No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)

Cap. 15

Holaaaa, HOLA KSKSKSS. ¿Cómo han estado?~

Estoy saliendo de un bloqueo del tamaño de mi fracaso en la vida así que ordenando ideas y buscando otras me di cuenta de que el final de esta historia se alejó un poco más.

No quiero seguir con tanto drama en el fic (mentira) así que lean tranquilos ¿? (mentira).

♪

Su calor es tan real como sus besos, como su sonrisa y las caricias suaves que deja por mi mejilla. Su respiración contiene mis tormentos y los hace desaparecer con besos tan dulces como ella misma. Tzuyu sigue siendo un ángel oculto tras aroma a cigarro y ropa vieja.

— ¿Aún tienes frío?

Sonreí y me escondí entre sus brazos, suspiré su nombre y le robé una infinidad de besos los cuales terminaron por toda la extensión de su rostro.

— Aún no creo que estés aquí... aquí conmigo.

Fue inevitable comenzar a sollozar tras cada beso que Tzuyu depositó en mi frente, ella sonríe mientras yo aún intento convencerme de que es mi novia quien está conmigo ahora.

— Sana...

Podría escuchar como dice mi nombre por toda la eternidad, creo que es por eso que me callo y le hago insistir.

— Sana, ¿estás dormida?

La observé a los ojos aún con lágrimas cayendo sobre sus manos. Es imposible que esté dormida si estoy con ella... entonces por qué intento llamarla y no me mira, no me escucha.

Tzuyu, estoy aquí. ¡Mírame!

El temblor que sentí fue demasiado efímero para ser real, ¿verdad?

Al abrir los ojos sentí como Mina me rodeó con sus brazos, tal como si su vida dependiera de ello, como si de verdad yo estuviese llorando entre sus brazos.

— ¿Estoy despierta?

Susurré y ella solo me aferró aún más. No es nada nuevo que sueñe con Tzuyu ni tampoco es de extrañarse que las chicas deban despertarme porque comienzo a gritar.

— Debes ir, Sana... por favor.

— No necesito un puto psicólogo.

Escuché a Mina suspirar cuando se alejó de mi cuerpo para acariciar mis mejillas. No hay lástima en su mirada sino que hay comprensión; eso me hace sentir aliviada. Me miró sin decir nada, solo me miró como si conociera el camino desde mis ojos hasta mi alma y ahora estuviese recorriendo el mismo sin permiso.