Bandera blanca

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Gimnasio de WWE

Pronto el nuevo PPV saldría en directo en todos los canales, y los luchadores aún tenían un par de horas para entrenar antes de que los camerinos se llenaran con sus vestuarios. Sami estaba totalmente recuperado de su contractura y llevaba algunos días entrenando junto a Randy Orton. Tenerle como amigo era extraño; la Víbora tenía la incómoda capacidad de hacer que sus acompañantes se sintieran inferiores, más débiles y más tontos. Por todos era sabido la dificultad que Orton tenía para socializar con hombres; hacía menos de un año que su puño le había tratado de dar a Zayn al creer que intentaba algo con su novia. Todo aquello ya estaba olvidado, pero aun así, su porte daba espanto. De algún modo u otro se comparaba a sí mismo con Dana Brooke, siempre a la sombra de una amiga capulla más fuerte y dominante.

Zayn: Llevo tiempo sin saber de ella. ¿Crees que seguirá odiándome por lo que le dije?

Randy: Te lo aseguro.

Zayn: No sé si fue la mejor alternativa...

Randy: Me pediste un consejo que fuera tajante para que te dejara en paz. Créeme, dudo que vuelva a mirarte a la cara. Hiciste bien.

Zayn: ¿A ti te cae bien?

Randy: ¿Charlotte? Regular. Pero es la mejor amiga de Becky. Tengo que aguantarla.

Zayn: Entiendo... ¿hoy quedaron?

Randy: No, Becky está cuidando de los bebés. Hacemos turnos para venir al gimnasio.

Zayn: ¿Y cómo llevas lo de los celos?

Randy: Pst... ahora tenemos discusiones de otro tipo. Me irrita que quiera traer a los tres tontos de New Day a casa, teniendo en cuenta que Xavier fue el culpable de que Becky perdiera el primer bebé.

Zayn: Fue sin querer, hombre. No puedes echarle la culpa de semejante tragedia.

Randy: Lo que no aguanto es que cojan a mis hijos en brazos. No me gusta, me dan ganas de pedirles que se laven las manos.

Zayn: No estás muy recuperado...

Randy: Llevo mejor lo de los celos, pero tengo mal genio.

De repente Charlotte entró al gimnasio, con su habitual seriedad. Dejó la bolsa deportiva sobre los bancos y entró un momento al vestuario para cambiarse de zapatos. Al salir, su mirada cruzó los espejos y vio a los dos luchadores conversando. Se puso los guantes con el ceño fruncido, no podía dejar de mirar a Zayn. Éste se dio cuenta y dedicó un gesto de pesadumbre a Orton, quien sonrió divertido.

La rubia se aproximó y pasó por delante de él mientras se ataba el pelo en una coleta. Acto seguido se agachó y tomó un par de pesas para empezar su circuito. Sami se dio cuenta de que le había cogido su pesa, y fue detrás suya.

Zayn: La estaba usando, ¿me dejas terminar?

Charlotte no respondió; empezó a hacer sentadillas con la mirada fija en el espejo, ignorándole por completo.

Zayn: ¿Hola?

Charlotte: Aparta. No me veo.

Zayn respiró hondo y en un gesto que ni siquiera pensó, le dio un tirón para arrebatarle la pesa, pero Charlotte tenía reflejos y empezó a tirar también hacia su lado. Ambos forcejearon y Zayn dio un brusco tirón de nuevo, haciendo daño en las palmas de la rubia. Ésta volvió a abofetearle en la cara, ni siquiera quería prestar atención a sus manos. Todos miraron. En respuesta, un Zayn ya cabreado la empujó con rabia mientras se desafiaban con los ojos. Orton apareció en mitad de ambos dándole un toque en el hombro a su compañero.

Problemáticos ( I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora