Cambios de rumbo

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*NARRA CHLOE*

Estoy en una nube. Corro hacia el camarote de Ted, dispuesta a explicárselo todo.

*NARRA ANNA*

Me cuesta reconocer que estoy necesitada. Tengo sed de su cuerpo. Pero es un chico tan bueno que no quiere ni tocarme…  Sin embargo, estoy segura de que no podrá contenerse por mucho tiempo. Al igual que yo, necesita una vía de escape, supongo.

Nunca me ha pasado algo semejante a como me sentía en aquellos momentos. Nunca había tenido una relación, ni siquiera un rollo. Y con 17 años ya, estoy que trino. Le quiero muchísimo, y cada vez que lo veo me enamora más. Me encanta todo de él, y estoy segura de que es la persona con la que me veo dentro de 20, 40 e incluso 60 años.

Estoy de camino al supermercado, dispuesta a comprar todo lo que sea necesario para esta noche. Estoy preparada.

Me da mucha vergüenza coger los preservativos. ¿Cuáles cojo? ¿De chica? ¿De chico? ¡Ay! La gente me está mirando. Cojo el primero que veo que parece estar bien y lo echo en el cestito de la compra, junto con alguna cosa que también me hacía falta. Ahora me dirijo a la zona de la ropa. Busco el cartelito “ropa interior”, sin éxito. Me veo obligada a preguntar al único trabajador que encuentro en aquellos momentos en la tienda, un chico guapo, exótico y bronceado de unos 20 años.

-Me gustaría saber dónde puedo encontrar la ropa interior… - le digo todo de golpe, prefiero ser directa para que la vergüenza pase más rápido.

 El chico me responde con una sonrisa blanquísima y un fuerte acento italiano. Me recuerda muchísimo a Bruno, el actual novio de Alice, mi queridísima y fuerte amiga.

-Claro. Está allí – me señala una habitación contigua. Le agradezco con una sonrisa tímida y me dirijo hacia allí rápidamente, prefiero no pensar mucho lo que voy a hacer.

Muchísimos modelitos sexys invaden todo mí alrededor. No sé cuál escoger, soy muy indecisa… Al final escojo un camisón y tres conjuntos; uno negro, otro rojo y el último morado. Ya que paso vergüenza, que sea del todo.

Paso un mal trago con el dependiente. Es el mismo chico italiano que antes me ha indicado donde estaba la ropa interior. Sonríe al verme de nuevo y pasa todo lo que compro por aquel aparato lentamente, como si quisiera que todo el mundo viera lo que estoy a punto de comprar, a pesar de que no hay nadie más que nosotros en la tienda.

Prefiero no mirarlo, no vaya a ser que me mande alguna sonrisa pícara. Al fin, acaba de pasarlo todo y lo va metiendo en la bolsa mientras me dice lo que me cuesta. Saco el monedero, pago y cuando me voy escucho en mi espalda las palabras de aquel lanzado italiano:

-Pásalo bien… más tarde.

Prefiero no girarme, ya que si lo hago siento que me abalanzaría hacia él hasta descuartizarlo vivo. Así que simplemente, alzo mi dedo corazón de espaldas a él.

Llego sofocada al camarote, ya que quiero aprovechar el tiempo. Cody me ha enviado un mensaje en el que me avisaba de que salía a tomar una copa con Niall Horan, un chico genial (y muy mono).

Coloco las velas en su sitio, tal y como había planeado en la tienda. Sonrío al verlas todas bien colocadas, preciosas. Cody no se podría resistir. Cada vez tenía más claro de que caería rendido a mis brazos.

Por último, me pongo el conjunto de ropa interior y el camisón negro por encima. Enciendo todas las velas y aquella habitación parece completamente otra. Estoy muy orgullosa de mi trabajo, aunque me haya costado todo la vergüenza del mundo y un esfuerzo mediano.

Estoy esperando impaciente desde hace un rato. Miro el móvil, twitter, interactúo con fans i me contestan cosas preciosas. Los quiero muchísimo.

Por dentro estoy hecha un manojo de nervios. ¿Cómo irá todo? Noto el nudo en mi garganta, cada vez más grande y fuerte. Mi respiración se acelera cada vez que siento pasos afuera. Sonrío al imaginarme piel con piel con Cody, será algo realmente precioso, aunque no sé si saldrá del todo bien, con lo nerviosa que estoy… he buscado información y en algunos sitios ponía que si estás demasiado nerviosa no entra bien y bueno… no quería que eso pasara.

Oye unos pasos afuera. Se paran. Mi corazón también.

Es él.

¡¿Cómo me pongo?! No había pensado en eso. Rápida e instintivamente, me levanto. No puedo pensar ninguna posición cuando veo como la puerta se abre, y tras ésta aparece Cody… muy sorprendido.

*NARRA CODY*

Abro la puerta y huelo un intenso olor a velas fundidas. ¿Qué está pasando tras aquel muro?

Me encuentro a Anna, de pie junto a la cama. Lleva un camisón negro de encaje muy sexy. Pero cuando me doy cuenta de lo que lleva debajo, todavía me sorprendo más y me pongo nervioso. ¿Qué intenta? No puedo evitar decir unas palabras estúpidas:

-¿Qué haces, Anna?

Parece dolida. Primeramente, sorprendida, pero después dolida. Hace una mueca de desagrado, no encaja bien la situación. ¿Pero qué esperaba? ¿Qué quiere? Empiezo a atar cabos cuando Anna me trae de vuelta al mundo.

-Mmm… nada. Da igual… - los ojos se le ponen llorosos.

-¿Qué pasa?

-¡No te enteras de nada! Todos estos días has actuado como si no te importara nada.

-¿Qué…?--

-¡Estoy harta! ¡Harta de que no te des cuenta de lo que quiero! Y de que me contestes así, Cody… yo te quiero y deseo pero parece que yo a ti te parezca una niña que acaba de salir de primaria…

Se acerca a mí.

-¡No soy una niña! – la voz le tiembla. De repente, abre el camisón y deja entrever sus grandes dotes. Después de eso, coge un abrigo y se va, todavía descalza.

No hablo, no pienso. Me he quedado de piedra, ahí parado y no tan solo por lo último. ¿Qué ha sido todo eso? El portazo que Anna da me despierta del penoso estado en el que me encontraba. Después de eso, me acerco a la cama, a ver las preciosas velas que Anna había dispuesto por toda la habitación. Estaba claro que ella había pensado en todo detalle. En una estantería y bien visibles había una cajita de colores llamativos que llama mi atención.

Sí, había pensado en todo.

Me siento inútil, le he hecho daño. Parecía muy dolida. Sus palabras no paran de atravesar mis pensamientos. En un ataque de rabia, doy puñetazos a la cama, en la que en un presente paralelo deberíamos de estar pasando el mejor momento de nuestras vidas.

Dos idiotas a bordo {Emblem 3, One Direction, Cody Simpson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora