Please...

338 29 6
                                    



Noche en el hospital 


1:20 de la madrugada. Charlotte estaba totalmente dormida, su cuerpo le había pedido a gritos un poco de descanso después de dar a luz. Aún sentía molestias en la entrepierna de los puntos que habían tenido que suturar para hacer llegar esa vida al mundo, estaba débil. De repente una figura abrió la puerta de su habitación, alta y corpulenta. La luz del pasillo era lo único que quitaba enigma a su rostro. El visitante hizo el menor ruido posible, acercándose a la camilla donde estaba la reciente madre y su retoño, en su cuna de cristal. Se aproximó al bebé y le tocó una de las piernecitas, apretando y despertándola. Al tener tan pocas horas de vida sus sentidos eran lentos, y tardó varios segundos en empezar a jactarse por el dolor que aquellos dedos le provocaban. Sin embargo la criatura lloró, y lloró fuerte. Charlotte fue despertando poco a poco, separando lentamente la espalda de la cama. Al ser consciente de la escena que tenía delante salió bruscamente de la cama, alarmada. Presionó un botón en su móvil y trató de apartar a semejante animal del bebé.

Charlotte: Apártate, no la toques —empezó a arañar el brazo masculino, pero este le devolvió una bofetada que ni ella misma se aguardaba. El impactó la tiró fuertemente al suelo. Su cuerpo empezó a sangrar enseguida: los puntos le habían saltado. La sonrisa del luchador tomó forma en su cara, mirándola desde arriba... con sus enormes manos se agachó y cogió a la criatura, dejándola finalmente enganchada a uno de sus puños por sus ropas. Como si fuera una grúa de muy malas pulgas, se acercó a la ventana con ella. Charlotte gateó a una velocidad de vértigo y le sujetó de una pierna, quedándose en el suelo y empezando a llorar. Era Lesnar.

Charlotte: ¿Cómo eres capaz de hacer algo así a un bebé? ¡Dámela...! Dámela, por favor, es mi hija...

Lesnar: Charlotte, sinceramente, me caes mal —dijo mofándose. El bebé empezó a llorar al sentir el frío de la ventana; Charlotte no apartaba la vista de su minúsculo cuerpo, sentía como si estuviesen a punto de mutilar su corazón en pedazos. Si algo le pasaba sería su culpa. Se tocó el corazón al sentirse acelerada y volvió a agarrarle de la pierna, suplicante. Él no se ablandó— ¿Qué pasa si la dejo caer?

Charlotte: Que te mataré —declaró, pero sus lágrimas no le daban ninguna autoridad— no sé qué pretendes, ¿estás molesto porque jugué contigo en el pasado? ¿Es eso?

Lesnar: Mira esto —dijo sin hacerle caso, moviendo al bebé con brusquedad entre sus manos. Notó que la presión de Charlotte en sus pantalones se incrementaba por los nervios— no es más que un bulto de carne. Apretando uno de estos huesecillos ya sería capaz de dejarla parapléjica el resto de su vida.

Charlotte: Dios mío... Brock... por favor, te lo pido, te lo suplico. Haré lo que quieras, pero... dios... —se puso de pie con algunas dificultades, le dolía todo. Trató de alcanzar a su hija con las manos, pero la alejó e hizo que su pañal rozara el alféizar. Charlotte notaba que iba a vomitar del disgusto, no sabía qué hacer.

Charlotte: Por f-.... Por favor... no... por favor.

Lesnar: Hubiese pagado un millón de dólares por verte poner esa cara antes. Mírate ahora, toda manoseada por ese perdedor... y recién parida.

Charlotte: Es un bebé, sólo un bebé... —apretó los ojos con fuerza, entendió que quedarse quieta era lo mejor— sé que he sido mala... contigo... con todos... es mi culpa. ¿Quieres pegarme, torturarme? ¿Quieres violarme? De verdad, estaré disponible. Pero dame a mi niña, Brock... por lo que más quieras.

Lesnar: Ajá...

Charlotte estaba próxima a un ataque de ansiedad.

Charlotte: Mi hija... yo n-... yo... por f... déjala... si la matas acabas conmigo.

Lesnar: Hum... suplícame más. Ponte de rodillas.

Charlotte sentía que se deshacía en lágrimas, ni siquiera era capaz de mantener la vista en Lesnar. Veía la cara del bebé, estaba incómoda, y lloraba con sus minúsculos ojos cerrados. El llanto se le metía a la madre en los oídos como un puñal. Poco a poco se inclinó frente a él de nuevo, bajando la mirada al suelo incapaz de articular palabra. Esnifaba todo el rato presa del disgusto, notando un fuerte nudo en la garganta.

Charlotte: Por favor...

Lesnar: No está mal, Charlotte... podrías ser una buena putita que me arrope cuando llegue cansado a casa, ¿qué te parece? ¿Eh? —Tomo al bebé con ambas manos y la observó de cerca con rabia. La niña se movía lentamente sin dejar de berrear. La agitó fuerte para que aumentara su miedo.

Charlotte: ¡No...! No la muevas así, por favor, acaba de nacer...

Lesnar la observó, calibrando la petición. Le tenía tanto asco que torturarla por horas se le hacía divertido. Empezó a alejar a la niña, tratando de calmarla al mecerla, pero lo hacía demasiado brusco y la pequeña no se sentía segura. Charlotte cerró los ojos llorando, viendo cómo su hija se tambaleaba en manos de semejante bestia. Sentía que estaba próxima a desmayarse por la pérdida de sangre y la conmoción, pero la propia situación la obligaba a mantenerse con los ojos conscientes.

De repente entró AJ, acompañado de la policía.

Styles: Coged a ese cabrón —la llamada que Charlotte había pulsado a escondidas se cortó, y dos agentes lograron reducirle a la velocidad del rayo. Lo tomaron de los brazos y tras quitarle al bebé, empezó a ponerse violento. Uno de ellos golpeó la espalda del rubio con la porra y éste se dejó caer como una pluma al suelo, muerto de dolor. Miró a Charlotte con asco mientras se lo llevaban. Charlotte sentía que las piernas le temblaban, pero le quitó al vigilante la niña y ahora la tenía fuertemente sujeta, apoyada en su hombro. La agarró más fuerte cuando uno de ellos trató de examinarla, llevándosela al otro extremo de la habitación.

Policía: Tranquila, señorita... sólo queremos ver si está bien.

Charlotte respiraba con mucha dificultad. AJ la abrazó, rodeando también al bebé, y la examinó con cuidado. Manos, brazos, piernas... no parecía haberle hecho ningún daño, el bebé lloraba por puro miedo. Cuando la policía rellenó el parte le aseguró que el luchador no volvería a pisar un ring en lo que le restaba de vida, le tocaba pudrirse en la cárcel.

Styles: Gracias a ti estáis vivas. Joder, menos mal que llamaste...

Charlotte: Iba a... tirarla por la ventana... —sintió el calor de las lágrimas de nuevo— qué hijo de puta. Te aseguro que me habría suicidado.

Styles: Nos iremos pronto a casa, no te preocupes. Brock tiene antecedentes psicológicos, está loco. No sé ni cómo se ha enterado de dónde estabas.

La rubia se palpó la frente con la otra mano. Palpó después la espalda de Marlene, tranquilizándola para que dejara de llorar. Nunca había tenido tanto miedo de lo que ella misma había creado en ciertos hombres: el rechazo más absoluto hacia su persona. AJ la acarició y trató de calmarla, pero sabía que tendría pesadillas con esa noche por años.

 AJ la acarició y trató de calmarla, pero sabía que tendría pesadillas con esa noche por años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Problemáticos ( I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora