Hipnotizante

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Una agradable noche tormentosa, claro que agradable mientras estés a salvo dentro de tu cabaña protegida, junto a una chimenea encendida que comparte de su calor; un ambiente agradable sobre todo para él, y sus más preciados "premios" colgados en las paredes para ser contemplados y traerle "buenos" recuerdos.

A la mañana siguiente de esa noche tormentosa él salió a dar un paseo, y sin planearlo desde un principio decidió pasearse por la playa, después de todo era un día nublado y el sol no molestaba mucho.

Se detuvo cuando a lo lejos pudo ver una silueta en el suelo, parecía un muerto, pero a él no le sorprendían esas cosas por lo que solo se acercó para investigar sobre aquella silueta. Sin embargo, una vez que estuvo más cerca y podía verle más claramente, si se sorprendió, pues era una chica, y no cualquier chica, esta tenía cola de pez con escamas en tonalidades rosadas y con un brillo especial.

"Wow... Qué premio..." Sonrió él, aun creyendo que la criatura fantástica estaba muerta se le acercó y levantó el cabello castaño que cubría su rostro y su sonrisa se relajó para luego borrarse. "Es una lástima... era muy bonita..." Suspiró y llevó sus manos a los costados para levantarla cuando de repente escucha un grito y la aleta le pega en el rostro. El impacto le tomó de sorpresa por lo que la soltó.

"¡AHH! ¡¿Q-Quién eres?! ¡Conozco tiburones! "Exclamó asustada la chica con las manos sobre la arena. Él aún intentaba recuperarse del aletazo que le dio en toda la cara. "Wow, eres muy apuesto "Sonrió ella de repente sintiéndose avergonzada. Él le miró con asombro aun sin poder creerlo.

"¿Entonces estas viva?" Gruñó aun sintiendo el dolor en su rostro.

"...Si... ¿a no ser que este sea el cielo? No me sorprendería que fueses un ángel" Aún con esas palabras atrevidas ella se sonrojó con una sonrisa avergonzada para luego darle un puñetazo a su pierna. "¡Es broma! Me llamo Mabel y no tengo ni idea de cómo llegué a esta playa... "Extendió su mano hacia él con una amistosa sonrisa. Él le miró con un poco de extrañez pero correspondió el saludo.

"Soy Bill..." Estuvo a punto de decir más de él, pero no estaba seguro cómo reaccionaría si supiera qué era él.

"Bill ¿Eh? Lindo nombre... ¡Oye! No se supone que deba dejarme ver por los humanos, pero... "Mira hacia la orilla del mar, estaba bastante lejos de su alcance. Luego vuelve a sonreírle tímidamente a Bill y señala hacia esa dirección. "¿Podrías ayudarme a volver al agua?"

La tormenta la había arrastrado a la playa dejándola inconsciente, o eso dedujo Bill. Meditó un momento en lo que iba a hacer con aquella sirena que estaba a su merced, tal vez podría cortarle la cola y ponerla junto a sus trofeos, o podría sacarle una sola escama, o tal vez la expondría a la sociedad para que descubran que las sirenas existen y ganar mucho dinero por el descubrimiento, con tan solo pensar en esas opciones su sonrisa crecía perversamente.

"¿Quieres un poco de tiempo para pensar cómo llevarme al mar o algo así?" Pregunta Mabel extrañada por la tardanza en responder de Bill.

"¿Qué? No, no, solo me distraje un poco... no es de todos los días encontrarse con una sirena tan bonita" Respondió despreocupado el rubio. Mabel se sorprendió y tomando de sus mejillas comenzó a sonrojarse. Bill sonrió. "Pero ahora que lo pienso ¿enserio tienes que irte ya? " Preguntó con un tono un poco desanimado.

"P-Pues bueno... es mi casa, mi familia debe de estar preocupada...me había ido sin avisar nada..." Responde insegura la sirena, preguntándose en qué pensaba el rubio.

"Oh vaya, es una lástima, creí que podríamos pasar un poco de tiempo juntos... "Bill puso una cara de decepción que hizo sentir culpable a la sirena castaña. " Tal vez nos volveríamos amigos, charlaríamos, nos conoceríamos, almorzaríamos juntos... y no sé... tal vez ¿algo más?".

[Mabill] One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora