Lágrimas

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Hospital 


Zayn: Charlotte, mi vida... ¿estás bien?

Charlotte abrió los ojos tenuemente, sintiendo como si la habitación hospitalaria se le cayera encima. No tenía en mente aún los últimos recuerdos de su estancia allí, era como si hubiese dormido por varios días y su cabeza fuera una fotocopia en blanco. Dirigió la mirada a Sami y sintió que la cabeza la abandonaba otra vez... empezó a caérsele hacia un lado, pero el amago de quedarse dormida la hizo parpadear más rápido, centrándose.

Zayn: Sh, tranquila. No muevas demasiado la cabeza. ¿Cómo te sientes?

Charlotte: No puedo moverme...

Zayn: No te asustes, estás hasta arriba de calmantes. Te han operado una pierna y... el cuello. Así que intenta moverte lo menos posible.

Charlotte: Así que no lo soñé... me empujaste.

Zayn: No, Charlotte. Así no ocurrió. Pero por favor, no quiero discutir.

Charlotte: Quiero hablar con alguien que me diga cómo estoy.

Zayn: Estás bien, rubia, tranquila. La operación ha salido bien, pero es una lesión muy delicada. Necesitas reposar.

Charlotte: ¿Cuánto?

Zayn: Algunos meses... probablemente el año.

Charlotte: Por tu culpa... —dijo al oír la respuesta, rompiendo a llorar. Cerró el puño en la camiseta de él, agarrándolo con la poca fuerza que podía tener después de haber estado en coma. Le temblaba la voz.

Zayn agarró su puño y lo acarició, tratando de no derrumbarse.

Zayn: Ya, ya lo sé... lo siento tanto... no volveré a pelear en esa compañía. No quiero causar más problemas.

Charlotte separó la mano de la suya y le soltó, llorando amargamente, no tenía fuerzas para discutir. Sami nunca la había visto de aquella manera, tan necesitada ni con tanta angustia en el rostro.

Zayn: Vamos, nena. Te recuperarás —Flair respiraba compungida, seguía sin responder y sin mirarle. Dos cálidas lágrimas brotaron de sus ojos, pero no se las restregó. Zayn deseaba besarla, tocarla, abrazarla. Se inclinó hacia la camilla y acarició su flequillo. Charlotte se movió apartándose, pero al hacerlo, enseguida se llevó la mano al cuello.

Zayn: No seas tan brusca, maldita sea. ¿No te he dicho que es la primera vez que abres los ojos después de quirófano?

Charlotte: Déjame, no eres mi padre.

Zayn: Voy a irme... pero por favor, no quiero que me guardes rencor. Sabes bien que no te haría nada malo aposta. Lo sabes, ¿verdad? Charlotte... contéstame.

Charlotte no se movió, ni se dignó a mirarle. Sami se mordió el labio y acabó girándose, lentamente, con la triste imagen de su chica en aquella habitación. Tenía la cara llena de lágrimas, pero él sólo las derramó cuando salió del pasillo.


Problemáticos ( I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora