Capítulo 23: Escape (2/2).

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Punto de Vista de Liam:

Salimos del edificio con sumo cuidado de no ser vistos por los zombies, todo en la calle estaba hecho pedazos, había sangre y cuerpos por doquier, era una escena por demás aterradora, comenzamos a caminar en dirección al centro del pueblo, pensando en que tal vez las cosas estarían mejor ahí, pero para nuestra mala suerte no era así, las cosas estaban igual que en el edificio, no había ni un movimiento, no había luz en ningún lado y tampoco ruido, el silencio sepulcral era lo más aplastante que había experimentado en mi vida. Escuché un gemido detrás de nosotros, así que corrimos, pero había zombies por todos lados, el único camino libre era el que llevaba al bosque.

— ¿Qué hacemos ahora? —interrogó Daniel mirando a todos lados.

—Vayamos al bosque—sugerí.

— ¿Al bosque?—preguntaron al mismo tiempo. Asentí mientras ideaba otra salida— ¿Estás seguro?

— ¿Tienen una idea mejor? —negaron antes de echarse a correr.

Sabía que el bosque no era una gran opción, considerando que no teníamos alimentos ni agua, que tampoco poseíamos armas y que nadie sabíamos defendernos de los zombies, pero era la única salida que teníamos, ya después veríamos la forma de regresar al campamento, aunque no estaba muy seguro de cómo hacer para volver.

—Creo que ya no nos están siguiendo—dijo Ali sentándose en una piedra.

—Ouch—lloriqueó Angelique sentándose en el suelo.

— ¿Te mordieron?—le pregunté agachándome junto a ella. Negó.

—Me corté la pierna con un vidrio en la ventana—respondió mostrando una enorme herida.

—Ya lo arreglo—le sonreí. Arranque un pedazo de mi camiseta y lo amaré en su pierna—Eso detendrá la sangre por un rato.

—Podemos buscar donde pasar la noche—dijo Daniel—Creo que más tarde ellas tendrán frío—asentí, tenía razón.

—Sí, creo que podemos descansar...—dije tratando de recuperar el aliento.

Estuvimos alrededor de una hora tratando de encontrar agua, hasta que encontramos un pequeño riachuelo de donde podríamos beber, y una cueva que estaba detrás de unos arbustos, Daniel encendió una pequeña fogata que sería casi imperceptible a los zombies, ya que la vegetación ayudaba. Mientras él y Alyssa buscan al fondo de la cueva, yo me dediqué a limpiar la herida de Angie, le puse agua y la limpie con un trapo, después volví a amarrar la tela a su pierna.

— ¿Por qué eres tan bueno conmigo?—inquirió mirándome.

—Porque nos dejaste entrar a tu casa, nada de esto hubiera pasado si nos hubieras dejado fuera—respondí.

—Pues, gracias—dijo ella antes de besarme, me quedé helado, no respondí, no debía hacerlo, pero tampoco me aparte, ya que no quería lastimarla.

—Lo lamento—murmuré apartándome.

—Perdón, no debí—se disculpó. —Es demasiado pronto, no nos conocemos bien y quizá yo no te gusto.

—Estoy enamorado de alguien más—añadí viéndola.

— ¿Alguien más? —asentí. —Yo creí que…—balbuceó. —Tú me miras de… Déjame sola, por favor. —pidió. Me puse de pie y camine hasta donde estaban los demás, paso justo lo que no quería, no quería lastimarla y la lastime, no quería que se ilusionara y eso fue exactamente lo que paso.

El resto de la noche transcurrió de manera lenta y dolorosa, tenía frío, hambre, miedo, me sentía desesperado, la herida de Angelique estaba empeorando, no tenía ni la menor idea de cómo cuidarla, y para colmo de males le había comenzado una fiebre tremenda, sudaba y tocia como si fuera a expulsar un pulmón, tenía que hacer algo para salvarla.

Mi mente no dejaba de torturarme ni un segundo, siempre pensando en Marie, en que estaba haciendo, ¿Estará bien? ¿Se habrá salvado de los monstruos? ¿Me esta buscando? ¿Los chicos y Lux están bien? ¿Podremos regresar a Queens o este será mi final?

Cerré los ojos y me quedé dormido de nuevo, no había otro ruido más que el del río corriendo y el fresco de la noche diciéndonos que estábamos desprotegidos.

—Liam...—escuché la voz de Alyssa a lo lejos— ¿Li?—repitió.

— ¿Qué pasa? ¿Qué hora es?—pregunté adormilado.

—No sé, deben ser más de las 9—contestó Daniel.

—Angelique está empeorando—masculló Alyssa. Abrí los ojos por completo para ver el desalentador panorama, Angie sangraba mucho, estaba cubierta en sudor, tenía algunas ámpulas en la cara y se veía amarilla, eso sin contar que no dejaba de toser.

— ¿En qué momento se puso así de mal?

—Hace como dos horas—susurró mientras nos acercábamos a ella, dormía tan plácidamente.

— ¿Por qué no me despertaron en ese momento?

—Ella no quiso, dijo que debíamos dejarte dormir, que no era para tanto.

—por supuesto que es para tanto, ¡Se está muriendo!

—Con suerte el camino estará solo ahora.

— ¿Tú crees? —le cuestiono Alyssa.

—Tenemos que averiguarlo...—dijo adelantándose. Tome a Angelique en mis brazos y salimos de la cueva, necesitábamos ayuda de inmediato.

En Medio Del Apocalipsis. |L.P| *En Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora