Parte 20

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Me zafé del agarre de Kendall, no seguiría escuchando más sus mentiras ¿ahora si le intereso? no lo creo, de la noche a la mañana alguien no te empieza a gustar, al menos que eso venga desde algún tiempo, así como Javier empezó a sentir algo por mi.

─¿Qué pasa Lady Di? ─ preguntó, ─¿ya no quieres nada conmigo?

─No, ahora te quiero lejos de mi, donde tu no puedas romperme el corazón ─murmuré. ─donde ya no me humilles como lo hacías antes.

Me miró serio, sus ojos no paraban de examinarme, como si estuviera buscando a la Lady Di que siempre lo adulaba, pero ya esa Lady Di murió, en la noche que salí corriendo de la casa de Javier, cuando me quedé en la carretera llorando por su culpa.

─Sé que te hice daño, pero no lo volveré hacer. ─sonrió leve.

Lo miré mal, ese cuento ya ni el se lo cree, ahora mucho menos yo.

─Tus falsas promesas ya no las creo.

Empecé a caminar para alejarme de él, mis pasos eran lentos pero seguros.

─¡Lady Di! ─, me llamó.

Voltee de malas ganas, ya no quería seguir cerca de él, seguir escuchando más mentiras, una vez me dijo que él no era un degenerado con las mujeres, es verdad no era un degenerado, era un patán.

─¿Qué? ─ pregunté.

─¿Te cuerdas de nuestra apuesta? ─ preguntó con una sonrisa.

Y como si todo viniera como un Mal recuerdo, vino  de la apuesta, cuando le dije que si en un mes no le llego a gustar, me alejaré de él para siempre, pero si le llego a gustar, aunque sea un poco, seré su esposa.

Me miro con una sonrisa llena de maldad.

─veo que te acordaste, bueno...este mes no ha terminado y eso significa una cosa, que pronto podrías ser mi esposa. ─sonrió más.

─Ese trato quedó roto cuando me di cuenta que estabas casado. ─me defendí—, no quiero nada que tenga que ver contigo.

─No Lady Di, ese trato como quiera sigue en pie ─, agregó.

─¡No me jodas! ─, espeté.

Me miró muy serio, pero en sus ojos habían algo de burla al menos eso creo, sus ojos no dejaron de observarme y sus labios estaban en un linea recta. Hizo un ademán como si iba a correr hacia mi con furia, ¿adivinen qué?, salí corriendo, corrí con todas mis fuerzas hacia mi casa, no me detuve, solo le ordenaba a mis piernas que corrieran sin parar, no quería que Kendall me alcanzara se le veía furioso. Por fin llegué a una esquina, mi corazón golpeaba mi pecho con brutalidad, me giré para mirar a mis espaldas, ya que no sentía a Kendall detrás de mi, la furia me recorrió de pies a cabeza, cuando vi a Kendall muerto de la risa en el mismo lugar que estaba, en verdad nunca me persiguió, siempre estuvo en el mismo lugar, yo fui la única que corrí.

¡Que ridícula fui!

Imagínense lo estúpido que fue correr sin ser perseguido por nadie, las personas mirándome correr y ver que no tenía ningún motivo porque hacerlo.

─¡Imbécil! ─, le grité con todas mis fuerzas.

No paraba de reír, bufé furiosa e incomoda por la situación. Gracias a Dios que el parque no quedaba lejos del apartamento donde vivo, Kendall seguía riendo, sin seguir dándole importancia volví a caminar a mi hogar.

Maldito imbecil.

*******

Llegué  al departamento y cerré la puerta con llave, cansada me tiré al sofá, fijé mi vista a una fotografía de mi papá y mi madre, se veían muy felices, sacudí la cabeza, no quería traer los tristes recuerdos de mi padre.

Aléjate De Mí (En Correcciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora