[Mabill] One-shots

Oscuridad y un poco de luz

Él estaba tan enojado que podría romper unas cuantas piedras, después de todo estaba rodeado de ellas. Sip, dentro de una cueva, la mayor parte oscura y sin forma de salir. Tantos planes destruidos, se suponía que sería el mejor aniversario, pero todo iba de mal en peor.

Primero, sus regalos fueron devorados por el cerdo, y no podía volverlo tocino o tendría que sufrir las graves consecuencias.

Segundo, su novia lo olvidó. Estuvo a punto de verse una maratón de un estúpido pato detective, ¡ni siquiera tiene sentido! ¡¿Veintidós años y sigue viendo esas cosas?! ¡Y sigue en emisión!

Tercero, se suponía que era un día para ellos dos solos, pero el odioso de su mellizo les tuvo que acompañar, por quién sabe qué, al bosque.

Cuarto, terminaron encerrados en una cueva sucia y fría, ni siquiera se molestó en recordar la razón por la que entraron ahí en primer lugar.

Él, desde adentro, intentó todo lo posible para sacar las piedras de la entrada; y el otro mellizo, desde afuera, hizo lo mismo. En fin, no lograron nada, y no se querían arriesgar a empeorar la situación.

-Esto se ve mal... ¡Descuiden! ¡Iré por ayuda! – Fue lo que dijo Dipper hace una hora. Los novios se cansaron de esperar y terminaron sentándose en el suelo uno al lado del otro. El rubio tenía una clara expresión de enojo en su rostro, mientras que la castaña aún se sentía culpable por hacer enojar a su novio olvidando algo tan importante, no solo para él, sino para ambos.

-Oye Bill ¿sigues molesto? - Miró a su novio, pero este, aunque no se pudieran ver bien, se volteó para darle la espalda. – Oh vamos... sabes que te quiero, carita amarilla – Se apoyó sobre su espalda mientras le hacía caricias en el mismo lugar. Ella sabía que a él le gustaban los mimos que le hacía, en cualquier momento iba a ceder y perdonarla. – No te comportes como un niño, ese es mi papel – Bromeó ella.

-¡Pues te tomaste el papel muy enserio! – Respondió con tono enojado. –Se suponía que este día tenía que ser romántico, y mira quién es el que se preocupó más, ¡debiste haber sido tú! Pero nooo, ese pato detective feo es mucho más interesante que nuestro aniversario...- Se cruzó de brazos intentando ignorar sus caricias.

-Aún no termina el día...- Respondió ella con pena, aún se sentía culpable, como la peor novia de todas.

-Y hasta ahora fue todo horrible, primero tu cerdo, luego tú, y ¡luego tu hermano! ¡Y ahora esto! ¿Sabes cuántos planes tenía para este día una vez que nos desasiéramos de Pino? ¡Ni siquiera pudimos tener nuestro tiempo a solas!...- Espetó cada vez poniéndose más furioso, por poco su cabello se volvía rojo.

-Ay Bill ya dije que lo siento, además... ¡Ahora estamos solos! –Le recordó ella pensando en forma positiva. Bill se sorprendió al ver que era verdad, estaba tan cegado por el mal humor que olvidó ese detalle. –Dime... ¿tanto te importa nuestro aniversario? Eso es tierno – Finalizó abrazándole cariñosamente, él se sonrojó, odiaba que le recordara esos detalles.

-¡N-NOO! Solo que es una buena excusa para verte de cerca todo el día... digo, para estar contigo todo el día... quiero decir... ¡Bah! ¡Olvídalo! A ti ni siquiera te importa...- El decir aquello último y pensarlo de esa forma le dio un pequeño pero odioso dolor en el pecho, debería sentirse acostumbrado por esas sensaciones que experimentaba con su novia, pero en ocasiones no era muy fácil.

-¡Claro que me importa! Ya dije que lo sentía, ¿Cuántas veces quieres que me disculpe? Te quiero Bill, eres el mejor novio de todos y yo la peor, ¿contento? – Restregó su rostro contra su espalda, haciendo que su mejilla se aplastara e interfiriera en su voz. Bill cerró sus ojos, no quería perdonarla fácilmente. – Si vas a estar todo el día así entonces preparaste nuestro aniversario para nada – Finalizó separándose de él. Bill se volteó y entrecerró los ojos con molestia.