Aléjate De Mí (En Correcciones)

parte 8: las acciones traen consecuencias

Estaba asustada hasta la mierda, tenía a la mujer de Kendall coleman frente de mis ojos; ella tenía ojos  marrones claros, y su sonrisa era perversa, ella y Kendall hacían perfecta combinación.

— Eres sorda ¿o que? — dijo fastidiada.

En verdad podía hablar, pero no sabía que decir, que debería decirle; hola soy Lady Di, vine aquí porque me acosté con su esposo, y aún así no pienso renunciar a él. Ni loca, de seguro me mataría.

— Así que no vas hablar — volvió hablar — ven — dijo agarrándome de un solo brazo.

— ¡Ay! — me quejé.

La maldita tenía mucha fuerza, me volvió a llevar aquella habitación donde se encontraba Javier con el cuerpo de una mujer, la cual el mismo a sangre fría degolló. Estaba en shock Javier no tenía pinta de asesino, no podía creer eso, comencé a forcejear para que me soltara, pero ella no cedía.

Comencé a pensar que la próxima degollada sería yo, por venir por mi cuenta.

— ¡Sueltame! — grite

— ¡Ah! Con que ahora si hablas — se burló.

Javier estaba paralizado, me miraba con vergüenza, se veía apenado por la situación. Pero yo estaba peor fui yo que entró sin avisar y ver cómo mataba a esa pobre mujer amordazada.

— No lo diré de nuevo ¿Quien eres tú? Y ¿Que haces aquí? — habló pausadamente.

En verdad no se porque le tenía miedo a Skylee o como se llame, no es mi culpa de que Kendall se aburrió de ella. Si el paso una noche conmigo es porque se aburrió de ella ¿no?.

— Me llamó Lady Di, y vine aquí para ver a Kendall su esposo —dije con firmeza.

No se de donde saque valentía, pero así lo hice, mi su cara ponerse roja igual como el de su cabello, por la furia que empezó a sentir fue intensificando el agarre de mi brazo.

— ¡Ay! ¡suelteme! — dije quejumbrosa.

— ¿Que quieres con mi esposo?

Cada vez que decía su esposo mi sangre ardía. No quería que ellos siguieran juntos, como dije enamoraré a Kendall en un mes, no me importa que esté casado, si Kendall la engaño conmigo, es porque ya no la quiere.

— Ya sueltala Skylee — dijo Javier algo molesto.

Ella lo ignoró, y siguió apretando mi brazo. Me enojé ya era suficiente, no aguantaría más maltratos de esta mujer.

Yo no soy un trapo, yo también me se defender, con mi otra mano agarre la mano, con la que ella me sostenía con fuerza.

— Me sueltas, o haré que me sueltes — dije desafiante.

Ella sonrió con malicia, pero no me intimidó en ninguna forma.

— Ah si, quiero ver hacerlo — me desafío.

— ¡Basta! — dijo Javier temeroso.

Pero no le hice caso, ella me buscó, pues entonces me encontró. Con la mano que la tenía agarrada, pues la hice puño y rápidamente la dirigí a su nariz, sentí como mis nudillos se estrellaban con su nariz algo puntiaguda, me dolió un poco, pero no más que a ella.

— ¡Ah! — soltó un grito adolorido.

No se porque, pero me alegré mucho verla sufrir, y más que yo fui la causante de su dolor.

Enseguida la empujé, y cayó sentada al piso. Haciendo un estruendoso sonido.

Desde el piso alzó la vista, y vi como sangre brotaba de su nariz, ella miro la sangre y abrió sus ojos con sorpresa y enojo a la vez.