Punto de Vista de Marie:
Mi corazón latía al mil por hora, no podía demostrar mucho de mis sentimientos delante de Donovan, me daba pánico que pudiera sacar su arma y dispárale a todo mundo. Las piernas me temblaban, el sudor comenzaba a escurrir por mi cara y batallaba mucho en esconder mi felicidad al ver a Liam sano. Nada podía compararse con la felicidad que sentía al estar entre sus brazos, me sentía protegida y hasta hace unos minutos tenía miedo, miedo de que le hiciera daño, pero cuando Liam estuvo junto a mí, todo temor desapareció.
Cuando hubimos cargado las cosas que necesitábamos emprendimos de nuevo el viaje a casa, pero esta vez no lo perdía de vista y tampoco lo soltaba, ya no lo perdería nunca más, no estaba dispuesta a sufrir lo que estos casi dos días, simplemente estaba decidida a cuidarlo aunque fuera en contra de su voluntad.
— ¿Estas bien?—le pregunté rompiendo el silencio. — ¿Donovan te lastimo? ¿O hirió a alguno de los chicos? —negó.
— ¿Qué fue todo eso que le dijiste? —cuestiono. —por un momento sonaste diferente.
— ¿Diferente?
—Sí, despiadada, malvada, ¿De verdad no te importa ni un poco la gente que está con él?
—Liam…—mascullé. —Donovan solo estaba mintiendo, nadie en su pueblo se está muriendo, ellos tienen todo lo que necesitan y más, es por eso que no permito que saquee esta tienda.
— ¿De verdad tiene ganas de matarlo? —preguntó asustado. Sonreí levemente mientras negaba.
—Son cosas que debo decir para mantenerme fuerte frente a él, Liam, ese hombre es muy peligroso, quiero que este alerta y te cuides muchísimo de él, ¿Esta claro? —Asintió.
— ¿Por qué debo hacerlo? No le he hecho nada.
—No, ya lo sé, pero hará lo que sea por destruirme y si sabe que lastimándote a ti lo lograra, entonces, puedes estar muy seguro de que ira por ti.
El silencio se hizo presente una vez más entre nosotros, quizá no debí decirle todo eso, quizá hubiera sido mejor que permaneciera ignorante, ajeno a todo el rollo que tenía con Donovan, pero no podía ocultárselo, si quería estar con él algún día habría de enterarse que odio a ese hombre y que si realmente me da motivos, lo voy a asesinar sin dudarlo.
— ¿Seguro que no te sucede nada?
—Sólo estoy un poco cansado, eso es todo—me dedicó una sonrisa.
Cuando llegamos a Queens la mayor parte de los daños estaban reparados, las cercas habían sido levantadas, los muertos enterrados y los cultivos fueron re-sembrados. Se restableció el servicio de luz, se preparó una gran comida para la gente, se curó a una gran cantidad de enfermos, las calles fueron limpiadas al igual que las casas, ahora solo quedaba que los enfermos mejoraran y que las cosechas se dieran bien.
—Deben revisar a Angelique, se cortó ayer con un vidrio y ha tenido fiebre—anuncio.
—Le diré a Danielle que la revise de inmediato.
—Tengo demasiado sueño—anunció— ¿Te parece bien si me voy a dormir?
—Por supuesto—respondí besándolo. —Ya te alcanzo.
Lo vi marcharse hacia la casa, se veía tan feliz platicando y jugando con los chicos, quienes lo abrazaban y le sonreían de una manera extraordinaria, sin duda alguna amaba verlos juntos, me encantaba la relación que tenían, eran hermanos sin compartir la misma sangre, eran hermanos sin ser hijos de los mismos padres, eran hermanos porque así lo habían decidido ellos.
Camine en dirección contraria a la casa para dirigirme al hospital, Liam había hecho muy buenas migas con Angelique, se veía que le importaba su estado de salud y en el tiempo que llevaba viviendo en Queens jamás había dado motivos de alguna queja, es más, siempre ha sido bastante amable, educada y cortes como sus fallecidos abuelos, era una excelente chica. Abrí la puerta y la vi acostada sobre la camilla, tenía suero en su brazo izquierdo, un termómetro en su boca y lienzos húmedos en la frente.
— ¡Marie! —chilló quitándose el termómetro.
— ¿Cómo estás? ¿Ya te sientes mejor? —asintió intentado sentarse. —No te muevas, Danielle nos va a regañar si lo haces.
— ¿Liam está bien? — cuestiono. Asentí. — ¿Podrías darle las gracias por cuidarme?—Se quedó pensativa unos segundos. —Marie, sé que Liam y tu tiene algo muy fuerte y…—dudó. —Marie, Liam me besó.
— ¿Te beso? —pregunté confundida. ¿Por qué haría algo así? ¿Acaso Angelique le gustaba? ¿Por eso era tan protector con ella? ¿Por qué no me lo decía simplemente? ¿Algo aquí no estaba bien? —Sabes, Angelique, quizá no conozco a la perfección a Liam, pero sí sé que sería incapaz de besarte.
—Te juro que fue él quien me besó. —insistió.
—Está bien, haré que te creo—mascullé intentando sonar desconfiada, Liam me debe una explicación. —Y te diré esto solo una vez, aléjate de él. —murmuré cerca de ella antes de salir de ahí.
Estaba confundida, no sabía si realmente Liam era capaz de besar a Angelique y luego decirme que me quería, o si era ella quien mentía, aunque verdaderamente no entendía que ganaba ella mintiendo, pero Liam tampoco ganaba nada mintiéndonos a ambas.
Al llegar a la casa fui directamente a la habitación de Liam, en el interior había dos voces, una era la de Liam y la otra era de Zayn.
— ¡Me beso! —decía alarmado.
— ¿Y sentiste algo? —No respondió. — ¿Lo ves? No debes preocuparte por nada. Si, esa chica se abalanzo sobre ti, y no, no sientes nada por ella.
— ¿Cómo estas tan seguro?
—Liam, esas cosas se saben desde el principio, si con ese beso que te dio no sentiste lo mismo que cuando Marie te beso en el supermercado, entonces esa chica no significa nada.
—Yo sé que no significa nada para mí, pero tengo esta duda, ¿Crees que debo comentarle algo a Marie?
—Si no se lo dices tú alguien más lo hará y se pelearan, lloraras mucho por ella y harás un montón de cosas estúpidas.
—Tienes razón, debo decirle.
Llame a la puerta, el silencio se hizo presente dentro hasta que escuche los pasos de alguien dirigirse a la puerta.
—Hey, será mejor que me vaya—masculló Zayn cuando me vio. Lo deje pasar y entre a la alcoba, cerré la puerta con llave y lo miré.
—Te extrañe—le dije. Su semblante pasó de estar sorprendido a sonriente en menos de un segundo.
—Y yo a ti—respondió tomándome de la mano.
ESTÁS LEYENDO
En Medio Del Apocalipsis. |L.P| *En Edición*
Fanfiction"La vida es un instante al sol" Jamás había comprendido del todo esa frase y es una lástima que haya tenido que pasar todo esto para que por fin le encontrará sentido. Ella sabía que la vida normalmente era corta, nadie vivía más de doscientos años...