Nada que perder (Nothing To Lose)

454 26 2
                                    

*NARRA ANNA*

Las lágrimas bajan rápidas, como si de una carrera se tratara, y el poco maquillaje que llevo puesto se corre enseguida. No puedo parar de pensar en lo que me he pasado con Cody. No era para tanto. Lo quiero, ¿no?

¿Dónde está la playa en la que siempre arreglamos nuestros problemas? Muy lejos. Estamos en el medio del nada, rodeados de agitadas olas.

Camino sin rumbo y descalza. De veras me siento mal. Cody no ha sido un caballero, eso lo tengo claro. Pero yo tampoco he sido una doncella. Poco a poco, el nudo que siento en mi garganta ha desaparecido, fundido con las espesas lágrimas. La gente que pasa por mi lado me mira de vez en cuando. Me imagino desde fuera, como si fuera una de esas personas. Debo ser patética…

Paro en seco y me limpio la cara con las manos. Estoy un poco mejor y los sollozos son cada vez menos frecuentes.

De repente noto como una mano me acaricia la espalda suavemente. ¡¿Es Cody?! Lo necesito.

Me giro lentamente y me desanimo cuando veo que no es el. Es el italiano, el que esa misma tarde me había dicho que me lo pasara bien, cuando yo todavía tenía esperanzas. Ojalá tuviera una máquina del tiempo…

-¿Estás mejor? – me dice el chico que sigue a mi lado después de un rato. Yo asiento poco a poco con la cabeza.

-Gracias – consigo decir. ¿A dónde voy a ir esta noche? Está claro que con Cody sería muy raro… me voy enfadada y después voy a dormir y encima en la misma cama. Sigo pensando en mis cosas mientras ese chico me mira por el rabillo del ojo. ¿Qué debo hacer? Irme, eso está claro. Pero, ¿adónde?

-Veo que la cosa no ha salido bien – me dice de sopetón. ¡No tiene que meterse en esas cosas!

-No tienes que preocuparte por eso – digo, seca.

-Me gustas.

-¡¡Tú estás loco!! – digo en español, me sale natural. Me levanto y luego lo repito en inglés, el chico lo entiende y empieza a perseguirme.

-Sé que no nos conocemos desde hace mucho…

-Desde hace nada – sigo caminando sin dirigirle ninguna mirada.

-Sigue caminando si quieres, pero ahora no te puedo dejar sola. No trates de ocultarlo…

Me giro, airada. ¿De qué va? ¿Me está llamando vulnerable? ¿Floja? He sido toda mi vida fuerte. He estado casi toda mi vida sola.

-Sé cómo arreglármelas solita – renuevo el ritmo. El chico me coge la mano, se coloca delante de mí y me impide seguir adelante -¿¡Qué quieres pesado?! ¡¡Déjame en paz!!

El chico me planta un beso de sopetón en todo el morro.

Y Cody aparece, bastante enfadado.

*NARRA CODY*

No me merezco a una chica tan genial como Anna. Pero la quiero.

Salgo corriendo del camarote, y no la veo hasta que hago un largo camino. Está en la zona central del barco, y tiene un tío que le pisa los talones. ¿Quién es? ¿Por qué se conocen? Por motivos que no comprendo, los sigo sin que se den cuenta. Hablan un poco, Anna parece cabreada, no le gusta aquel chico. Y el chico… ¿qué hace? ¿QUÉ HACE?

Salgo de mi escondite corriendo y me acerco a aquel idiota. Le agarro por el cuello de la camisa.

-¡¿De qué vas?! Si te ha dicho que no, ¡es que no!

El chico intenta quitar mis manos de encima de él pero no puede. Soy bastante más alto y fuerte que él.

-Vale – dice, con la voz entrecortada. Al ver que sigue en la misma posición, lo repite más alto - ¡vale! ¡Déjame!

Lo suelto, y el chico sale casi corriendo de donde nos encontramos. Me dirijo a Anna, que ha contemplado la escena bastante atónita. No sé qué decir y nos miramos durante unos segundos. Al ver que yo no digo nada, ella camina dirección contraria a nuestro camerino.

-¿Dónde vas? – le pregunto. Dudo en cogerle la mano o no y decido cogérsela. Debo pedirle perdón, y de alguna manera, acabar lo que ella había querido empezar.

-A algún sitio donde esté bien…

-Conmigo estarás bien… - la acerco hacia mí.

-No sé yo – me dice, agachando la cabeza y ocultando su bonita cara.

-Lo siento, Anna. Te quiero mucho y no me había dado cuenta de lo que tú… eh… querías. Por mí, lo haría 100 veces o más – suelto una carcajada nerviosa y noto como mis mejillas arden. Es un momento muy incómodo – pero yo pensaba que no… siempre he querido esperar contigo… y tampoco… em… te quería defraudar, en cierto modo.

-¿Qué quieres decir? – me dice, esta vez mirándome a los ojos.

-Pues… que yo nunca… nunca lo he hecho.

Anna me sonríe. Sus facciones se relajan y se acerca todavía más a mí.

-Yo tampoco – me susurra al oído. Ya lo sabía, pero prefiero no decir nada.

-Pues… ¿qué te parece si vamos a nuestra habitación y nos lo pensamos?

-Me parece genial… - me coge de la mano y vamos a nuestra habitación. Noto sus manos sudorosas y temblorosas. Las mías seguro que están igual.

*NARRA CHLOE*

Estoy en mi camarote, sola. Justamente cuando estoy apagando las luces, recibo un mensaje de Drew.

-Hola preciosa.

-Hola :3

-¿Qué haces?

-Nada… iba a dormir porque estaba aburrida.

-¿Quieres que vaya a des-aburrirte? – sonrío al leer esto. Que descaro… tan sexy.

-No estaría mal.

-Pues ahora mismo voy para allá, un beso.

-Hasta ahora… ;)

Me preparo y me pongo ropa interior llamativa. Ordeno algunas cosas de la habitación cuando llaman a la puerta. Detrás de ésta, me encuentro a Drew con una sonrisita pícara. Cierra la puerta tras suyo, me coge por la cintura y me tira hacia él.

-Aburrida, ¿eh…?

-Sip.

Me besa como esa misma mañana, salvajemente. Incluso hay veces en las que me muerde. Me tira hacia la cama, y allí nos perdemos el uno con el otro.

*NARRA RACHEL*

Wes y yo seguimos igual de intrigados. Drew parece atontado, diferente. Es de noche y estamos en su camarote, cenando todos juntos. No para de recibir y enviar mensajes… Wes y yo nos miramos cada vez que escuchamos el sonido de mensaje recibido. Y nos sonreímos por lo tontos que somos… Como en los viejos tiempos.

En poco rato, Drew dice que se tiene que ir. Parece tener mucha prisa; ni siquiera nos da tiempo de preguntarle a dónde va.

Me asomo a la puerta, y noto como Wes está tras de mí, haciendo lo mismo.

-¿Vamos…? – me pregunta.

-Claro – miro a Niall y Keaton, están jugando a las cartas. Los dos parecen tan adorables… tan inocentes…

Salimos de la habitación y vamos de puntitas. Vemos como Drew se para delante de una habitación, y segundos después la puerta se abre. Él sonríe y entra, cerrando tras de él la puerta, como era de esperar. Wes me coge de la mano y nos acercamos a la puerta. Ponemos los oídos en ella.

Nos miramos, sorprendidos tras escuchar lo que hemos escuchado… no podemos evitar reír.

La cama no para de crujir.

Dos idiotas a bordo {Emblem 3, One Direction, Cody Simpson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora