Cap. 3

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Ambas se paralizaron, no puede comenzar todo de nuevo, no por favor. El chico dejó sobre una de las mesas un par de cajas que cargaba con dificultad, al menos podría haber disimulado su expresión de rechazo.

ㅡ ¿Te pasa algo? ㅡ

ㅡ Siento náuseas, no es nada. ㅡ

ㅡ ¿Qué mierda acabas de decir? ㅡ

Yeon dio algunos pasos dispuesta a manifestar su descontento con aquel desconocido, allí Tzuyu intervino tomando su mano y apretando la misma; sentenció a la mayor con su mirada.

ㅡ JungYeon, vamos. ㅡ

Una sonrisa fue expresada por parte de la menor causando que Yeon hiciera caso a sus palabras delatando aún así su molestia, no ha cambiado en nada. Siempre tan impulsiva y tan protectora, ese pensamiento ocasionó que la menor mantuviera su sonrisa claro, hasta verla partir. ¿Tan fácil fue soltar su mano? Tzuyu otra vez se quedó sola observando como aquella chica escapa de una realidad que debería aceptar.

El timbre dio aviso al último período de clases del día y por consecuencia a una avalancha de estudiantes ingresando a aquel desconocido salón, la taiwanesa se apresuró en salir con destino a su clase sin saber que un rayo de luz estaba ingresando a la sala en ese momento.

ㅡ Aquí estás, bebé. No te encontré en la cafetería. ㅡ

ㅡ Necesitaba dejar unas cosas pero ya estoy aquí para besarte. ㅡ

ㅡ Eres un tonto, Kook. ㅡ

ㅡ Así me quieres. ㅡ

La sonrisa con aires de vergüenza que dejó ver Sana confirmó las palabras de su novio, su voz masculina y sobre todo su mirada es lo que mas gusta.

Tras los tres años que lleva residiendo en aquel país, ese chico ha sido un apoyo en los últimos siete meses trayendo consigo alegrías y momentos inolvidables que si pudiera guardar, lo haría en un cofre de oro. Si bien Sana ha tenido que sufrir algunos altos y bajos respecto a su familia jamás perdió su vitalidad, su entusiasmo por crecer cada día. Eso la hace resaltar entre la multitud aunque no se percate de eso, ella ilumina la vida de más de una persona.

Mientras Sana recibió un cálido abrazo de su pareja, Tzuyu persiguió por todo el patio a una molesta chica. ¿Por qué lo hacía? Porque la entiende.

ㅡ Yeon, Yeon... ¡JungYeon! ㅡ

ㅡ ¡¿Qué?! ㅡ

ㅡ Debes calmarte, tonta. ㅡ

Un suspiro fue su respuesta aunque por el bien de Tzuyu detuvo su andar, el estado de salud de la extranjera no es digno de admirar. Nuevamente se observaron frente a frente, la mirada de la mas alta aún le inspira confianza a aquella chica por lo que dejó salir unos cuantos lamentos.

ㅡ Odio eso, ya lo sabes. ㅡ

ㅡ Oye... No ganas nada actuando de esta manera. ㅡ

ㅡ Pequeña... ㅡ Ahí está ese sobrenombre que hizo eco en su vida por más de un año, sonrió de manera cálida permitiendo que la mayor acariciara sus cabellos hasta despeinarlos. ㅡ Siempre te mantienes así de tranquila, ¿cómo lo haces? ㅡ

ㅡ Llega un punto en que nada de lo que digan los demás te afecta. ㅡ

Los brazos de Yeon sorprendieron a la taiwanesa pues provocaron que su mejilla descansara sobre su hombro, el calor de su cuerpo se siente cada vez más, su perfume, su voz y su lejanía.

ㅡ ¿Querías besarme?ㅡ Murmuró Yeon.

ㅡ ¿Eh? Pues... fue repentino.ㅡ

ㅡ Lamentablemente, yo si quería.ㅡ

No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora