*NARRA ANNA*
Cody y yo estamos en la ciudad de Barcelona. Rio al ver la expresión de Cody al contemplar la preciosa ciudad. Estamos aquí porque Cody me ha regalado para mi cumpleaños un viaje para Barcelona de dos. Le he presentado a mi familia y hemos conocido la ciudad.
-¡No hay olas! – dice él, contemplando el tranquilo y plano mar.
-Tienes razón… no suele haberlas…
Después de pasear por la playa, vamos al puerto. Allí vemos carteles de un gran transatlántico que calla la atención de mucha gente, incluidos nosotros. Estamos camuflados e intentamos no llamar la atención, y de momento no ha pasado nada. Sería fatal si alguien nos reconociera con la de gente que había allí… Y sin guardias de seguridad. Pero Cody y yo nos merecíamos estar solos algún momento, y yo al menos tenía claro que en aquel viaje a mi ciudad natal lo íbamos a pasar genial y estaríamos solos.
Cody me coge de la mano. Actuamos tal y como lo haría una pareja normal. Me detengo a pensar. “Somos una pareja normal” me digo. “Lo que pasa es que un poco influenciada y vigilada”.
A veces quería juerga, pero no nos lo podemos permitir. No podíamos ir de fiestas y apenas de cena.
Por eso me sentía atraída por esos carteles, que anunciaban unos tres meses de comodidades y relax.
-Cody… mira – le señalo la dirección hacia donde está el cartel con mi dedo índice mientras le tiro de la manga de su camiseta.
-¿Qué pasa amor? – me dice, agachándose para escuchar mejor ya que el bullicio no se lo permite. A mí se me pone la piel de gallina con solo su contacto.
-¿No te gustaría algo así…? – le digo, mientras me acerco un poco más al cartel. Cuando está a mi alcance lo arranco del muro del cual estaba pegado y lo tiendo frente nosotros para leerlo mejor.
“Durante tres meses y 20 días podréis disfrutar de un hermoso y placentero viaje que eliminará el estrés, y os evadirá del mundo exterior. Un paseo tranquilo y bueno para el alma que va desde Barcelona ciudad, pasa por Francia, Italia, y el sud-este de España. No puedes perder esta oportunidad que recordarás para toda tu vida”.
-Me parece… que tienes segundo regalo de cumpleaños – me dice Cody, sonriendo. Yo, como respuesta asiento y le beso abrazándolo. Cada mes que pasaba, cada día, lo quería más cerca, más tiempo; quería conocerlo más. Ya llevábamos cerca de un año y medio juntos…
***
En la venta de entradas, nos explican mejor lo que será el viaje y cuando empieza. ¡En dos días! Cody y yo nos miramos, riéndonos.
-Es un nuevo reto… A ver si estamos listos en dos días – rio mientras volvemos a casa.
Otra noche durmiendo en camas separadas.
***
Después de un día agobiante pero lleno de largas y exhaustivas risas, estábamos listos. Bueno, no seguros de si lo teníamos todo listo, pero esa era la gracia.
Estábamos ya de camino al barco en un taxi cuando Cody pide de prisa y corriendo que pare. Va a una tienda, entra y vuelve a entrar.
-¿Qué has hecho? Podrías haberme dicho algo… - digo, algo indignada.
-Ah… - me dice con cierto tono enigmático – ya lo verás – me guiña un ojo y me besa la frente. A veces siento que me trata como si fuera una cría. Pero me encanta.
Subimos de los últimos al transatlántico. Por los pelos… Por un momento, mi maleta se atasca en una puerta eléctrica cuando estamos dentro del hotel flotante y al tirarla para desatascarla me caigo encima de Cody, quedando como dos tontos en el suelo. Y no puedo hacer nada más que reír, incluso al ver que hay gente muy importante en ese crucero que nos está mirando. Ésa soy yo, y me da igual lo que piensen los demás. Escucho como Cody se ríe tras de mí, y me entra tal flojera que no puedo ni levantarme.
-No me hagas llevarte a cuestas… - me dice, estirándome del brazo para levantarme.
-No estaría mal… - le miro, interesante y le beso en la mejilla. Después, una chica se acerca para ayudarnos con las maletas.
-¿Puedo ayudarles con las maletas? ¿A qué habitación vais?
Cody empieza a sacar papeles, todavía riendo. Cada vez ríe más fuerte, y la chica ríe con nosotros.
-Os… ¿Os habéis hecho mucho daño? – dice, con una pequeña sonrisa que trataba de esconder.
-No, gracias – digo riendo.
-Bueno, porque has caído encima de mí – acaba de sacar unos papeles – y yo he recibido todo el peso – mira uno de los papeles atentamente - ¡Ah, ya está! Habitación 310.
La chica le coge los papeles cuidadosamente (pidiendo permiso antes) y los revisa con sumo cuidado.
-Estáis en mi zona – dice, volviendo a fijar la vista en nosotros, con la misma sonrisa que al principio – si sois tan amables de seguirme hasta vuestra habitación… - y empieza a caminar. La chica era realmente guapa, rubia, con los ojos verdes; alta y con curvas perfectamente detalladas y cuidadas. Debía ser un enorme imán para los hombres y debería tener entre 19 y 22 años.
Llegamos a una zona donde lo único que se ven son puertas con números. 301, 302, 303… me pregunto quién habrá en esas habitaciones. Al llegar a la 310 la joven se para y nos señala la puerta.
-Ya hemos llegado… no dudéis en avisarme si tenéis algún problema con algo. Me llamo Chloe. Para avisar, hay un botón en la parte de atrás de la puerta, es de color rojo. Si picáis ahí estaré aquí en nada – se aparta un mechón de pelo dorado que le cae a la cara – bueno, espero que pasen una buena estancia.
-Muchas gracias – le dice Cody, dándole la mano. Yo hago lo mismo y segundos más tarde se va.
-Qué mona que era esa chica – digo mientras entro sonriente al “apartamento”, que estaba compuesto por un comedor, un lavabo con bañera hidromasaje; y finalmente una sola habitación. Con una sola cama. Cody parece molesto. ¿Pero es que no quiere dar el paso nunca? ¡Parece estar hecho de piedra!
Se enterará.
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Dos idiotas a bordo {Emblem 3, One Direction, Cody Simpson}
FanfictionChloe es una chica guapa, alta, que llama mucho la atención. Pero un día, conoce a un chico que ni la mira. ¿Será él su nuevo objetivo?