No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)

Cap. 16

HOLA, HOLA, TANTO TIEMPO. 😭😭😭😭😭 Siento tanta demora pero no sé qué mierda con mi vida, mi futuro, mis estudios así que alv (?)

P.D: Amé el COMEBACK, AHHHHH.

♪

"Te rechazo", ¿eso es cierto? Es lo que merezco, ¿verdad? Pensar es lo único que le queda, es lo único que puede hacer después de pasar la tarde con Momo fingiendo que no tomó tan mal la noticia de su "deseada soltería". Se siente molesta pero consigo misma, tanto que en forma de castigo decidió recordar cada momento en que pudo evitar todo lo ocurrido. Algo parecido a una película de sus días en que sin saber que Momo era la persona adecuada, se dejó llevar por sentimientos indecisos.

Esa película duró una semana en su cabeza.

El recorrido hasta la universidad ese día pareció extremadamente largo aunque ya estuviese una semana dando vueltas a lo ocurrido y por si no fuera suficiente, se dedicó a caminar hasta la universidad para recriminar aún más sus errores lo cual le hizo sentir que tardó algo así como una hora en llegar, una hora en que sus ya dolidos pies a causa de los ensayos de danza suplicaron por un descanso que jamás llegó. Fue estúpido aquel "sacrificio" pero no le queda más por hacer para recordarse el asco que se inspira a si misma
Solo puede pensar.

Ingresó a la universidad con la cabeza gacha, con las manos hechas un puño y con los ojos llorosos. Todo un show para quiénes desean su sufrimiento, es decir, para nadie más que ella misma. ¿Cómo comenzó todo? Era ella con su mejor amiga y una amiga cada vez más cercana, ¿eso es necesario para terminar destruida?

Caminó a paso seguro una vez que se frustró hasta una sala de ensayos vacía gracias al cielo; últimamente llega una hora antes de la clase para desahogarse bailando como si no hubiese un mañana. Bailando de manera brusca, de manera pesada a causa de toda la culpa que guarda dentro de si misma.

Ese día se quedó a la clase y luego estuvo una hora más en el salón escuchando el sonido de un violoncello mientras que dejó descansar su cabeza contra uno de los enormes espejos del salón. Mantuvo los ojos cerrados, los labios entreabiertos y ambas palmas cubriendo su rostro, ¿hace cuánto que no se exigía tanto en el baile? Se siente algo mareada y evidentemente agotada pero no puede descansar si por un impulso se inscribió en una competencia de baile hace un par de meses. Lo había olvidado, pero su maestra de danza parece tener su presentación como prioridad pues hasta un horario le entregó la semana pasada ya que la cuenta regresiva de dos meses para el concurso comienza desde el día de mañana. Durante los ensayos descansa, de a momentos tiembla y en otros solloza con más fuerza aunque el día de hoy al sentir dos delgados brazos rodear su cuerpo se sobresaltó. Al reconocer ese perfume su respiración se detuvo y necesitó alzar la mirada para verificar que no está loca.

Claramente no está loca.

— Por... por qué estás aquí. —abrumada y confundida Mina se dejó hacer, agradeciendo el consuelo que creyó jamás sentir otra vez.

No recibió respuesta, solo escuchó como el control del equipo de música fue arrastrado por el suelo y detuvo la melancólica pieza musical que escuchaba. Mina intentó controlar el temblor de su mandíbula pero como poder respirar en paz si la están observando sin desprecio fijo en la mirada. ¿Será qué finalmente le va a dirigir la palabra?

— De seguro no almorzaste.

— No... no me está gustando almorzar con alguien más.

— ¿A qué se debe eso?

— Cosas malas pasan.

Vio aquellas piernas cruzarse frente a sí enseñando a una chica de baja estatura sentada y algo ocupada al abrir su mochila buscando quizá que cosa. Mina desvío la mirada con desconfianza hasta un rincón  apartado del salón como si aquella esquina de pared y suelo le salvase de tan incómodo momento, de tan inciertos segundos.