Capítulo 61: Desde mi cielo.

650 31 6
                                    

Punto de Vista de Marie:

A pesar de que las horas, los minutos y segundos se me hacen eternos, los días han pasado tan rápido que no he tenido tiempo de contarlos, pero hoy es uno de esas tantas jornadas en que me siento sola, me siento vacía, vencida, triste, preocupada, me siento tan débil, tan frágil, solo deseo ver sus ojos de nuevo, escucharlo decir mi nombre, tenerlo cerca, y aunque está a escasos diez centímetros de mí, no sé cuándo pueda volver a sentirlo.

Me senté junto a él sin decirle algo, sólo deje que el silencio se adueñara de la habitación, el pillido de la máquina a la que estaba conectado era el único sonido ahí.

–Despierta–murmure–tienes que levantarte –añadí mientras comenzaba a llorar–Liam, no puedes hacernos esto–dije–por favor–suplique.–Sé que no he sido la mejor, sé que no he estado contigo desde el inicio, que quizá no hayamos tenido una relación larga como se acostumbraba, o que te mentí–mordí mi labio al sentir que temblaba, está a punto de decirle cosas que le había ocultado.–Te mentí Liam–repetí–No estaba tan enamorada de ti cuando tuvimos sexo por primera vez, ni siquiera la segunda vez, pero después me hiciste sentir cosas que nadie más pudo, y te amo, te amo más que a nada en este mundo, Te amo Liam Payne.

Un ruido ensordecedor comenzó a sonar, era un piiiiiiiiiii demasiado fuerte, levante mi vista y vi el viejo aparato que marcaba sus signos convertirse en una línea recta, el mundo comenzó a darme vueltas, la cabeza me dolía, no podía respirar.

Punto de Vista de Liam:

Me sentía muy cansado, estaba muriendo de sueño, abrí los ojos y vi que me encontraba en un cuarto blanco, había un sillón y una cama del mismo color, estaba sólo.

– ¿Marie?–pregunté, escuchando en respuesta el eco del vacío– ¿Harry? ¿Zayn? ¿Lou? ¿Niall?–nadie respondió.

Caminé hacia una puerta que estaba a un lado de la cama, tire de la perilla y la puerta se abrió mostrando un hermoso campo de fútbol, el estadio de Wembley si no mal recuerdo, comencé a caminar por ahí hasta que la vi.

– ¿Mamá?–pregunté a su espalda, ella giró y me dedicó una sonrisa, caminé hacia ella y la abracé, se sentía tan real, su aroma a galletas estaba impregnada en su ropa y su calor era algo reconfortante.

–Mi niño–dijo ella– ¿Dónde has estado? ¿Por qué no habías vuelto?

–Mamá...–murmure tocando su rostro. El aire comenzó a soplar haciendo un frío congelante, sabía qué hacía frío, pero por alguna razón parecía no afectarme.

– ¿Qué pasa, Liam?–pregunto– ¿Por qué no estás listo? la audición es dentro de poco...

–Mamá, yo...–ella me interrumpió.

–Liam, recuerda que esto es importante, tu padre y yo estaremos orgullosos de ti–me abrazó y comenzó a guiarme a una nueva puerta. –Te amo Liam Payne–escuche, pero estaba seguro de que no había sido ella.

Estaba obscuro, y de pronto todo se iluminó, me di cuenta de que estaba en mi segunda audición a The X Factor, escuchaba el ruido de la gente, podía sentir los nervios y el estómago revolverse, estaba frente a Simon, él aplaudía y me había dado el pase a la siguiente etapa.

Camine y busque a los chicos, pero ellos no estaban ahí, sin embargo pude ver a todos los demás participantes.

–Danielle?–pregunté al verla caminar hacia mí. Ella levantó su mirada, clavando sus preciosos ojos cafés en los míos.

–Hola Liam–me saludó y dejó un beso en mi mejilla. –Deberías ir con los chicos, estaban poniéndose de acuerdo sobre una canción.

– ¿Cómo estás?–pregunté ignorando por completo lo que me había dicho.

–Estoy bien–sonrió. –Un poco confundida por tu comportamiento, pero bien.

– ¿Mi comportamiento?–pregunté. Ella asintió.

–Haz estado un poco extraño–forzó una sonrisa–más bien creo que estas un poco asustado por todo esto, ya sabes la fama no es algo que muchos puedan soportar–dijo yéndose.

–Pero yo estoy bien–dije.

– ¿Esto es estar bien?–pregunto tomándome de las muñecas. Estaban rojas y llenas de sangre seca.

–Danielle, yo no...–intente defenderme.

–Sólo... sólo sal de esta Liam–masculló antes de comenzar a caminar.

Decidí seguirla, pero se había metido en la obscuridad, era tan negro que no podía ver nada y eso me aterraba. El silencio se apoderó de todo el lugar, no de oía nada más que mi respiración. Una luz blanca iluminó todo el lugar obligándome a cubrir mis ojos. Cuando los abrí, estaba en casa, pero yo no era yo, más bien era algo así como una visión en tercera persona; Estaban mis hermanas, Nicola y Ruth, mis padres y yo, era una noche de sábado, comíamos pizza casera y veíamos una película familiar, sabía muy bien que después de esto vendría una larga noche jugando monopolio.

La escena se volvió negra de nuevo y cuando regresó estaba en el Backstage de TXF, mi segunda audición, cuando quede en 1D.

–Estoy muy orgulloso de ti, Liam–decía mi padre con lágrimas en los ojos.

–te juro que voy a dar todo de mí, papá, voy a ganar. –decía mi yo de aquel entonces.

–Lo sé, hijo, sé que serás muy exitoso–añadió antes de abrazarme.

Mi antiguo yo camino hacia el escenario y comenzó a cantar, podía oír los gritos de la gente, cerré mis ojos para imaginar que estaba ahí, que todo este infierno era falso, y así fue, por dos segundos volví a ser el Liam feliz y despreocupado que era antes, pero cuando abrí los ojos me topé con toda esa gente que amé, con toda la gente que perdí.

Ellos me sujetaban fuertemente.

Estaban mis padres, mis hermanas, Danielle, Sophia, mis abuelos, mis amigos, mis maestros, todas las personas a las que amé.

–Ven con nosotros–dijo Danielle.

–Vamos, Li–pidió Ruth.

–Te hemos extrañado tanto–añadió Nicola dándome un abrazo.

–Aquí nunca volverás a sufrir–dijo Sophia. –Jamás serás lastimado de nuevo.

–Oh, Liam... ¿Qué te hicieron?–pregunto Ruth. Tenía sangre cayendo por mi rostro, me dolía la cabeza, no soportaba el dolor en mi brazo izquierdo y en una pierna, me mataba el dolor del torso y algo me ardía.

–Nada de dolor–repitió Sophia.

–Sólo felicidad y paz–completo Danielle.

–Solo nosotros–dijeron mis hermanas. –No tienes por qué seguir tú sólo, la vida es dolorosa.

–No estoy sólo–dije. –Tengo a alguien.

– ¿Alguien...?–preguntaron Sophia y Danielle al mismo tiempo.

–Encontré a alguien que me hace querer estar vivo, y pronto vamos a tener un bebé.

–Tu bien sabes que en un mundo como este tu hijo jamás sobrevivirá. –dijo Nicola.

–Hay muchos peligros que un bebé no puede soportar.

–Dejen a su hermano–interfirió mamá. –Él aún tiene cosas que hacer–dijo dándome un fuerte abrazo, al cual se unió mi padre, era buenos sentirlos una vez más, una última vez.

–Vete, hijo–dijo mi padre antes de empujarme, sentí que caía en un gran agujero negro, mi corazón se detuvo unos instantes y todo, absolutamente todo se volvió.

En Medio Del Apocalipsis. |L.P| *En Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora