Cap. 14

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HOLA, VOLVÍ A LA VIDA. Mierda, jamás había tenido un bloqueo de ideas tan grande. ; - ; Gracias por cada comentario sobre el siguiente capitulo, me parecía adorable que estuviesen pendientes así que tras dar mil vueltas a mi seca cabeza nació este capítulo.

Me alegra volver, espero leerlos de nuevo en los comentarios~.

💜💜💜💜💜 .

En medio del caos existe un tipo de silencio, un silencio que absorbe toda fuente de vida y la vuelve nada. Es un silencio tan profundo y denso que todo pensamiento se ve pedido en la inmensidad de la mente, en cada rincón un grito ahogado busca sobrevivir a la demandante nada.

Es un silencio doloroso, uno que me confunde... Si no pienso en nada, ¿estoy viva? Si no siento nada, ¿estoy consciente? Si no recuerdo nada, si no sé en donde estoy ni con quién estoy. Si no puedo saber que es de mi en estos momentos, ¿existo?

Todo se mueve, todos hablan, todos me agitan, me miran, me gritan pero... sólo percibo silencio.

Ya ni sé si estoy parpadeando o si sigo respirando, sólo escucho su voz decir mi nombre una y otra vez. Suena alterada e intenta jalar de mi chaqueta, ¿caí al suelo?

¡Tzuyu, mírame!

Tragué en seco al ver sus ojos rojizos y llorosos, la hice llorar.

Nuevamente caí en la nada, qué fastidio... Abrí los ojos con dificultad debido a la intensidad de la luz que posee el lugar, sus paredes blancas no ayudan ni tampoco la pintura vieja y raspada que le adorna; me hace sentir abrumada.

Cubrí mi rostro con ambas manos sintiendo mi diestra vendada, repleta de tela blanca hasta mas allá de la muñeca. Temblé y giré la mirada hasta los lados para percatarme de que estoy en un jodido hospital, en una habitación individual lo cual me sorprende. ¿Cómo terminé aquí?

Aquella voz la conozco, creo... desvaría en cada sílaba delatando angustia, agitación y una mezcla extraña entre prisa y cansancio. Podría asegurar que es la madre de Sana... mi suegra, ¡qué demonios!

Me senté sintiendo una presión constante tapar mis oídos, como si un tambor estuviese siendo tocado a pocos centímetros de mi cabeza. Llegaron los mareos y manchas negras en mi campo de visión, ah... me desmayé. Detesto esta sensación.

Detesto sentirme confundida, detesto no saber dónde está Sana. No entiendo por qué no puedo moverme con libertad, mi voz no me ayuda, mi corazón no se calma. Siento que respirar cada vez parece más imposible pero necesito aire... necesito poder frenar de alguna forma las imágenes borrosas de como la cabeza de ese hombre se partió por mi culpa.

Sólo pude llevar mi zurda hasta mi oído en un intento penoso y patético por callar un sonido doloroso, parecido a gritos pero más saturados.

Duele.

¡Sana! — Aquella exclamación, aquel grito que desgarró su garganta no fue más que un murmullo.

Aún no sabe que continua en estado de shock, ni tampoco sabe que está en medio de una crisis de pánico.

El rostro de Tzuyu se vio invadido por tímidas lágrimas mientras que sus labios ya cesaron el dolor al acostumbrarse a sus propias mordidas ansiosas; no sería extraño que fuesen heridos por su alterado estado.

— Sana...

Fue una brisa cálida y dulce la que me sostuvo cuando terminé de caer.

Sana, consumida en llanto, ni pensó en rodear con sus brazos a la morena. No pensó y sólo la contuvo entre sus brazos aunque pareciera que la menor aún no se percatara de su presencia.

No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora