En ese coche, con esa rubia

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Cuando el coche recorrió varios kilómetros se dio cuenta de que el restaurante había sido pasado de largo. AJ había estado en silencio gran parte del trayecto, respetando el humor aún enfurecido de la mujer. Sin embargo acabó saciando su criosidad.

Styles: ¿Adónde vamos?

Charlotte: A un lugar donde no haya gente, no quiero que me vean hecha un basilisco.

Styles: Llevamos como media hora alejándonos y me gustaría hablar contigo.

El luchador se dio cuenta de que Charlotte no conducía sin rumbo: se conocía las calles que iba dejando atrás. Al final, el día empezó a oscurecer y tras mucha carretera cuesta arriba, metió el Ferrari en un descampado singular; era un mirador enorme, desértico y peligroso. Literalmente, el límite de las rocas describía un acantilado por el que cualquiera podía tropezar si no se conocía la textura y localización de cada piedra. La rubia aparcó cerca de un bloque pedregoso para que ningún coche reconociera la marca del mismo si pasaba por la carretera, aunque de por sí parecía que allí no iba nunca nadie.

AJ se quedó mirando las vistas, resultaban magníficas.

"Si más peligroso es el lugar, más bonito es. Como ella."

Las estrellas parecían más grandes y brillantes, la luna triplicaba su magnitud desde aquel recóndito sitio. Miró el reloj de la radio: eran las siete, habían tardado bastante en llegar hasta allí.

Styles: ¿Qué es este sitio?

Charlotte: Un mirador. Mi padre solía traerme de pequeña. ¿Te gusta?

AJ asintió, dando el visto bueno rápidamente. Volvió la vista al cielo oscuro: ahora que se acercaba el invierno los días eran increíblemente cortos. Se quitó el cinturón y acomodó la cabeza en el respaldo.

Styles: ¿No íbamos a... un restaurante?

Charlotte: Traigo comida en el maletero, mi plan era éste. Traerte aquí... con mejores vistas y alejados de todos. Al fin y al cabo es como mejor me siento.

Styles: Escucha... no hagas caso a lo que te dice Alexa. No me refería a ella cuando te dije que quería hablar contigo. Más bien, me sorprendió tu ataque cuando nombró al zanahorias.

Charlotte: Fue por el momento... pero no te hagas ideas equivocadas sobre mí. No le quiero.

Styles: ¿Estás segura de eso?

De repente una mirada un tanto peligrosa nació de sus ojos, divertida. Se quitó también el cinturón y llevó una mano a la mejilla del chico, acariciando con el filo de las uñas.

Charlotte: ¿Quieres que te enseñe lo segura que estoy de eso? —AJ se acercó unos centímetros por inercia, ante el tacto.

Styles: Sí.

Charlotte siempre ganaba por intimidación, especialmente con la mirada. Era tan fija, que desnudaba con sólo seguírsela unos segundos. Pero AJ no se dejaba engatusar tan fácilmente como Zayn. Tenía más chispa, no era tan romántico, pero sí pasional. Y le gustaba jugar un poco con las mujeres en aquel terreno. Se separó del reposacabezas y trató de atrapar su boca, pero nada más rozarla, la rubia le empujó con una mano al asiento de nuevo. Se pegó a él lo que pudo pero el cambio de marchas estaba en medio y le dificultaba el poder besarle bien. Pegó los labios a su piel y succionó con tanta energía que AJ se echó hacia atrás.

Styles: Loca, no me marques. Después tengo que escuchar el cachondeo entre bastidores... —se movió, pero le tenía agarrado por el cuello de la camisa con saña. Volvió a acercársele, rozando su nariz por el recorrido de la mandíbula. AJ notaba que caía a su terreno poco a poco, en vez de ser como él había planeado.

Problemáticos ( I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora