No esperes nada bueno de mi. (Sana & Tzuyu)

Cap. 12 (Parte 2)

Hola~. Les dejo este gif poco HD pero es que LEÍ UN COMENTARIO EN DONDE DECÍA "SANA HIZO ESO PORQUE TZUYU ESTABA ABAJO" y lo mal pensé. Díganme que no soy la única pls. (?)

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Después del festival Sana se sintió fascinada ya que caminar junto a su "chica ruda" (quien le teme a la oscuridad) y verla llevar su guitarra al hombro es, según ella, la definición de sensualidad. Sonrió aún más al sentir como Tzuyu tomó su mano, entrelazó sus dedos y creó un sutil vaivén entre ambas.

— ¿Quieres que te lleve a casa?

— No quiero aún. — Habló la japonesa. — Ya pensaba que irías de fiesta con alguna de las chicas.

Tzuyu sonrió, bajó la mirada y tras observarla de reojo se dedicó a abrazarla por la cintura con uno de sus brazos.

— Jeongyeon hizo una reunión, pero no tengo prisa. — Comentó. — Estar contigo es más divertido.

— ¿Ah sí? Por qué lo dices~.

— Porque hablas gracioso y siempre te caes.

Sana abultó las mejillas y la morena rió en su cara, eso es casi una costumbre entre ambas.

— Y bueno, hoy no te vi mucho por los ensayos y esas mierdas. Te extrañé.

Aquel murmullo aceleró el corazón de Sana. Está teniendo su atardecer con esa persona especial tal como en la película que obligó a ver a Tzuyu hace unos días.

— Tengo frío. — Dijo la más alta ganando una mirada curiosa.

— ¿Dónde te gustaría ir? Aún es temprano~.

— Déjame pensar...

Mientras Tzuyu frunció los labios pensativa se encargó de abrazar con cuidado a su amada, a su novia. Están en esa etapa en la cual no pueden estar cinco segundos sin tocarse.

Sana acomodó ambas palmas sobre los glúteos de la morena, y entre risas escondió su rostro en su cuello.

— Me siento algo extraña hoy.

— ¿En qué sentido?

— No sé... espero que sea algo bueno. — Afirmó Sana, mordiendo como siempre el torturado cuello de la menor.

— Boba. — Sonrió la más alta. — Ya sé dónde podemos ir y también se como dejar de que te sientas extraña.

Ese fue un murmullo acompañado por una mordida al lóbulo de Sana. No se refería a eso pero ni idiota va a dejar pasar esa oportunidad de comerse a su taiwanesa.

Para Mina la noche no fue tan fácil. Se fue a casa como si acabase de ver un accidente, un caos justo frente a sus ojos. ¿Acaso va a perder a su amiga más valiosa? ¿Por amor? Se cansó de llorar cuando perdió la noción del tiempo, cuando ya no pudo soportar el nudo que tiene en la garganta.

— ¿Jeongyeon? — Murmuró a través de su celular, recordando al escuchar la música alta de fondo que están en una fiesta.

— ¡Mina! ¿Ya vienes? Estamos por comenzar~.

— No, yo... es que no tengo a quién llamar. — Susurró.

— ¿Y Momo? Chae aún no llega, de seguro podrían hablar y, olvídalo. La enana ya llegó.

— Sana no responde, de seguro Jihyo y Nayeon están contigo. — Se apresuró en hablar interrumpiendo a una confundida rubia al otro lado de la línea. Sin percatarse Mina comenzó a sentirse ansiosa. — Chae no puede saber esto porque sino todo quedaría en mis manos y honestamente no sé que está pasando, ¿realmente está pasando? No sé, yo—.