Una pequeña vida nueva

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Coche de Becky

Becky: ¡Esto es ridículo! ¿Desde cuándo la autovía está tan saturada? —la pelirroja perdía los nervios mientras trataba de no despegar la vista de la carretera. En la parte de atrás del vehículo estaban Paige y Charlotte, y AJ iba en el asiento copiloto.

Styles: Becky, vas a tener que dejarme conducir. No podemos ir tan lentos.

Charlotte: Va, que esto duele...

Becky: ¿Qué hago, hago que el coche vuele? ¡Mira qué cola hay por delante de nosotros! Aguanta, Charlotte. Tranquila, respira...

Styles: Aguanta, preciosa. No falta mucho.

Paige estaba teniendo un ataque mientras miraba a Charlotte. Según se dirigían a dar una vuelta al puerto había roto aguas y en menos de media hora la madre sentía que las contracciones iban a acabar con ella. Había pasado por dolores intensos, pero el dolor de un parto era muy diferente.

Detrás de ellos estaba el coche de Randy, en el que iban Alberto y Dean Ambrose. Todos querían acompañar a Charlotte al alumbramiento de la pequeña.

Charlotte resoplaba, sentía que la barriga le iba a explotar, nunca había notado tanto el peso de su bebé como en esos instantes. Intentaba moverse en los asientos, pero no se sentía cómoda. Diez minutos de paz y otros dos de sufrimiento continuo.

Charlotte: No puedo más... necesito moverme —pateó las piernas de Paige, haciéndola chillar— encima me metéis aquí con la patilarga, menuda idea.

Paige: ¿Yo patilarga? Si me sacas media cabeza, jirafa.

Becky: A Paige se le cala este coche, Charlotte, aguanta un poco más...

Styles: Mantened la calma.

Charlotte bajó la ventanilla de su lado. A la izquierda avanzó el coche de Randy, que tenían todos también las ventanillas bajadas y la observaban algo divertidos. Todos eran hombres. Dean la imitaba con sus caras, y Randy se aguantaba la risa al volante.

Paige se abalanzó encima de Charlotte, intentando desastrosamente chillar a través de la ventana mientras sacaba un brazo y agarraba los pelos de Ambrose. Charlotte aguantó la respiración, pero sentía que sus músculos la estaban atosigando demasiado. Los vaqueros que llevaba se le hacían la prenda más incómoda. A los pocos segundos agarró a Paige y la empujó hacia su asiento, cabreada.

Charlotte: Estate quieta, por favor. Me estás dando más calor... Aaaahh...

Dean: AAAAAAH.

Randy: AAAAAAAAAAH.

Styles: Menudos idiotas...

Paige: Es que... estoy muy nerviosa, yo... no quiero ver partos. Quiero ir al otro coche.

Becky: ¡No digas sandeces! Estaos las dos tranquilas —la cola de coches avanzó, pero tan solo tres metros. Los bocinazos de todas partes por el retraso no tardaron en volver loca a la gente de la autopista. Charlotte sintió que una fuerte contracción venía de nuevo y se tapó la cara con las manos, conteniéndose de gritar. Aquello era extremadamente doloroso y no tenía ninguna anestesia.

Charlotte: Joder...

Paige: Va, piensa en cosas bonitas, como Peter Pan. Y en caramelos, en helados, en corazones de chuche...

Becky: Charlotte, respira bien, eso es importante. Tienes que resistir...

Charlotte: ¿Y qué hago, absorbo a la niña para adentro? Si la noto medio fuera ya... si empiezo a empujar va a salir... y no quiero... —AJ no aguantó más y se quitó el cinturón, abriendo la puerta copiloto y saliendo del coche. Era peligroso que diera a luz ahí mismo, sin ninguna supervisión profesional.

Problemáticos ( I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora