Cap. 18

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HEEEEEY. Holi, cómo están~. Yo aquí enamorada de las fotos de Momo en kimono. (?)

🎻

Estoy cayendo. No hay resguardo, no hay fuerza, no hay nada.

Tengo miedo. Tengo frío, me haces falta. ¿Me estás escuchando? Ayúdame, te necesito... Ven, regresa a mi que estoy perdiendo la cabeza.

Siento que caigo, siento que muero.

—Cálmate... ¡O-oye, escucha! ¡Por favor, debes controlarte!

Fueron minutos para intentar tranquilizar el incontrolable llanto de la taiwanesa pero es que el alivio que sintió al encontrar el Instagram de Mina y que respondiera su mensaje desesperado fue una oportunidad más de vivir. De todas formas... Tzuyu no puede callar sus sollozos y ruegos para que hable con Sana, para que haga entrar en razón a la dueña de sus sonrisas.

—¡Tzuyu, escúchame! –suspiró Mina a través del celular, ya ignorando la mirada de curiosos al verle hablar de forma tan intensa por llamada– ¿Te bloqueó?

Mina, en verdad terminó conmigo. Me sacó de su vida tan rápido como pudo, en serio no parecía Sana... No es ella, ¡Sana no está bien!

Vaya verdad. No ha asistido al psicólogo, ni a clases. No responde las llamadas y por poco Mina debe saltar una ventana para poder verla. Se sintió ansiosa al deber callar la manera en que su mejor amiga se está perdiendo pero por nada del mundo va a angustiar a alguien que está en otro país.

—Tzuyu, Sana solo está deprimida. –destruida–, y es fuerte. Ya verás que reconsidera todo y te pide perdón, aún así voy a hablar con ella (con lo que queda de ella).

Mina... Mina, por favor... Estoy tan asustada por su bienestar que no puedo dormir, no puedo hacer nada más que estar aquí llorando como una imbécil, ¡maldita sea!

Mina solo pudo suspirar y sentarse con cansancio en una de las bancas del campus. Cubrió su frente con una de sus manos y tragó de forma pesada a causa de la angustia incontenible que siente en la garganta, una que sube de forma rasposa y a estas alturas le da náuseas.

—Te traeré de vuelta, Tzuyu... por favor, sé paciente. Por favor.

Adorable... pero seamos realistas, nadie puede hacer nada –murmuró Zhou–. ¿Te imaginas regreso y me retienen en el aeropuerto? ¿Si me deportan otra vez? Sana no soportaría eso.

—Ya te lo dije, te traeré de vuelta. Ahora... ve a trabajar y no dejes que esto te destruya, Sana solo está colapsada –suspiró nuevamente la japonesa–. Aún viste una camiseta tuya, así que solo colapsó.

¿Qué? ¿Hablas en serio?

Tzuyu esta vez quebró en llanto, pero de alivio.

—Sí, Tzuyu –habló Mina en medio de una sonrisa algo angustiada–. ¿Es de Slipknot, verdad? Duerme con ella.

Yo... Mina, por favor. Hazme un último favor.

Mina suspiró algo afligida, ¿si quiera podrá hacer una sola cosa por ella?

—Claro, dime.

Dile... que —el silencio que se percibió desde el otro lado de la línea alteró a Mina, pero quizá hubiese preferido esa sensación antes de un ardor en su pecho al escuchar lo que Tzuyu debía decir–. Dile que le deseo un feliz aniversario...

Tzuyu, eres demasiado fuerte...

—Se lo diré hoy mismo, lo prometo.

Gracias. En serio, gracias por todo lo que quieres hacer.

No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora