo de llorar, quería llorar, pero la ira tan grande que llevaba no me dejaba.

Salí del edificio. En la calle comencé a tomar grandes suspiros, para no entrar de nuevo a mi departamento y golpear al imbécil de Williams, por idiota.

Llegó a su clímax mencionando mi nombre

─¡Ay! ¡que cerdo! ─exclame.

Seguí tomando suspiraciones, pero ahora más leves. Me quede mirando a una esquina, los hombres de Kendall estaban ahí con un señor más mayor que ellos, pero ese hombre andaban con otros hombres que inclusive se veían más peligrosos que los hombres de Kendall. Se veían muy rudos y feos de carácter.

Aquel hombre fumaba un puro; tenía una actitud arrogante y altanera, miraba a todos con un aire de superioridad, llevaba un traje muy extravagante... demasiado extravagante.

Jace me vio y una sonrisa lo asaltó, luego de este Jace se dirige hacia ese señor, y le susurra algo en el oído, aquel hombre me ve al igual como hizo Jace, y una sonrisa socarrona surca sus labios. Eso me hizo estremecer, aquel hombre le hace un ademan a los demás para que lo sigan, y ellos obedecen.

Todos empiezan a caminar hacia mi dirección, mis piernas tomaron un ligero temblor. Aquel hombre con aire de superioridad lo resguardaban aquellos temibles hombres.

Alguien me tomó de la cintura y me hizo verlo a los ojos.

─Javier...─susurre.

─¡Vete a tu departamento! ─espetó frío.

─¿Pero..qué? ─titubee.

Me alejó de él, y me dio un pequeño arrempujón, para que me adentre al edificio, pero no lo hice.

─¿Quienes son esas personas? ─pregunte.

Javier me miro frío. Las matices negras que poseían sus ojos grises, casi cubrieron por completo todo el color grisáceo, me dedico una mirada dura y llena de oscuridad.

Ver que me dedicaba esa mirada a mí, a la persona que él decía que amaba, eso dolía en gran manera. Me adentre al edificio, a pasos rápidos.

─¡Hey! ¡niña! ─alguien gritó.

Pero no me detuve, seguí las ordenes de Javier, subí las escaleras a pasos apresurados, llegue a mi segundo piso y me detuve en mi puerta. Entre y cerré de prisa, me dirigía a mi habitación, pero me tope con alguien antes de llegar, mi cuerpo y el de aquella persona se estrellaron un poco.

─¡Rayos! ─exclame.

alce la vista para ver quien era. Me sentí asqueada cuando vi a los ojos a Williams, traían esa sonrisa ladeada que desde un principio me pareció linda, pero que ahora solo veo con gran disgusto.

─Lady Di, anda con cuidado ─susurró.

Lo mire de arriba abajo, tenía su camisa desabotonada, mostrando todo su abdomen, tenía sus jeans puesto, y andaba descalzo.

─¿Y mi madre? ─omití lo que dijo y me cruce de brazos.

─Dormida, la deje exhausta ─dijo burlón.

Mi sangre hizo arder por su maldito comentario.

─¡Eres un idiota! ─espete─, tú y el imbécil de Kendall son dos idiotas, y ojala que se pudran.

Lo empuje con mi cuerpo, quería alejarme de él, sentirme segura en mi habitación. Williams me jaló fuerte de mi brazo, haciendo entrar a mi habitación a la fuerza.

Aléjate De Mí (En Correcciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora