Cap. 2

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Exactamente a las 8:38 a.m una chica de cabellos claros, mejillas abultadas y mirada inocente se despertó con toda la calma del mundo. Estiró cada extremidad de su cuerpo antes de regresar a abrazar la almohada con una sola intención; volver a dormir. ¿Pudo? No, gracias a su celular el cual sonó de manera estruendosa e intensa justo debajo del cojín, de un salto terminó arrodillada sobre la cama buscando su celular.

ㅡ ¡¿Por qué me llamas tan temprano?! Te he dicho que me da jaqueca además de... ¿eh? ¿Ahora? ¡Gracias, te amo! ㅡ

A pesar de que es salvada por su mejor amiga más de una vez a la semana lo olvida, Sana siempre olvida todo. Tan adorable japonesa tuvo que apresurarse y alcanzar a ducharse, desayunar y tomar el autobús antes de las 9:00 a.m. Esa es una de las desventajas de vivir en un lugar nuevo y sola, no hay despertadores que sean amables cada mañana.

Como pudo corrió hacia la universidad, logrando entrar al edificio aunque para su mala suerte tras veinte minutos de atraso tuvo claro que no la dejarían ingresar a la primera clase, no el primer día de clases. Suspiró y entre balbuceos se dirigió a una máquina de golosinas cual niña reprendida.

Un pequeño paquete de golosinas fue su consuelo, le regresó la ilusión y la sonrisa al rostro bueno... una sonrisa que una brusca chica le arrebató tras accidentalmente impactar contra la japonesa.

ㅡ Fuera de mi camino. ㅡ

Fue lo único que escuchó de su parte antes de ver sus tan amadas galletas esparcidas por todo el suelo, otro suspiro se escuchó.

ㅡ ¿Estás bien? Que chica más maleducada... ㅡ

ㅡ ¡Mina! ㅡ

Olvidando el accidente reciente se abalanzó contra su mejor amiga/despertador preferido quien rió ante tan cotidiana y adorable escena.

La vida de Sana es tranquila, alegre y algo despreocupada a diferencia del día a día de Tzuyu. Durante la primera semana de clases se cansó de huir aunque sea la única solución en la que puede pensar, no puede estar tranquila con Yeon tan cerca, tampoco puede actuar como si nada. No sabe que hacer, menos cuando es la única chica en el pasillo y claro, además de JungYeon quien sujetó su muñeca sin previo aviso.

Tzuyu entró en pánico, ¿por qué a los diecinueve años actúa como una niña asustada? Cerró sus ojos aún dando la espalda a la chica en un intento de adquirir fuerzas quizá de donde.

ㅡ Al fin te veo por más de unos segundos, no solías ser tan escurridiza. ㅡ

ㅡ Bueno... muchas cosas han cambiado, Yeon. ㅡ

ㅡ Todo menos tu mirada fría, hasta la comencé a extrañar. ㅡ

Su risa boba y algo irregular fue el botón que desencadenó una serie de latidos fuertes en el corazón de Tzuyu, el agarre que ambas mantienen sigue allí, Yeon es fuerte por lo que no tiene mas opción que girar a verla y así lo hizo.

ㅡ ¿Por qué estás en esta clase? Deberías estar en tercer año. ㅡ

ㅡ Recuerda que perdí un año y esa clase, me hiciste retroceder. ㅡ

ㅡ Cierto, lo siento. ㅡ

ㅡ Ya aprendimos que eso no ayuda en nada, tonta. ㅡ

Ambas sonrieron y agradecieron que el ambiente se volviera mas ligero, aunque sea un poco. La mas alta aprovechó para jalar a su ¿amiga? hasta un salón de clases repleto de pinturas, afirmó su cadera y sus manos contra la mesa del profesor para poder mirarla frente a frente. JungYeon...

ㅡ No he podido dejar de pensar en tu rostro, esa mirada ansiosa que me diste hace unos días. ㅡ

ㅡ Fue una sorpresa ver cómo Chae te saludó, siempre fuiste una maldita mujeriega. ㅡ

Nuevamente sonrieron mientras Yeon se afirmó de igual manera en una mesa frente a Tzuyu.

ㅡ ¿Celosa? Jamás lo fuiste. ㅡ

ㅡ Para nada, pero... ㅡ

ㅡ Tranquila, es mi mejor amiga. ㅡ

Tzuyu sólo pudo reír con levedad.

ㅡ Así comenzamos, ¿recuerdas? ㅡ

ㅡ Tzuyu... ㅡ

Sin el permiso de la mas alta Yeon dio unos cuantos pasos hasta ella, con cautela, con algo de miedo pero aún así con determinación. La mirada de ambas chicas es tan intensa que derrumba el intento fallido de auto control que tanto buscan. La mayor bajó la mirada al instante en que sus manos se aferraron a la cintura adversa, Tzuyu la conoce y sabe lo nerviosa que está, eso le causó ternura.

ㅡ Cortaste tu cabello, te queda lindo. ㅡ

ㅡ Gracias, siempre me quejaba por olvidar peinarlo. ㅡ Yeon no quiso continuar con una charla tan vaga así que sacó a relucir su lado directo. ㅡ A pesar de lo mucho que sufrimos, necesito volver a buscarte... ¿está mal? ㅡ

Los brazos de la taiwanesa rodearon de igual manera la cintura ajena aunque su diestra fue la encargada de acariciar tan suave mejilla causando algo que temía; mirarla a los ojos. La historia detrás de tan sutiles caricias da para un libro, uno del que ambas desconocen el final.

ㅡ No lo sé... Pero no eres la única que se siente así. ㅡ

Yeon sonrió aún cuando sabe perfectamente que eso resulta ser una debilidad para la menor, sin apartar la vista de sus ojos se acercó un poco más a ella hasta que respiraron el mismo aire.

ㅡ Y-Yeon... no aquí. ㅡ

El semblante reservado y algo lejano de Tzuyu fue reducido a un sumiso sonrojo, a una actitud tranquila que delata su joven edad; eso es lo que vuelve loca a la mayor. Separó levemente sus cerezos deseando sentir los de JungYeon como antes, intentando mantener la calma aún al tener sus deliciosos labios rozando los propios. Tan sólo un segundo podría cambiar todo, un miserable segundo.

Un golpe rompió el momento ocasionando que Tzuyu alejara con torpeza a Yeon de su cuerpo despertando del trance que su ex aún causa en ella, la observó con confusión antes de apartar la mirada a la puerta. Tragó en seco al darse cuenta de que un chico las había visto, no pueden expulsarla a la semana de entrar.

No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora