A mi lado

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Ella dijo que lo que hice no tenía perdón, lo cual me llamó la atención. Claro ¿quién no se extrañaría de escuchar eso de la misma voz que dijo que perdonaría todo con tal de quedarse contigo? Es un poco contradictorio, pero ya sé que los humanos son así, y yo también lo soy.

Aunque en ese momento me sentía más poderoso, tal vez un poco más que cuando tengo a Mabel en mis brazos o cuando la beso apasionadamente. Tengo que admitirlo, el poder me atrae como loco, y no podía evitar los sucesos que se me presentaban uno tras uno.

El primero claramente le disgustó a mi novia, el segundo provocó que discutiéramos, el tercero una discusión más fuerte, y así fue creciendo el enojo de ella hasta apartarse de mí sin que me diese cuenta. Claro, creí que mantenernos juntos literalmente uno al lado del otro era suficiente, pero me equivoqué, porque estaba al lado mío, pero ella... ya no me quería. Sus abrazos eran duros e insensibles, sus miradas frías, sus besos falsos, y sus palabras de amor ausentes, todo ello me demostró que en realidad estaba lejana.

No podía parar, era una sensación maravillosa a pesar de que a Mabel le aterrara, pero mis poderes eran grandes y ella solo quería detenerme. 

Jamás lo comprenderé, creí que iba a apoyarme en todo, al final ¿todo lo que dijo fueron mentiras? ¿Por qué le aterraba tanto lo que podría suceder? Podría volverme el rey de la tierra, volverla mi reina, ya no tendría que preocuparse por los bravucones que le decían rara, o los que se aprovechaban de ella. Creí que le importaba yo, pero tal parecía que los demás eran más importantes, y sin duda eso me molestó.

Si ella solo me lo pidiese podría torturar y deshacerme hasta de sus familiares cuando le levantaban la voz, cuando nos querían separar. Ellos dijeron tan osadamente, frente a mí, que era un monstruo, que debía dejarme y que yo no la merecía. Mabel me tomó del brazo, sin permitirme reaccionar más de solo miradas amenazantes, y me arrastró fuera de la casa, sin responder nada al respecto. Podía notar que estaba igual de enojada que yo, igual de decepcionada.

-No puedo creer que ellos dijeran eso... ¡¿Quiénes se creen que son para tratarte así?! – Exclamé mi claro enojo, esperando que ella me respondiese a favor de mí. – Cariño, no tienes que dejar que todo esto te haga mala sangre ¿sí? – Le acaricié la mejilla con delicadeza y le dediqué una sonrisa serena, a pesar de que ella siguiese con esa expresión de disgusto. – Si quieres les puedo hacer pagar por eso... - Con rapidez quitó su rostro lejos de mi mano.

-No te atrevas a hacerle daño a mi familia... -Entonces me di cuenta. Ella no estaba enojada o decepcionada con su familia, ella lo estaba conmigo. – No podemos estar juntos, no más... -

Sentí que mi mundo se estaba desmoronando, ella con su cruel mirada sobre mí, tan firme y segura de su decisión, y yo sintiendo que algo dentro de mí se rompía y dolía. Estoy seguro que es mi orgullo. Mi respiración lentamente se agitó y le tomé de los hombros.

-No digas esas cosas – Le sonrío con tal de que ella en algún momento dejase de actuar con que soy un monstruo, y desvelara su broma pesada. Pero nunca la había visto tan seria, y sin duda era de lo peor. – Es por ellos ¿verdad? ¡Que les jodan! Podemos huir, no nos encontrarán -

- ¡Ellos tienen razón! – Me empujó. Ella me empujó lejos. – Todo lo que hiciste... - Negó con la cabeza. - ¡No tiene perdón! –

Sin duda no lo comprendía.

-Dijiste que me apoyarías... -

-Lo que haces no está bien... y por supuesto que no lo apoyo... - Responde ella con seguridad, aunque evitando mirarme, como si fuese demasiado para sus ojos.

-Dijiste que estarías conmigo siempre... - Vi cómo se desesperaba con mis palabras, como estallaba de ira, mirándome como si yo fuese increíblemente malvado.

[Mabill] One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora