Dos salvajes a bordo

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*NARRA CHLOE*

Ted me ha servido una taza de café descafeinado. Ahora mismo está a mi lado, esperando a que yo empiece a contar todo lo que me ha pasado.

El café quema y lo dejo sobre la mesa. No sé por dónde empezar…

-Bueeeno… no tenemos toda la tarde… - Ted me sonríe.

-Bueno, pues empiezo… es un poco largo pero ahí va.

“Esta mañana hemos ido Drew y yo a la biblioteca. Más tarde, al salir hemos empezado a hablar de novios y novias, y yo le he dicho que no he hecho más que salir con idiotas.

Drew se acercó a mí, parecía nervioso. Me perdí en sus profundos ojos azules, al igual que él en los míos. Conexión.

Se iba acercando, cada vez más hasta que me acarició la mejilla y me acercó a él. Recuerdo como mi corazón latía salvajemente. Nunca me había pasado nada igual, incluso con mi larga lista de “conquistas”. Y después, llegó el beso. Fue un beso muy intenso, lleno de emociones muy fuertes y con ganas de más. Tantas ganas de más que…”.

Miro a Ted, a ver cómo reacciona. Sigue el hilo de la historia y me anima a continuar.

“Le dije que si quería ir a mi camarote y el asintió. Fuimos cogidos de la mano hasta allí. No sabía qué éramos, ni siquiera lo que íbamos a hacer, aunque un poco se intuía. Mis manos temblaban al abrir la puerta y después de cerrarla tras nosotros, sorprendentemente Drew, el chico tímido y que siempre giraba la cabeza en situaciones incómodas me cogió de la cintura, me giró y me dio un beso todavía mejor que el primero. No recuerdo besos como los de él.

Sí, hemos ido un poco rápido, lo sé. Ya te puedes imaginar qué pasó después de aquel interminable beso…  Una hora después, fuimos a comer juntos a un restaurante del barco. Todo fue genial, perfecto. Sin embargo, había una cosa que lo arruinaba: me tocaba el turno de tarde, así que tenía que irme a trabajar. Nos despedimos tal y como lo haría una pareja normal.

Después… - suelto una risilla – me sorprendió porque vino con Wes y Keaton a recepción. Y usamos una ocasión que teníamos para quedarnos solos e ir a hacer un pequeño recado. En el almacén, Drew me besó salvajemente, incluso me había desabrochado la camisa cuando me di cuenta de que aquello no estaba bien. Así que tras unas palabras mías y calmar un poco al “salvaje” fuimos a dar el recado”.

Ted se da cuenta de que he acabado con mi corto pero intenso relato. Me mira fijamente durante lo que parece ser un eterno minuto y luego añade:

-¿Habéis quedado claro en lo que sois?

Justamente me pregunta lo que menos me sé. Enredo una de mis manos contra la otra.

-No – acabo contestando. Me da un poco de miedo aquello, pero hasta el momento no le he dado importancia.

-Bueno… si tú estás feliz entonces a mí ya me está bien – Ted me sonríe. Pero no parece conforme con la historia. Sé que es diferente, rápida y no es la más bonita del mundo, pero a mí me gusta. Es mi historia con Drew.  

No me puedo dejar de preguntar: ¿Le quiero?

Suerte que Ted no me ha preguntado eso.

Dos idiotas a bordo {Emblem 3, One Direction, Cody Simpson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora