Parte 36

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Llegué al trabajo de mi madre, después de dar muchas vueltas y a verme perdido como dos veces, le pregunte a una anciana donde queda el consultorio del dentista Williams y así llegué.

Me paré en la oficina de la secretaria y vi a mi madre sentada en su escritorio.

─¡Lady Di! ─gritó mi madre de alegría─, pudiste llegar.

─Sí ─dije sin ánimos.

─¿Qué te pasa? ─dijo yendo hasta mí.

─Nada estoy cansada ─murmure ocultándole lo que paso con Kendall.

Esbozó una sonrisa.

─Sí, claro ─dijo con sarcasmo─, si no me quieres decir esta bien.

Iba a decir algo pero en ese momento, alguien salió de donde se suponía que era la oficina del dentista, una mujer salió con su hija la cual, al parecer era la paciente, venía agarrando su mejilla derecha. Después que el dentista terminara de despedir a la señora y a su hija, se dirigió donde nosotras.

─Señorita mendez ─habló con voz suave el dentista.

Me fije bien en el aspecto de ese hombre y ¡Dios!. Si que es lindo, era alto; sus cabellos eran rubios, tenían unos orbes marrones preciosos y una sonrisa encantadora.

Me quedé como estatua.

─Oh, señor Ruiz ella es mi hija, Lady Di ─me presentó mi mamá.

Él me miro y me sentí extraña, como si me desnudara con solo mirarme.

─Vaya señorita mendez, creí que su hija era de seis años o máximo 10 ─murmuró ese hombre.

¡Ay si eres dentista, permiteme encajarte mis dientes!

─Es que la tuve a ella a los dieciséis ─contestó mi madre apenada.

─¡Oh! ─exclamó el dentista─, no tiene porque avergonzarse, tiene usted muy linda hija.

Vi a mi madre sonrojarse, pero no cualquier sonrojo, era uno que cualquier mujer se daría cuenta que eso pasa cuando le gusta alguien.

A mi madre le gusta el dentista  

─Me llamo Williams un gusto conocerla, ¿señorita? ─preguntó con una mirada penetrante.

─Baxter ─contesté nerviosa.

Así mi apellido es Baxter y lo odio, pienso que es ridículo, por eso mis amigos no me llaman por mi apellido, saben que les clavaría un tenedor en el ojo.

─Muy bien, entonces ¿ustedes viven solas? ─preguntó mirando a mi madre.

Ella bajo la cabeza en señal de nerviosismo. Al parecer ya el dentista sabe que mi padre esta muerto. La actitud de ese hombre y de como mira me acuerda a Kendall.

─Sí ─conteste.

 ─Al parecer tu madre no tiene aliento para responder ─dijo y esbozó una sonrisa ladeada.

Terrorífico 

─Bueno ─dijo mi madre dirigiéndose a su escritorio─, toma Lady Di aquí están las llaves del depar...─hizo silencio, el dentista se acercó a ella, le arrebato las llaves del departamento y le regalo una mirada traviesa ─Yo se las doy, señorita mendez ─dijo con voz seductora.

Vi a mi madre tragar duro y quedarse perpleja.

El dentista se acercó a mi y me entregó las llaves, las tome impresionada por su acto, no se porque pero hay algo en él que no me gustó y me lleno de incertidumbre.

Aléjate De Mí (En Correcciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora